"Hay crimines peores porque implican a ciudadanos apoliticos..."
Ramiro Gómez Barrueco Ex preso político. Escritor. Empresario.
Ante todo agradecer y felicitar a todos
aquellos que realizan un esfuerzo por actualizar las acusaciones de crímenes, torturas
y violaciones de los derechos humanos del régimen castrista. En especial al
Directorio Democrático y al abogadomejicano René Bolio.
La Constitución Castrista es una prueba
irrefutable de la violación permanente de Los Derechos Humanosy de la
discriminación política estructuctural de la sociedad cubana. La discriminación
institucionalizada trasciendearbitrariamente a cualquier circunstancia social.
Las leyes castristas, maquilladas con populismo, están preñadas de exclusivismo
aristocrático. Algunas violan los derechosmás elementales, como el artículo 52,
que sólo da libertad de palabra y prensa conformea los fines de la sociedad
socialista.Debería ser innecesario cuestionarse si se violan Los Derechos
Humanos en Cuba porque lo que se ve no se pregunta.
Los incrédulos exigen, como dedos en las
llagas, pruebas específicas que se deriven de los conceptos discriminatorios y
totalitarios del castrocomunismo. Recordemos La Zanja de San Juan,en Santiago
deCuba, donde fueron fusilados y enterrados, algunos agonizando, más de 70
militares, sin celebrarles juicio, consecuentemente sinapelación. La exhumación
pública (año 1971), mostró másde 100 osamentas que fueron llevadas hasta una
barcaza y lanzadas, presuntamente, en La Fosa de Batlle. Los Batistianos eran y
son cubanos, seres humanos con derechos inalienables. No eran extraterrestres. Ernesto
Guevara fusiló a más de 400 civiles en La Cabaña (Habana) de forma parecida.
Hay crímenes peores porque implican a ciudadanos
apolíticos, y hasta decenas de niños, como El Hundimiento del Remolcador 13 de
Marzo y La Matanza de Canímar; por sólo mencionar dos de los más famosos e
innegables. Fusilamientos para escarmentar a la población, para que no
abandonen el país, como los de Lorenzo Copello, Bárbaro Sevilla y Jorge
Martínez Isaad; o como el fusilamiento aéreo de los cuatro heroicos pilotos
humanistas de Hermanos al Rescate.
No hay que demostrar la represión intelectual
porque según el artículo38 de La Constitución Castrista “Es libre la creación
artística siempre que su contenido no sea contrario a La Revolución”.¿Les basta
con El Caso Padilla y El Caso Arenas?¿Necesitan cien más?
Los casos de torturas son múltiples,
repetitivos y escalofriantes. Los electrochocks húmedos, especialmente en los
genitales,aplicados en La Sala Carbó Serbiá del hospital psiquiátrico habanero.
Las Gavetas, La Mojonera, Las Cabañitas, Las Leoneras, los asfixiados (como la
famosa rastra), los muertos por sed y golpes como López Chávez, Orlando Zapata…
y hay muchísimomás.¿Qué podemos esperar de los Hermanos Castro que fueron
capaces de planificar un holocausto nuclear que implicaba la desaparición de
nuestro pueblo y de nuestro país? ¿De qué no es capaz un genocida?
Todos estos crímenes estaban convenientemente precedidos del venenoso aperitivo del estigma. La calumnia, agotadora y ensordecedora, convertía a Bonifacio Haza en asesino de Frank Paísy a Huber Matos, al Presidente Urrutia, al Consejo de Ministros, a los jefes de la aviación , de La Marina y a miles de revolucionarios más, en traidores.Las familias batistianas fueron las primeras en sufrir la estigmatización social, con el horroroso calvario del repudio y la persecución, orquestado por los fanáticos oportunistas de siempre.Los revolucionarios no podíamos vislumbrar lo que nos esperaba.
Mi hija y mi hijo, de 6 y 4 años, mi primera
esposa y yo, fuimos lapidados al salir de inmigración en el año 1980. Escapamos
milagrosamente cuando ellos mismos se agredieron accidentalmente y se formó una
trifulca de armas en mano. Sólo me permitieron abandonar el país a mí. “La jefa
del Comité” organizó a los niños del barrio para que golpearan a mis hijos gritándoles
¡Tu papá es un traidor! Mis hijos le respondían ¡Mi papá no es un traidor!
Entonces le embarraban los ojos con
tierra. Finalmente su madre, normalmente tímida y cautelosa, tomó un machete y
corrió tras “La Jefa”. No hubo más
tierra ni golpes; sólo ostracismo.
La narración de estos acontecimientos
represivos, de La Embajada dePerú y El Mariel, se encuentran detallados en el
libro del ingeniero Carlos Berenguer“Incertidumbre en La Habana”,que fue
presentado por el columnista del Nuevo Herald Jorge Dávila.El famoso caso de
“Carlitos el de 26”, quintaesencia de la estigmatización, cuyo acto de repudio
duró 42 días sin interrupción. Se detuvo finalmente porque Hilda Torralbas,
madre de Carlitos, era una Comandante Histórica de La Sierra. Aunque aislada
del proceso revolucionario, conservaba suficientes influencias.
El Instituto de la Memoria HistóricaCubana contra
el Totalitarismo ha realizado muchas investigaciones sobre los crímenes del
castrismo. Su Calendario Negro del
Totalitarismo Cubano relata varios crímenes cometidos en cada uno de los 365
días del año.El universo humanista castrista carece de
estrellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario