jueves, 31 de diciembre de 2020

AÑO 62 DE LA ERA CASTRISTA


 Año 62 de la Era Castrista  

Muchas personas no se percatan que los años pasan para los demás, no solo para ellos, y menos aún asimilan que hay países controlados por regímenes que llevan más tiempo en el poder que las décadas que tienen de vida.  

Cuba se encuentra en esa ignominiosa relación.  

 

El Totalitarismo, bochorno para muchos cubanos, arriba a los 62 años en el poder, igual a 744 meses y 22320 días una cifra espeluznante si apreciamos que la inmensa mayoría de la población tiene menos de 62 años, lo que significa que una cantidad significativa de isleños ha vivido bajo un mismo régimen toda su vida. 

 

El poder castrista por su característica absolutista intentó y logró imponer en gran medida, las singularidades de una Nueva Era. Las creencias, valores, normas y ética fueron cambiadas dando origen al tiempo de los Castro. 

 

Conversaba al respecto con el poeta venezolano Abel Ibarra. Hablábamos sobre los cambios radicales que han sufrido, Venezuela y Cuba, después de la llegada al poder de esos dos singulares depredadores sociales, Hugo Chávez y Fidel Castro, sujetos que, por su gestión e influencia, han marcado de manera indeleble el antes, durante y después de ambos pueblos, amén de gobernar por largos años.  

  

Le decía a Ibarra que los cubanos deberíamos someternos a una especie de jornada de reflexión en la que contempláramos la Cuba antes del triunfo de la insurrección, el mandato revolucionario y las potenciales ocurrencias en el pos totalitarismo, con el objetivo de  conocer las transformaciones sufridas en todos los ámbitos por el sujeto cubano y en qué medida revertir lo negativo con vistas a ser mejores ciudadanos y un mejor país,  a lo que el poeta agregó que en su tierra ha ocurrido algo similar, porque sus compatriotas también han cambiado mucho,  lo que ha repercutido ampliamente en la sociedad nacional.  

 

Esta nota está asociada a Cuba, ojalá, Ibarra haga otro tanto con la experiencia venezolana.  

 

Cuba antes de Castro tenia los claros oscuros de cualquier república latinoamericana, con la particularidad de que había alcanzado cotas en la economía y el desarrollo, que la mayoría de los países del hemisferio no tenían. El país disfrutaba de un relativo progreso material, aunque se enfrentaba a problemas políticos serios y a graves problemas sociales, muchos de los cuales, a pesar de la inestabilidad política, estaban en proceso de solución.  

  

Bajo el castrismo los logros alcanzados se deterioraron drásticamente. El nuevo régimen se esforzó por destruir los cimientos civiles y éticos de la República. La historia nacional fue revisada y presentada en base a los intereses de la nueva clase. Las fiestas Patrias fueron sustituidas, las religiones vituperadas y la feligresía sufrió represión y discriminación. La Navidad y Semana Santa fueron abolidas por decretos y restauradas décadas después a conveniencia del régimen, aunque nunca se han deslastrado del trauma de la represión y el sectarismo.  

   

La primera afectada fue la sociedad civil que perdió todas sus prerrogativas y espacios públicos conquistados a través de los años. Los órganos gremiales y colegiados consagrados en leyes y costumbres se extinguieron. El poderoso movimiento sindical perdió su independencia, los medios de comunicación pasaron a manos del estado, el periodismo fue otra correa de trasmisión del incipiente totalitarismo, al igual  que la educación.  

  

El ciudadano empezó a decir si pensando en no. El doble pensar, la doble moral, se esparció y asentó en toda la Isla. El disentimiento condujo a muchos a abandonar el país, la represión y la incapacidad para articular una defensa exitosa de los derechos naturales afectó profundamente a la ciudadanía. La cárcel por motivos políticos fue un final feliz, la alternativa era muerte por fusilamiento.   

 

Como colofón las bases económicas fueron destruidas. Paradójicamente los repetidos errores de la clase dirigente condujeron a muchos de los que simpatizaban con el sistema a abandonar el país o perder la confianza en el régimen.   

 

El pos totalitarismo será una experiencia dura e incierta. Lo primero sería buscar una necesaria conciliación entre las partes y un profundo acto de contrición de todos los que abusaron de su prójimo. La reconstrucción será compleja pero posible si el hombre rehace la conciencia de que la República debe ser con todos y para el bien de todos. 



Pedro Corzo

lunes, 14 de diciembre de 2020

LA POBREZA NO TIENE CAUSAS Por José Azer

  • La pobreza no tiene causas

Seamos sinceros; hemos perdido la "guerra contra la pobreza". En 1964, cuando el presidente Lyndon B. Johnson introdujo por primera vez una legislación que creaba varios programas gubernamentales como estrategias de reducción de la pobreza, aproximadamente 34 millones de estadounidenses eran considerados pobres. Hoy, 50 años después, ese número ha aumentado a más de 45 millones. Como porcentaje de la población, el número de personas por debajo del umbral oficial de pobreza se ha mantenido fundamentalmente constante en alrededor del 15 por ciento.
 
Otras métricas arrojarán evaluaciones ligeramente más o menos favorables, pero el hecho ineludible es que no hemos logrado reducir significativamente la pobreza en los Estados Unidos. E igualmente importante, en términos de los objetivos declarados del presidente Johnson, nuestros programas no han logrado aumentar la capacidad de la población para la autosuficiencia.
No se debe a la falta de intentos. Como nación, hemos gastado más de 22 billones de dólares en programas de lucha contra la pobreza (sin incluir el Seguro Social y Medicare) con poco que mostrar por nuestros esfuerzos y nuestro tesoro. Antes de continuar, y quizás expandir, como algunos sugieren, nuestros esfuerzos ineficaces, es un ejercicio intelectual valioso cuestionar la sabiduría convencional sobre las causas de la pobreza.
En esta unión de 50 años en este esfuerzo fallido, no deberíamos tener argumentos políticos vacíos al margen del problema. Debemos repensar nuestros principios rectores.
En los Estados Unidos, la falta de educación, las familias rotas, los nacimientos fuera del matrimonio y una cultura de pobreza se encuentran entre las causas de pobreza más citadas. En otros países, se pueden agregar condiciones climáticas extremas, sequías, enfermedades epidémicas, superpoblación y más. Pero es difícil separar las causas principales y próximas de la pobreza de sus efectos. Por ejemplo, una educación inadecuada podría verse como una causa o como una consecuencia de la pobreza.
El liberalismo clásico (es decir, el libertarismo) adopta la visión provocativa de que la pobreza es lo que resulta si no se produce riqueza. O como lo expresó el economista Peter Bauer: “La pobreza no tiene causas. La riqueza tiene causas ". En otras palabras, la pobreza es lo que obtenemos si no generamos riqueza. Por tanto, para paliar la pobreza, la solución es crear más riqueza.
Antes de tirar su periódico con disgusto “progresista” (o peor aún, su costoso lector digital), considere lo siguiente: durante gran parte de la existencia humana, la pobreza generalizada ha sido la norma histórica mundial. Solo han pasado unos pocos siglos desde que aprendimos a crear riqueza, y ese conocimiento nos ha permitido hacer mella en la pobreza mundial.
Una representación gráfica de este fenómeno revela una línea horizontal ininterrumpida de pobreza humana durante 1.800 años sin ninguna reducción en absoluto. Es solo en los últimos tres siglos que vemos un aumento casi vertical en la riqueza. Así, científicamente, es la presencia de riqueza lo que debemos explicar, no su ausencia.
Si la pobreza es el estado que ocurre naturalmente y la riqueza debe producirse para mitigar la pobreza, nuestra política debe centrarse en las causas de la riqueza y no en las causas de la pobreza. Y el factor más importante para la producción de riqueza es la institucionalización de los medios políticos y económicos para la adquisición de riqueza. Las instituciones pueden crear incentivos y desincentivos, y estos a su vez moldean el comportamiento.
La producción de riqueza, es decir, la reducción de la pobreza, se puede impulsar con políticas para incentivar la productividad y las ganancias. Desafortunadamente, todos nuestros marcos regulatorios y tributarios están diseñados para hacer exactamente lo contrario, y las ganancias se han convertido en el objetivo de la avaricia política y la demagogia.
Aún más lamentable es el hecho de que muchos consideran que cualquier esfuerzo por cambiar el marco de políticas para mejorar la creación de riqueza es un capitalismo de compinches diseñado para enriquecer a unos a expensas de otros. Y en algunos casos tienen razón. En muchos países, y en algunos casos en los Estados Unidos, la riqueza no es el resultado de producir bienes y servicios deseables, sino de la proximidad al poder político.
Dicho esto, el capitalismo genuino de libre mercado basado en el estado de derecho, la igualdad de derechos y el derecho a disfrutar ilimitadamente de los resultados del trabajo, los ahorros y las inversiones es la mejor estrategia para eliminar la pobreza. Si nos tomamos en serio la reducción de la pobreza, debemos descartar el viejo manual de políticas y abrazar apasionadamente la libertad de crear y mantener la riqueza.


 

 

Articulos Nike y empresas que utilizan esclavos del Partido Comunista chino

Artículo Nike y las empresas que utilizan esclavos del Partido Comunista chino

BY JULIO M SHILING 
DICIEMBRE, 2020


De todas las fuerzas comerciales que están en guerra con estos proyectos nobles y virtuosos que buscan convertirse en ley y rescatar valores elementales de decencia y el respeto por los derechos naturales, la empresa Nike se resalta por ser ésta, de facto, la voz comercial del grupo marxista “Black Lives Matter”.

Pensaríamos que no es verdad, que no puede ser, que en pleno siglo XXI, alguien se opondría a la mano de obra esclava. Sobran las críticas que juzgan esa práctica. Los modelos de la esclavitud del Antiguo Egipto, Grecia, África, el Medio Oriente o la Confederación del Sur en EE.UU., para nombrar algunos ejemplos históricos, nos causan repugnancia hoy. Es escalofriante, en el sentido moral y ético, comprobar que en nuestros tiempos puede funcionar un modelo de producción esclavista operando a la luz del día. Tan abominable como nos puede parecer la esclavitud moderna (o postmoderna), como es la realidad vergonzosa de precisar que existen cortesanos comerciales que buscan justificar esa ejercitación infame.
 

Recientemente la “Ley de Prevención del Trabajo Forzoso” de los Uigures (“HR 6210” 116º Congreso) fue aprobada en la Cámara Baja con un consenso bipartidista amplio reflejando una votación de 406 a favor y 3 en contra. Esto representa un rechazo categórico de los diputados estadounidenses sin distinción de partidos. El Senado (Cámara Alta) está gestando su propia versión y con toda probabilidad encontrará con el mismo apoyo mayoritario (Ley de Divulgación de los Trabajos Forzados de los Uigures “HR 6270”). El presidente Trump, con sumo gusto, la firmará y la convertiría en ley. Este proyecto busca prohibir la entrada a los Estados Unidos de todas las importaciones de productos que vengan de la provincia occidental de Xinjiang en China comunista.


          El régimen comunista chino, imitando su política genocida contra el Tíbet, está llevando a cabo una campaña sucia de limpieza étnica contra los uigures, grupo de mayoría musulmán. Desde hace tiempo dejó de ser un secreto el gran número de campos de concentración que China comunista mantiene en esta hazaña de genocidio contra los uigures. Tampoco ha sido desconocida la utilización sistemática de presos políticos como mano de obra esclava a través de todo el país, por parte de Pekín, para elaborar productos de consumo que el mundo libre les compra, gracias al globalismo, la noción fallida de la coexistencia y políticos occidentales miopes.

        Es escalofriante, en el sentido moral y ético, comprobar que en nuestros tiempos puede funcionar un modelo de producción esclavista operando a la luz del día. (Flickr)

                 Pese a los esfuerzos anteriores del comunismo chino de relocalizar a los presos políticos cada vez que hay un escrutinio con el propósito de tratar de limpiar su imagen ante semejante inmundicia, en esta ocasión el vínculo entre los campos de concentración, el traslado de presos uigures a factorías de producción de empresas del mundo libre y la práctica consumida de éstos como piezas laborales esclavas ha sido bien documentado.
Nike y otras 83 empresas usufructúan con empleomanía esclava

               Pese a que existe un nutrido grupo de estudios que ha confirmado el empleo de miles de personas como mano de obra esclava, recientemente el Instituto Australiano de Política Estratégica (IAPE) ha hecho público un reporte muy revelador.  Con nombre y apellido, el IAPE ha citado a más de 83 empresas internacionales de marcas conocidas como Nike, Apple, BMW, Gap, Huawei, Samsung, Sony, Volkswagen, Adidas, Patagonia y Fila que, en contubernio con el Partido Comunista chino (PCCh), usufructúan con una empleomanía esclava.

