domingo, 24 de mayo de 2020

MARIELA CASTRO Y LA UMAP



Pablo Milanés asegura que las UMAP sí fueron campos de concentración

“Juntaron a todos los que consideraban despreciables en un campo de concentración”, dijo Pablo Milanés de lo que Mariela Castro llama “escuelas al campo”
MIAMI, Estados Unidos.- En el documental que el realizador cubano Juan Pin Vilar hizo sobre el cantautor cubano Pablo Milanés, el reconocido artista habló de varios temas que marcaron su vida, incluida su traumática experiencia en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP).
“Juntaron a todos los que consideraban despreciables en un campo de concentración”, dijo Pablo Milanés al referirse a los lugares que justamente Mariela Castro, la hija del dictador cubano Raúl Castro, y directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), dijo que no eran más que escuelas al campo.

En las UMAP el régimen castrista reunió a muchos cubanos por sus ideas, su orientación sexual, por ser contrarrevolucionarios o por cualquier otra actitud contraria a los ideales que el difunto dictador Fidel Castro promovía.
“Los recogieron a todos, la misma tarde a la misma hora, en camiones, y los llevaron para guetos, se puede decir”, aseguró el cantautor, sin embargo, dijo que los que peores lo pasaron fueron los homosexuales.
Pablo Milanés dijo que sus opiniones respecto a la revolución fueron los motivos por lo que lo encarcelaron en un campo de las UMAP, pues era bastante liberal y decía lo que creía delante de quien fuera.
El cantautor contó que creó en esos campos de concentración una obra de teatro, junto a Ricardo Barbera, que contaba lo que estaba sucediendo. “Tenía el síndrome de Estocolmo”, y se sentían culpables porque entre otras cosas eso eran lo que les decían todos los días: “ustedes son culpables, ustedes son árboles que han crecido torcidos”. Finalmente terminaron por romper la obra.
En el documental Pablo Milanés contó cómo se fugó de las UMAP, y que los escuadrones de la lucha contra bandidos de Fidel Castro eran los encargados de apresar a todos aquellos que lograban escapar.
“Me sentía revolucionario. Y cuando me engañaron de aquella manera, que me mandaron un telegrama donde me decían que había sido elegido para el servicio militar y en realidad fui elegido para un campo de concentración. Para un muchacho de 23 años eso fue brutal”, aseguró.
Y agregó, “cuando te haces más maduro eres más escéptico. Ya no crees, simplemente sobrevives y te dedicas a lo que sabes hacer”.


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