"Sin soberania popular, la soberania nacional es simplemente un eufemismo..."
El supuesto
referendo que supuestamente comenzaron a discutir libremente los ciudadanos
cubanos, desde el 13 de agosto hasta el 15 de noviembre, es un fraude
desenmascarado. Una estrategia gatopardiana; concebida, conducida y controlada
íntegramente por El Partido Comunista Cubano. Partido cuya misión manifiesta es
garantizar el carácter irrevocable del socialismo y la continuidad de La
Revolución. Pecado original que garantiza el poder absoluto del Partido
Comunista, imponiéndole un cinturón de castidad a la nueva constitución
castrista.
Castidad que
impide las libertades políticas, la legitimidad de la participación ciudadana y
desaparece la opción de retornar constitucionalmente a la soberanía popular,
piedra angular de la soberanía nacional. Sin soberanía popular, la soberanía
nacional es simplemente un eufemismo. Esta “consulta popular” no cumple las más
elementales garantías procesales de libre participación y de supervisión
nacional e internacional; lógicamente carece de veracidad y de respeto.
La inolvidable
declaración histórica de Oswaldo Payá: No al cambio fraude, sí a la liberación,
sintetiza el pensamiento y el sentimiento de la oposición fiel desde siempre.
Criterio brújula, para confrontar la convocatoria a apoyar la nueva farsa del
“cambio” constitucional cubano.
La nueva
constitución me recordó mis días de infancia, cuando solíamos cazar pajarillos
con una trampa llamada reguilete; era una jaula rectangular con pequeñas y
sensibles y norias giratorias donde se colocaban alimentos. Cuando una avecilla
se posaba, el mecanismo giraba y la metía presa en la parte inferior de la
jaula. Lo más importante era el señuelo, un pajarillo cantor de bello plumaje
dentro del reguilete, capaz de enamorar a hembritas ansiosas y provocar a
machitos retadores. Cuando el señuelo no atraía suficientes víctimas teníamos
que cambiarlo por otro de más fuerte trinar y más bello plumaje.
Así es la nueva
constitución, cambia el canto y el plumaje pero las trampas aumentan y las
jaulas se estrechan; acercándose veleidosamente, y a veces coincidiendo, con la
Constitución de 1940 satanizada por ellos. Ahora la resucitan hipócritamente,
incluyendo un reconocimiento al también satanizado concepto de la propiedad
privada. La comunidad homosexual ya no será oficialmente humillada, atropellada
y ultrajada en medio de las vías públicas, ni serán confinados a horripilantes
campos de concentración como La UMAP. Pero los que no sean comunistas pagarán
un precio por “desagradecidos”.
La jaula se
estrecha porque El Estado y La Sociedad no solo están subordinados al Partido
Comunista sino que ahora éste es UNICO. El multipartidismo queda condenado a
muerte porque, según la nueva constitución, hay que combatir por todos los
medios, incluyendo la lucha armada, todo intento de cambiar el orden político,
social o económico establecido en la constitución. Se ratifica la ausencia de
derechos humanos y políticos. Ahora los cuentapropistas tendrán más
regulaciones, y más estrictas que antes. Excepto para los extranjeros y para
“La Mafia Castrista” enriquecerse es delito; no es glorioso como sustentara el
reformador Deng Xiaoping. No hay “Modelo Chino” sino “Camino de Yenán”; la
tiranía permanecerá constitucionalmente hereditaria.
Ahora los
inversionistas extranjeros, objetivo principal del fraude constitucional,
tendrán ofertas, circunstancialmente, menos inaceptables. Con este nuevo canto
pretenden paliar la inocultable bancarrota económica. Inversionistas incautos
(existen muy pocos), se alinearán a mentecatos y chantajeados variopintos
(existen muchos), para engrasar el mecanismo del reguilete; son víctimas y
señuelos al mismo tiempo.
Los resultados del
falso referéndum ya están escritos en la bitácora del Titanic castrista; serán
los números exactos que ellos consideren la opción óptima internacionalmente
creíble. Ese mensaje mentiroso del gobierno será el único mundialmente
conocido. Pero… ¿cuál debe ser el mensaje oculto, pero verdadero, del pueblo al
gobierno? Las tres respuestas posibles son demoledoras para el castrismo.
El “SI”,
patrocinado por la tiranía, implica que la constitución de 1976 fracasó; ni
sirvió ni sirve al pueblo. El éxodo indetenible, la crisis generacional y la
fatiga ideológica, son evidencias inocultables de las grietas en los cimientos
del sistema que preludian un colapso estructural. Tratan de evitarlo
inútilmente, rellenando y apretando. Si su petición fracasa, aunque lo
ocultarían como siempre han hecho, tomarán conciencia del ineludible y
peligroso precio histórico, familiar y personal que tendrán que pagarle al
pueblo.
El “NO”, propuesto
por la mayoría de las organizaciones afiliadas al Encuentro Nacional Cubano, y
muchas otras dentro de Cuba, se percibe como un deber cívico y un mensaje
directo, divisorio y derrotista, para el régimen. Una confrontación a la
petición de apoyo del régimen. El Encuentro Nacional Cubano acude al exilio
para que gestionen la opción del NO con sus familiares en Cuba. “La abstención”
es un rechazo indirecto pero difuso; aunque también condena al fraude, la
tiranía tratará de disfrazarla ridículamente con trapos retóricos.
La conclusión es
trágica para el régimen: el pueblo no quiso ni quiere lo que tuvo, tiene y
tendrá.
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