             Dicho informe que detalla, no sólo la mecanización de los traslados de los uigures en los campos de concentración a las fábricas de estas empresas, sino dan los pormenores de la monstruosidad exhibida por la tiranía comunista china como es la cosecha de órganos vivos, la esterilización forzosa, las violaciones en masa, las torturas con electroshock y los abortos obligados.

        Ante esta maldad ciclópica, el único espanto que iguala (o supera) esta realidad brutal, es contemplar la reacción de empresas que están implicadas en esta trama inhumana. En vez de romper lazos con los verdugos comunistas e iniciar un proceso de retracción, desinversión y buscar distanciarse de su papel en el cometimiento de crímenes de lesa humanidad con el PCCh, lo que vemos es un esfuerzo robusto de cabildeo a favor de la neutralización o el desmantelamiento del mencionado proyecto de ley que intenta impedir este ejercicio de esclavismo.

                    La publicación británica, Comercio Internacional Hoy (International Trade Today), nos reporta que asociaciones comerciales y compañías internacionales como la Federación Nacional de Minoristas, la Asociación de Líderes de la Industria Minorista, la Asociación Estadounidense de Ropa y Calzado, la Cámara de Comercio de EE.UU., la Internacional de Fabricantes de Fontanería, y empresas que incluyen a Nike, Apple, Engie North America, Kraft Heinz, Campbell Soup y VF Corporation han estado descendiendo al Congreso en una estampida para cabildear en contra de este proyecto de ley que busca impedir el genocidio de un pueblo y que defendería los derechos humanos, civiles y laborales básicos.

                La Cámara de Comercio de EE.UU. (CCEU), fundada en 1912, es la organización de cabildeo más grande en la nación estadounidense. Según OpenSecrets.org, una organización que monitorea las contribuciones políticas de entidades de cabildeo, la CCEU es la que más dinero invierte en el proceso político de EE.UU. Entre el periodo de 1998-2020 ha invertido $1,642,670,680. En 2019 aportó $77,245,000 a políticos estadounidense. Esto coloca a la CCEU como el principal aportador de dinero a campañas y causas políticas en el país.

               La CCEU nunca conoció una dictadura con quien no haría negocio. Ha sido un apologista histórico, atacando todos los embargos a regímenes criminales y defendiendo, indiscriminadamente, el comercio con cualquiera. Era de suponer que esta organización importante se opondría a HR 6210 y HR 6270 (proyectos de ley anti-genocidio uigures). Lo más increíble y descarado de la posición de la CCEU es que ha justificado la abolición y/o el debilitamiento severo de ambos proyectos de ley, basándose en nada menos que en la “defensa” de los DD.HH. (¿de los productores-consumidores será?).
 

La Ley de Aranceles de 1930, conocida también como la Ley Smoot-Hawley, contenía una provisión que impedía la entrada de importaciones a EE.UU. de productos hechos con mano de obra esclava. Dicha sustentación moral estuvo activa hasta 2016, cuando Barack Obama firmó en febrero de 2016, la Ley de Facilitación y Aplicación del Comercio de 2015. Este acto federal anuló la prohibición de artículos producido con una fuerza laboral esclava.

               De todas las fuerzas comerciales que están en guerra con estos proyectos nobles y virtuosos que buscan convertirse en ley y rescatar valores elementales de decencia y el respeto por los derechos naturales, la empresa Nike se resalta por ser ésta, de facto, la voz comercial del grupo marxista “Black Lives Matter”. Pese a haber caído en la trampa y dejarse engatusar, confundiendo ideología por raza, su “inquietud” y “sensibilidad” por las vidas de sectores de la sociedad estadounidense parece ser racistas y con apego a ideologías liberticidas. Los uigures, tibetanos, chinos y otras vidas, para Nike, parece que no valen nada.


                    

Esto representa una crisis de valores que tiene una implicación seria para la democracia y su modelo económico complementario, el capitalismo. Un modelo socioeconómico, cualquier sistema, desligado de raíces éticas que dan primacía a derechos preeminentes, no puede durar mucho, ni se diferencia de los modelos abominables de antaño que tan lejanos nos parece, sin embargo, tan cerca y presente están. Nike no está sola en su pecado, de eso estamos claro. Su preponderancia en querer dar lecciones de superioridad “moral” cuando son cómplices en crímenes universales crasos, los distingue en ser la antítesis de toda moralidad digna. Son un emblema de lo inmoral.