viernes, 3 de marzo de 2017

PARA CUBA LA INDEPENDENCIA Y EL LUTO


 CUBA: LA INDEPENDENCIA Y EL LUTO

Por: Ángel Cuadra
          En este pasado 24 de febrero los cubanos celebramos otro aniversario del comienzo de la Guerra de Independencia que tuvo lugar en el año l895, acontecimiento histórico que dio lugar a la independencia de Cuba del poder colonial español. Eran  Cuba y Puerto Rico las dos colonias que le quedaban a la España de entonces cuyas  independencias completarían la plena integración de la que José Martí llamó Nuestra América. Pues entendió que tal incorporación de dichas colonias, una vez repúblicas,  era el servicio que prestaban Las Antillas a Hispanoamérica, y al equilibrio de América, e impedir a tiempo la anexión de Cuba a  los Estados Unidos, gran país en su etapa histórica de expansión.  Es a eso,  en síntesis a lo que se    refiere  Martí en la carta que, desde el mismo campo de batalla, escribe a su amigo mexicano Manuel Mercado, un  día antes de su muerte en el sitio conocido como Dos Ríos, texto que se ha venido adulterando para servir a otros intereses, políticos e históricos, que no son los de la libertad y la democracia para cuba.
     Fue José Martí el organizador de aquella segunda guerra, que consideró como continuación de la primera, conocida como Guerra de los Diez Años que se había iniciado en el pequeño pueblo de Yara, en 1868.  Así lo expone Martí en el Manifiesto de Montecristi, que comienza: “La revolución de independencia iniciada en Yara…. Ha entrado en Cuba en un nuevo período de guerra.”.  Esto quiere decir claramente,  que la nueva guerra era la continuación de lo que querían para Cuba aquellos  “padres fundadores” de la nacionalidad cubana.  Por, eso, y para dejar bien claros los objetivos de nuestra independencia y la nación futura, Martí creó el Partido Revolucionario Cubano, donde expone los objetivos de aquella guerra y la  futura nacionalidad, que eran fundar una república de “sincera democracia” basada en el “equilibrio de las fuerzas sociales y de las “clases vivas” del país”, y una consecuente organización nacional “conforme a métodos democráticos… para todos y para  el bien de todos”…  Cuba se convirtió en república independiente el 20 de mayo de 1902. Y con sus defectos y sus virtudes, sus errores  y sus aciertos, lo malo y lo bueno, pero con la estructura formal e institucional democrática, se mantuvo hasta l959.  Y bajo esa simple simbología, los cubanos del exilio celebran cada año, con júbilo, nostalgia y acaso con ilusión, la fecha del 24 de febrero ¸la fecha patria de nuestra independencia. 
       Pero en otro 24 de febrero, pero de 1996, la aún existente dictadura castrocomunista cometió uno de sus más alevosos crímenes en su larga lista  de hechos tales: los aviones de combate de la fuerza aérea cubana asesinaron a cuatro jóvenes cubanos que, en espacio aéreo internacional, volaban en dos avionetas civiles, Hermanos al Rescate¸ que cubrían su  humanitaria  misión de ayudar a salvar a  cubanos que escapaban de la Isla por el mar. Aquello era un operativo planeado,  en una advertencia de terror para los que entonces huían de Cuba por la costa, y los que en cualquier forma ayudaban a los mismos.  En este  siniestro plan, tomaban parte los espías de la llamada Red Avispa, que la dictadura castrocomunista había situado en el exilio.
Desde entonces,  la hermosa fecha del 24 de febrero, junto a los festejos y actos joviales con motivo del inicio de la Guerra de Independencia que durante la  República (hasta el 95) celebraban, y celebran, en el exterior del país, vienen realizándose, uniéndose la memoria festiva del Grito de  Baire, fecha de la Independencia, al crespón de luto del asesinato de esos nuevos mártires cubanos. Con lo que la dictadura ensombrece  una vez más, la historia de Cuba.
 
 

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