La Cátedra Pío Tamayo
y el Centro de Estudios de Historia Actual de la Universidad Central de
Venezuela han convocado a un foro para debatir el tema que acapara la mayor
atención en los titulares de todo el mundo: si estamos o no inmersos en lo que
se ha dado en llamar III GM, pero en particular interesa ubicar a Venezuela en
este nuevo contexto internacional.
Lo primero que salta a
la vista es la poca beligerancia que tuvo Venezuela en las guerras mundiales
anteriores. En la I GM fue exactamente igual a cero, porque el General Juan
Vicente Gómez se declaró neutral y no tuvo la menor participación en las
hostilidades.
Su sucesor, Eleazar
López Contreras, mantuvo esa línea de conducta en la II GM, pero ya electo su
Ministro de Guerra y Marina, Isaías Medina Angarita, como Presidente y visto el
ataque japonés a la base naval de Pearl Harbor, éste no tuvo más remedio que
declarar su solidaridad con EEUU y romper relaciones con las potencias del Eje,
el 31-12-41, pero no llegó a una declaración de guerra.
Muy a pesar de que
Venezuela fue víctima de hostilidades de la marina alemana, sufrió el
hundimiento y la avería de buques tanqueros, como el caso del Monagas,
torpedeado el 16-02-42, en el intento de interrumpir el flujo de petróleo a las
refinerías de las Antillas Neerlandesas.
Esta vez Venezuela
tuvo un papel estratégico en el suministro de combustible para mover la
maquinaria aliada; pero no declaró la guerra sino ya casi al final, el
15-02-45. Hitler se suicidó en abril, Alemania capituló en mayo, Japón se
rindió en septiembre y Medina fue derrocado en octubre del mismo año.
Esta rápida secuencia
de eventos muestra que el derrocamiento de Medina pudo inscribirse dentro de la
ola democratizadora dominante a partir de la derrota del militarismo en la II
GM. Algunos datos ciertos podrían ser que a Rómulo Betancourt se le permitió
retornar de su exilio en Chile en aquel año de 1941 y para entonces ya había
arriado las banderas del antiimperialismo, declarado al fascismo como el
enemigo principal y deslindado inequívocamente del comunismo soviético.
De manera que el rasgo
más sobresaliente de Venezuela en la III GM es que por primera vez se encuentra
en una posición beligerante, inesperadamente hostil a los EEUU y sus aliados,
como Israel y el Reino Unido de la Gran Bretaña, sin dejar de ser su proveedor
seguro de combustible.
El régimen venezolano
se ha alineado con el Eje formado por Cuba, Irán, Siria, Rusia, China y, en
verdad, con todo el que comparta su visión de confrontación contra el
“imperialismo” americano, el sionismo israelí y, en fin, todo lo que huela a
liberalismo, capitalismo, libre mercado y globalización.
La
suerte está echada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario