lunes, 30 de noviembre de 2015

VENEZUELA EN LA TERCERA GUERRA MUNDIAL



La Cátedra Pío Tamayo y el Centro de Estudios de Historia Actual de la Universidad Central de Venezuela han convocado a un foro para debatir el tema que acapara la mayor atención en los titulares de todo el mundo: si estamos o no inmersos en lo que se ha dado en llamar III GM, pero en particular interesa ubicar a Venezuela en este nuevo contexto internacional.

Lo primero que salta a la vista es la poca beligerancia que tuvo Venezuela en las guerras mundiales anteriores. En la I GM fue exactamente igual a cero, porque el General Juan Vicente Gómez se declaró neutral y no tuvo la menor participación en las hostilidades.

Su sucesor, Eleazar López Contreras, mantuvo esa línea de conducta en la II GM, pero ya electo su Ministro de Guerra y Marina, Isaías Medina Angarita, como Presidente y visto el ataque japonés a la base naval de Pearl Harbor, éste no tuvo más remedio que declarar su solidaridad con EEUU y romper relaciones con las potencias del Eje, el 31-12-41, pero no llegó a una declaración de guerra.
Muy a pesar de que Venezuela fue víctima de hostilidades de la marina alemana, sufrió el hundimiento y la avería de buques tanqueros, como el caso del Monagas, torpedeado el 16-02-42, en el intento de interrumpir el flujo de petróleo a las refinerías de las Antillas Neerlandesas.

Esta vez Venezuela tuvo un papel estratégico en el suministro de combustible para mover la maquinaria aliada; pero no declaró la guerra sino ya casi al final, el 15-02-45. Hitler se suicidó en abril, Alemania capituló en mayo, Japón se rindió en septiembre y Medina fue derrocado en octubre del mismo año.
Esta rápida secuencia de eventos muestra que el derrocamiento de Medina pudo inscribirse dentro de la ola democratizadora dominante a partir de la derrota del militarismo en la II GM. Algunos datos ciertos podrían ser que a Rómulo Betancourt se le permitió retornar de su exilio en Chile en aquel año de 1941 y para entonces ya había arriado las banderas del antiimperialismo, declarado al fascismo como el enemigo principal y deslindado inequívocamente del comunismo soviético.

De manera que el rasgo más sobresaliente de Venezuela en la III GM es que por primera vez se encuentra en una posición beligerante, inesperadamente hostil a los EEUU y sus aliados, como Israel y el Reino Unido de la Gran Bretaña, sin dejar de ser su proveedor seguro de combustible.

El régimen venezolano se ha alineado con el Eje formado por Cuba, Irán, Siria, Rusia, China y, en verdad, con todo el que comparta su visión de confrontación contra el “imperialismo” americano, el sionismo israelí y, en fin, todo lo que huela a liberalismo, capitalismo, libre mercado y globalización.


La suerte está echada.

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