"Dificil lo tienen aquellos que no se incrustan en la propia trama de la vida para protagonizarla..."
Solo cuando entre los hombres,
aunque caminen por veredas distintas, exista un verdadero entendimiento para
lograr objetivos comunes, para alcanzar metas anheladas por ellos mismos, la
victoria sobre la adversidad, venga de donde venga, estará asegurada. Para
ello, debemos vigilar, con sumo celo, que no obstaculicen nuestra marcha por la
vía del diálogo, de la comprensión, de la generosidad... aquellos seres humanos
que son como los nenúfares: siempre inmóviles en la superficie de aguas
estancadas. Nunca jamás debemos olvidar que la palabra sin púas, sin
secretismos, sin sombras... abre e identifica caminos, amaina tempestades y
proporciona vida y esperanzas de futuro venturoso.
A veces reflexionamos sobre cómo
la vida actual, capitalista al cien por cien, se ha convertido para muchos
ciudadanos del mundo, si no aman al dinero sobre todas las cosas, en un
callejón sin salida, en un pozo de una profundidad insondable, en murallas y
más murallas infranqueables. Difícil lo tienen aquellos que no se incrustan en
la propia trama de la vida para protagonizarla e iluminarla, mejorarla y
engrandecerla, proporcionándole interlocución y justicia y progreso desde el
estrato de la sociedad en el que cada uno se halle.
Y de los que no están de acuerdo
con el rumbo que le quieren imponer a los distintos países del orbe, pero por
comodidad, o conformismo, o desidia, o cobardía, o ignorancia... se mantienen
al margen de los problemas sin resolver o pésimamente “parcheados” que tiene
actualmente esas naciones, es mejor no expresar nada sobre ellos. ¿Qué se les
puede decir a estas personas? Nadie convence a nadie. El convencimiento ha de
surgir de dentro, gracias a la firmeza de nuestro autodominio, a la objetividad
de nuestra actividad mental, a los efectos que de esta fluyen para beneficio de
la inmensa mayoría de los humanos. Sin embargo, estas personas están obligadas
a saber cuáles son sus derechos y sus deberes como ciudadanos del mundo, así
como los compromisos políticos-sociales que se derivan de los mismos.
El hombre es conocedor de que más allá de los
intereses personales y partidistas de determinados políticos late el triunfo de
las sociedades, de los pueblos que, al fin y al cabo, es quien les confía o les
retira el poder a sus gobernantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario