Jessica Chastain es una fría
lobbista en la trastienda de Washington
Hace ya tiempo que Jessica Chastain decidió erigirse como una de las voces más contrarias a la
desigualdad que impera en Hollywood entre hombres y mujeres. La actriz, que
cuenta con dos nominaciones al Oscar y ha sido reclamada por directores como Terrence Malick y Ridley
Scott, dice no aceptar un papel sin preguntar antes el salario que recibirán
sus compañeros varones por el mismo trabajo.
Chastain acudió a Madrid para hablar sobre su impecable
interpretación en «El caso Sloane», la última película de John
Madden y en la que la actriz se mete en la piel de una lobbista sin
sentimientos que decide plantar cara a la industria armamentística, caiga quien caiga en su camino.
Como demuestra en la cinta de Maden, no es la lucha por la
igualdad salarial lo único que motiva a la actriz a la hora de escoger un papel
en Hollywood. «Cuando acepto un trabajo, siempre pienso en cómo puedo
contribuir con él a la sociedad. ‘El caso Sloane’ es un filme muy
polémico, no solo por el hecho de denunciar la situación de la industria
armamentística en EE.UU., sino también por mostrar a un personaje que no tiene
nada que ver con lo que se piensa que debe ser una mujer», destaca. Su papel,
el de Elizabeth Sloane, es el de una gélida política que en ningún caso sigue
las convenciones sociales. «Muchos esperan que una mujer cuide de su casa y tenga hijos. Elizabeth no es así, va contra los estereotipos y eso es algo
que me gusta», subraya Chastain.
Protestar sin miedo
No fue fácil meterse en la piel de una mujer sin código ético.
«Elizabeth siempre es la más lista de la clase, algo que no encaja conmigo y
que me costó a la hora de preparar el papel. Mi personaje, sin embargo, debería de
servir como fuente de inspiración para que las jóvenes decidan
hacer todo aquello que se propongan, sin importar el género» , recalca.
El pasado año la intérprete creó su propia productora, «Freckle
Films», en la que intervienen conocidos rostros del cine como Juliette
Binoche o Freida Pinto y con la que Chastain pretende
aumentar el cupo de películas realizadas, producidas y dirigidas por mujeres.
«Busco guiones que representen a mujeres realistas, papeles interesantes sobre
personas fuertes con los que, además, pueda dar voz a todo aquello que no se
cuenta en las grandes producciones», explica.
La brecha salarial en Hollywood comienza a hacerse cada vez más
delgada. Al menos, dice Chastain, «ya hemos conseguido quitarnos el miedo a la
hora de hablar. Cuando comencé a actuar, pensé que si señalaba una injusticia en Hollywood mi carrera
terminaría. Ahora, todo es diferente. Además, la elección de Donald Trump
como presidente de EE.UU. está cambiando la Industria, que ha empezado a
mirarse a sí misma para mejorar respecto al modo en que trata a las minorías»,
afirma.
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