"Las elecciones del pasado noviembre vieron a 15 afiliados de Democratic Socialists of America..."
La idiosincrasia del sistema político
estadounidense convierte cualquier intento de mover el Partido Demócrata hacia
la izquierda una lucha cuesta arriba.
Por Robert
Penn-Davis.
Al haber ayudado
la campaña de Sanders a ponerlos de relieve, hay un amplio apoyo a tales
programas ambiciosos y universales, y a antiguas demandas laborales como un salario mínimo de 15 dólares. Ambiciosos
demócratas que ya tienen cargo ven este tipo de propuestas como una mina de oro
electoral, y el discurso sobre la comprobación de recursos para recibir ayudas
públicas y un presupuesto equilibrado —un pilar de la Tercera Vía— son cada vez
más raros. Candidatos para cualquier cosa, desde los ayuntamientos al Congreso,
incluso están sintiéndose lo suficientemente cómodos con el clima político como
para competir abiertamente como socialistas democráticos.