Por Santiago Cárdenas
MD.
Oxigenada, legitimada y bendecida,
la hoja de ruta Washington-Habana- Vaticano apunta
ahora hacia la consolidación en el archipiélago de una oposición
obsequiosa y regulada: la llamada oposición “leal”. Es el meollo del
lavado de cara de los Castros ante la comunidad internacional.
El concepto es católico.
Del solideo del pastor Jaimelucas metatizo en la cabeza de dos de
sus más cercanas ovejitas, que la desarrollaron hace pocos años en
Palabra Nueva, el magazine oficial del obispado de
San Cristóbal de la Habana.
La llamada lealtad
es difícil de entender. Muy compleja. Simplificando, tiene
dos aspectos esenciales. En primer lugar la condena al llamado
bloqueo y luego: ir despacio, a paso de jicotea. Sin pausa; pero sin
prisa según lo ha orientado el presidente Raúl, que así lo
llaman los neo castristas en el exilio y la isla.
La lentitud es la
piedra angular, la joya de las ideas, el súmmum, porque en eso le va la
continuidad y la sobrevivencia al mono partido. Si Ud. desea apurarse, entonces
ya no es “leal”, porque en la rapidez va la
semilla del cambio incontrolable o la pérdida del poder.
El capitolio remozado y
la nueva ley electoral del 2016, apuntan a que
pronto tendremos algunos legisladores de la oposición leal, y
obsequiosa sentados en los curules legislativos, junto a
la mayoría abusadora y perpetua.
Observe Ud.
la tour - disidencia, y además ,con detenimiento, la foto del secretario
Kerry con los opositores durante su visita a Cuba. Salvo alguna excepción, ahí
está el embrión de la nueva mojiganga.
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