"El gobierno del Canada debe ser declarado explicitamente enemigo numero uno de los cubanos y cómplice activo de una dictadura sangrienta..."
Por Santiago Cárdenas MD.
Hay que comenzar
dando el ejemplo. Cero remesas. De manera expedita, legal y estricta.
Obligatoriamente. Toda vez que el instinto familiar es inefable e
incontrolable, las severas restricciones hay que hacerlas desde las cúspides
para salvar la dignidad de un exilio adocenado. Solamente alimentos y comida.
Sólo eso y nada más que eso. Basta de hipocresías y de paños tibios.
Cualquier plan, un
"nuevo" programa, líneas de acción mesiánicas y otros etcéteras por
el estilo, dirigidas al cubano de la isla, –el llamado pueblo – son y serán un
fracaso desde sus mismos inicios. Van orientados hacia un ciudadano esclavo,
acorralado, indefenso, prostituido, ignorante y apático luego de seis decenios
de terrorismo, –tres generaciones, – que han cambiado la idiosincrasia de la
cubanidad. Los cubanos no asumirán, lamentablemente nunca más, la coherencia
alcanzada en sus guerras de independencia ni los valores democráticos de la
república. Basta ya de "wishful thinking”. Y de tontas ilusiones.
Solamente pudiéramos dar un apoyo evidente a las escasas excepciones viables
que vayan surgiendo en el devenir histórico.
El gobierno del
Canadá debe ser declarado explícitamente enemigo número uno de los cubanos y
cómplice activo de una dictadura sangrienta. El Vaticano y su Santidad tienen
que ser retados públicamente con firmeza y a diario en la gran prensa italiana.
Los gobiernos de los países “este-europeos”, antiguos
socialistas, deben constituir una alianza pro cubana y anticomunista, un caucus
de restauración, –al margen de la OTAN y de la Vieja Unión Europea, – o
humillarse en la ignominia de la inacción o las medias tintas, como han hecho
hasta ahora.
Está bueno de un
pacifismo a ultranza. Construyamos una Fuerza de Autodefensa disciplinada,
eficiente, moderna, móvil, clandestina, con alto poder de fuego real y
cibernético sujetada a un poder civil, que salvaguarde nuestra dignidad y
seguridad nacional. Nunca más podrán abusar de nosotros impunemente.
Por último,
reconocer que solamente los EEUU pueden ser los garantes de nuestra soberanía,
cultura e integridad nacional. La anexión debe ser promovida y llevada a
consulta popular. Llegado a este momento excepcional de nuestra historia en que
la seguridad del hemisferio pasa por la estadidad y/o el protectorado
permanente de nuestra Patria.
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