EDITORIAL
Después de casi sesenta años de opresión
castrista, los que van quedando de aquella pandilla de facinerosos, han
descubierto, que todo lo que destruyeron, era lo que hacía funcional la república
de Cuba.
De hecho, no los destruyeron porque no lo
sabían, lo hicieron porque ese era el camino para tomar un total control sobre
el conjunto de la ciudadanía. No ha habido casualidad, y yo creo que ni
siquiera incapacidad, sino una muy bien planeada maniobra de control: Ahora lo
vemos en Venezuela, y en menor grado en
Ecuador, Nicaragua y Bolivia.