domingo, 18 de septiembre de 2016

LA MADRE DE TODAS LAS HUELGAS


 

Por Luis G. Infante PP#34028.
 
Cuando la existencia del Presidio Político de Isla de Pinos, la huelga de hambre no constituía la primera opción de resistencia. Como nos habían impuesto el trabajo forzado, nuestra oposición consistía en hacerle resistencia al trabajo. Después que la tiranía se vio forzada desmantelar aquel antro de perversidad y fuimos diseminados por todas las provincias de Cuba, el Departamento de Cárceles y Prisiones intensificó los métodos para doblegar al preso: incomunicación, suprimir visitas y correspondencia, aislamiento, peor alimentación, etc. Todo calculado.
                En muchas ocasiones no molestaban, ni siquiera hacían requisas. Dejaban que el preso languideciera, que se exasperara. Entonces el preso intentaba superar la desesperanza. Se planeaban fugas, se hacían plantes, se creaban situaciones para que la dirección tuviera que reaccionar. Como no había otro medio de protesta entonces se recurrió a la huelga de hambre en casi todos los penales.
 
             La huelga de hambre es peligrosa, aún la huelga de hambre clínicamente asistida. Si se recurre a ella, los objetivos deben estar definidos y si se proclama que será hasta las últimas consecuencias, así debiera ser; de lo contrario pierde perfil quien o la proclama y también pierde efectividad la huelga para futuros reclamos. Las huelgas de hambre táctica o de conveniencias, están destinadas más que a obtener logros, al descrédito ante el enemigo y a levantar dudas  y reservas futuras a quienes pretendieran apoyar al huelguista o a los huelguistas.

               El propósito de una huelga de hambre es lograr los objetivos previamente planteados, si se varían en el camino, o se sale de ella anticipadamente, el descrédito será la recompensa. Casi todas las huelgas protagonizadas en el Presidio Histórico fueron ganadas cuando la dirección penal concedía lo que se le exigía; pero al no tener garantes que respaldaran lo obtenido, con el  tiempo la vesania de las autoridades nos planteaba otros retos.
               La reciente huelga de hambre y sed de Guillermo Fariñas, su número 25, me ha llevado a reflexionar acerca de esta dura prueba.  No pasa una semana sin que lleguen noticias de que disidentes u opositores se declaran en huelga de hambre, en ocasiones por cosas triviales. Además que la Seguridad del Estado, seguramente en ocasiones ha ordenado a algunos de sus agentes, o colaboradores, que posando como opositores, inicien una huelga, que siempre se realizan en sus hogares, donde pudieran alimentarse subrepticiamente, para en pocos días levantarla y desmeritarla.
            Por cierto, si la huelga es en serio y se mantiene en el hogar del huelguista, rodeado de familiares muy cercanos, es una manera cruel de someter a la familia a esta visión de ver a su ser querido agonizando lentamente. Creo que ni Clarita Abraham de Boitel pudiera soportar ver como a su hijo Pedro Luis se le escapaba la vida a su lado, sin que ella no hiciera algo por evitarlo. Clarita era heroica, pero era madre.
               Fariñas comenzó la huelga de hambre después que un joven oriental, activista de la Unión Patriótica de Cuba iniciara la suya por un decomiso que le realizaron y al que se le unieron otros huelguistas, que fueron desistiendo al paso de los días hasta quedarse solo. Entonces depuso su actitud en su vigésima jornada y una semana después, ya estaba frente a las cámaras de televisión aquí en Miami, para lo cual el régimen gustosamente le facilitó el permiso de salida.
                Otro conocido opositor, que también se declaró en huelga de hambre en otro momento, levantó el plante para solidarizarse con otros acontecimientos que se producían en Venezuela. Fariñas lo hizo por una cláusula que ya se conoce no fuera cierta que aprobaran parlamentarios europeos. Es decir, que se comienzan las huelgas con exigencias de carácter nacional y se levantan por circunstancias internacionales.
              La huelga de hambre como instrumento de denuncia debe ser preservada para momentos culminantes. La única responsabilidad firmada por acuerdos entre gobiernos, es no dejar morir por inanición a ninguna  persona que no quiera ingerir alimentos, como hicieron con Roberto López Chávez en Isla de Pinos u Orlando Zapata –para mencionar dos de distintas épocas– a quienes fue el régimen el que les suprimió el agua.  Para ello los gobiernos los alimentan e hidrata por vía intravenosa u otro procedimiento médico, esperando que el huelguista desista, o fallezca por fallos de algún órgano vital.
              Hay quienes pretenden hacernos creer que el desplante de la huelga de Fariñas es una victoria que está muy por encima de sus demandas originales porque alegadamente un organismo europeo habría introducido una enmienda con su nombre en alguna de sus deliberaciones; el mismo organismo que se apresta a entablar el diálogo con la tiranía, después de levantar la Posición Común que había adoptado anteriormente contra el régimen de La Habana por la violación de los Derechos Humanos.
                Los amigos, seguidores y simpatizantes del Premio Zajarov 2010 y cada uno de nosotros desde el punto de vista humano debemos alegrarnos que el “Coco” al deponer, haya preservado la vida. Hasta ahí.
 Todo o nada.
                Y viene a mi mente quizá la que fuera la última huelga de hambre protagonizada por Hombres del Presidio Histórico allá por el año 1982 en la prisión de Boniato. Doce compañeros habían cumplido sus condenas, los habían recondenado y el régimen se negaba a liberarlos. Un día se pusieron de acuerdo, se declararon en huelga de hambre, que después la elevaron a la de sed y proclamaron: Libertad o Muerte.
              Los huelguistas, después de veinticinco días, aislados en celdas, sin voces de aliento que les llegara, sin respaldo mediático, ninguno con premios de organismos o parlamentos internacionales que clamaran por ellos, obtuvieron que los liberaran y aquí están en el exilio. Por la naturaleza de la exigencia –la libertad– y los resultados alcanzados, para mí, esa fue La Madre de Todas las Huelgas.
 

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