jueves, 30 de enero de 2020

CUBAZUELA: LOS VIAJES CHARTER Y LA OPERACION AURORA



Por Fernando J. Milanés, MD

Ilsa Guerrero tenía su boleto listo para irse a Camagüey,  “No podía creerlo. Acabo de regresar de Cuba hace menos de un mes. Tengo que ocuparme de mi madre con cáncer porque soy hija única. No solo trabajo aquí como una mula para que ella se pueda alimentar y tener sus medicamentos sino que además necesito verla y acompañarla”, dijo la mujer, residente de Homestead. “No me importa la política, pero mi familia es lo primero para mí”.
Operación Aurora;
Soldados insurgentes vinculados al audaz asalto en diciembre de una base militar venezolana lanzaron el viernes un duro reclamo a la comunidad internacional que promueve la búsqueda de una solución a la crisis a través del diálogo con el régimen de Nicolás Maduro, calificando esos esfuerzos como actos de hipocresía que no conducen a nada.   “Comunidad internacional, países democráticos, exigimos que se pongan de lado correcto también y dejen la hipocresía con falsos diálogos y sanciones que no llegan a ningún sitio”, dijo el portavoz del grupo, rodeado por hombres vestidos con uniformes negros y portando rifles de asalto.
El conflicto de Ilsa, nos tiene que dar pesar.    ¿Quién de nosotros que estuviéramos en su misma situación no estaríamos haciendo lo mismo para subsistir y ayudar a nuestra familia?    Desgraciadamente para ella y los muchos que pudieran estar en la misma situación es el poco entendimiento que existe sobre las leyes de este país, y lo que hace a este atractivo para poder lograr “el sueño americano”.   

La entrada a los EEUU que no sea asilo político debería ser igual para todos, y el problema de  Ilsa es compartido por cientos de miles de Haitianos, Dominicanos, Hondureños, Salvadoreños, Africanos, Chinos, y muchos otros países que no han tenido el privilegio de ser aceptados con la falsa idea de persecución política y. después de un año poder ir a Cuba mensualmente.   
La misma lástima que tenemos hacia su situación la tenemos para todos, pero desgraciadamente los , EEUU que ya aceptan a un número de inmigrantes superior con creces a los del resto del mundo, no tiene cabida para todos.    Sabemos que el trabajar “como una mula” no se practica en la población de Cuba oprimida por una tiranía.   Allá la única forma de subsistir es “resolviendo”, que acá se define como vivir ajenos a la ley, robando, sobornando y alimentándose con el “contrabando”.   
Precisamente el sistema de nuestro país, EEUU, comienza no como caballo de carrera, sino como mulos con la libertad de poder escoger la carga y soñar que con el tiempo podemos nosotros, o nuestros hijos, mejorar.   La libertad tiene su precio y uno de los más dolorosos es el tener que renunciar a nuestros padres e hijos.   Los que como yo conocimos a otra Cuba lo hicimos con conocimiento de hecho, algo que muy pocos de los inmigrantes del momento conocen.
En Venezuela, sometido a una dictadura liderada por un títere de Cuba llamado Maduro, se habla de un regreso a una “negociación”.    Esta táctica que se ha intentado en épocas anteriores siempre ha fracasado y solo extiende el sufrimiento de los ciudadanos oprimidos.   Solo la fuerza militar como este naciente movimiento “operación Aurora” ofrece.   
Al igual que en Cuba la jerarquía militar comparte las riquezas y no van a renunciar a esta a no ser que de verdad piensen que sus vidas corren peligro.    El presidente Trump prometió mucho, ha actuado con más fuerza que los anteriores pero todavía le faltan más medidas y más radicales.  ¡Veremos!

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