Las Nacionalizaciones, el
embargo y Obama.
José M.
Izquierdo@hotmail.com
Cuando
en 1959 la “Revolución” castrista tomo el poder, nadie podía haber imaginado
cual sería el tortuoso e incierto futuro que esperaba a los cubanos en las
próximas décadas. Para una gran parte de la población, eran días de júbilo,
alegría contagiosa, sentimientos populares que se mezclaban con el fanatismo y
no dejaban ver con claridad, el momento histórico que estaban viviendo y el
futuro que se estaba construyendo, permitiendo a los barbudos cometer con
impunidad todo tipo de atrocidades, entre las más significativas, la
destrucción de la poderosa y productiva industria privada de Cuba.
En una
época donde la justicia la administraba el odio de clases, se fusilaba por
mandato directo de los principales líderes revolucionarios, se encarcelaba sin
justificación, se destruía la prensa, la economía, la nacionalización de las
principales empresas cubanas era motivo de júbilo para las turbas castristas
bajo la excusa de poner en manos del pueblo el control de la economía nacional,
así fueron nacionalizadas (Robadas a sus legítimos dueños) cientos de
industria, negocios, propiedades y entre las más importantes, estaba la empresa
Cubana de aviación y las instalaciones del aeropuerto de Rancho Boyeros.
A causa
de esas expropiaciones, surge el Embargo Comercial y Financiero de Estados
Unidos en contra de Cuba (También conocido como Bloqueo), impuesto en octubre
de 1960 como respuesta a las
indiscriminadas nacionalizaciones por parte del régimen castrista, de
propiedades privadas de cubanos y ciudadanos y compañías estadounidenses. En
1992 el embargo adquirió el carácter de ley, con el propósito de mantener las
sanciones contra el régimen castrista y según lo recogido en el “Cuban
Democracy Act”, estas sanciones continuarían mientras el gobierno se negara a
dar pasos hacia la democratización y mostrara más respeto hacia los derechos
humanos. En 1996, el Congreso de los EEUU aprobó la ley llamada Helms-Burton
Act. De esta forma se eliminó la posibilidad de hacer negocios dentro de la
isla o con el Gobierno de Cuba por parte de ciudadanos estadounidenses. En
1999, el presidente Bill Clinton amplio el embargo comercial prohibiendo a las
filiales extranjeras de compañías estadounidenses, comerciar con Cuba por
valores superiores a los $700 millones anuales.
O sea, el embargo
no salió de la nada, no fue producto de la influencia de los cubanos exiliados
y contrarios a Castro, que en épocas tan tempranas tenían muy poca influencia
en el gobierno de los EEUU, tuvo causas que aún existen y para su derogación,
la ley es bien clara al expresar que continuará, mientras el gobierno de Cuba
(El Régimen Castrista) se niegue a dar pasos concretos hacia la democratización
y muestre más respeto hacia los derechos humanos.
Al
principio, muchos propietarios
“Siquitrillados” tanto nacionales como extranjeros, conservaban las
esperanzas de recuperar sus propiedades robadas por los “Barbudos” pero con el
tiempo se fueron diluyendo, aunque se han realizado algunos esfuerzos aislados
de algún que otro litigio internacional o dentro del territorio de los EEUU, de
compañías que defienden sus derechos a comercializar marcas y productos en el
mercado mundial y estadounidenses. Ese es el caso de la conocida marca de Ron
Cubano Bacardi y sus derechos sobre la marca “Habana Club”, que el gobierno de
los EEUU autorizo de forma inexplicable, fuera comercializada en territorio de los
EEUU por el actual régimen de Cuba, ignorando los derechos de sus legítimos
dueños.
Cada
día que pasa, es más difícil para los propietarios “Siquitrillados” por la
Revolución Castrista, reclamar sus propiedades o recibir algún tipo de
indemnización por ellas. En una inmensa mayoría, muchas de esas propiedades no
existen, fueron destruidas, hay industrias que han desaparecido porque fueron
demolidas, muchos edificios de viviendas han sido habitados por varias
generaciones de ciudadanos, y solo una pequeña parte de estas propiedades son
recuperables como es el caso de la tierra. Existen casos como el derecho a
comercializar marcas de diferentes productos, un campo donde existen
permanentes litigios como el derecho a comercializar el Ron Habana Club, y un nuevo
caso se abre sobre la empresa Cubana de aviación y las instalaciones del
aeropuerto de Rancho Boyeros, propiedades que se encuentra en funcionamiento y
sus legítimos dueños, permanecen aún con la esperanza que la justicia se abra
paso y reconozca sus derechos.
Sin
embargo, Ignorando las causas por las cuales en octubre de 1960 fue aprobada la
ley del embargo comercial y financiero de EEUU hacia Cuba, e ignorando lo que
establece la ley y los derechos que asisten a los legítimos dueños de esas
propiedades que fueron expropiadas sin compensación por el régimen castrista, la administración del presidente Obama por
decreto, autoriza negocios entre compañías estadounidenses y compañías cubanas
operadas por el régimen castrista, que fueron anteriormente nacionalizadas a
sus legítimos dueños. Es precisamente en la nación capitalista más poderosa del
mundo, donde su presidente viola la ley de su propio país e ignora los derechos
de propiedad de ciudadanos estadounidenses, para beneficiar a comerciantes y en
especial a enemigos históricos de los EEUU y los valores que este país
representa. Sin lugar a dudas, esta acción del presidente Obama es condenable y
además, puede con mucho mérito llegar a ser también ilegal.
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