"Por lo expuesto se deduce que Denendranath Tagore se desvivivo por darles a su hijo una profunda formacion religiosa..."
Málaga (España)
Para
Rabindranath Tagore (Calcuta, 7 de mayo de 1861 - ibíd., 7 agosto de 1941) la
figura de Dios está por encima de todo tipo de divisiones y parcialidades. El
hombre debe luchar para conseguir la paz espiritual, una auténtica religiosidad
y una generosidad totalmente fructuosa desde el amor a todo y a todos.
Asimismo, al hombre, desde niño, se le debe proporcionar una educación
religiosa y espiritual desde el respeto por todas las ideas. Tagore nos dice
que “mi religión se cifra en la reconciliación del Hombre superpersonal, el
Espíritu humano universal, en mi ser individual”, aunque Katherine Masis aboga
por sustituir hoy día el término superpersonal por el de transpersonal.
La religión más antigua de la India fue la védica (desde mediados del
siglo II milenio a. C. hasta el siglo VI a. C., que fue cuando surgió el
brahmanismo). Esta nueva religión, aunque para determinados historiadores es la
misma que el vedismo, estuvo en vigor hasta que comenzó el hinduismo hacia el
siglo III d. C., luego Tagore, desde el alba de su niñez, profesó el hinduismo,
ya que esta religión fue la de toda su aristocrática familia, pero un hinduismo
basado en el movimiento de reforma religiosa, conocido con el nombre de
Brahmo-Samaj, creado en 1828 por Ram Mohan Roy, filósofo indio. Dicho
movimiento, aunque sumamente diferenciado del hinduismo, promovía el culto a un
Ser supremo y una ética inspirados en los Evangelios cristianos, desterrando,
por consiguiente, la propia idolatría hindú, así como ciertas normas y
preceptos también hindúes no aprobadas por Occidente. Duarkanaz Tagore, abuelo
de Rabindranath, y Maharishi Devendranath Tagore, padre de nuestro Premio Nobel
de Literatura 1913 (el primer asiático en conseguirlo), fueron dos de los más
fieles seguidores de Ram Moham, pues tanto el abuelo como el progenitor de
Tagore no aceptaban todos los credos y normativas del hinduismo. Para la
difusión de dichas reformas se creó en 1863 una residencia y centro de
meditación cerca de Calcuta bajo el nombre de Santiniketan, la “Casa de la
Paz”.
Por lo expuesto se deduce que Devendranath Tagore se desvivió por
darle a su hijo una profunda formación religiosa y espiritual, según los
objetivos marcados por el movimiento religioso Brahmo-Samaj, ejerciendo, sin
lugar a duda, una honda influencia en el pensamiento y comportamiento de su
hijo. Para él era importante la ligazón entre el hombre y la naturaleza, la
concordia pacífica entre los pueblos y el desarrollo personal sobre cimientos
espirituales.
Tagore, pues, con el paso de los años fue forjando y enriqueciendo su
bagaje religioso y espiritual. Al mismo tiempo, sintió la necesidad de escribir
poesía. Su primer poema conocido fue “Flores silvestres”, lo escribió a los 12
años, y en el año 1878 publicó su primer libro, una colección de poemas
titulada “Kabi Kahini”. “Rabindranath, manifiesta Ortega y Gasset, es un poeta
místico, que cantó en El jardinero;
pero el resto de su obra, espléndido edificio lírico, no tiene más inquilino
que Dios”.
Es de todos sabido que Rabindranath, además de ser poeta y filósofo,
fue artista, dramaturgo, músico, novelista, compositor, pintor, educador y, en
la época tardía de su vida, pintor. Como maestro precisó el lugar que la religión
debería tener en la educación. Para dejar claro dicho enclave, escribe que: “La
naturaleza y el espíritu humano unidos serán nuestro templo y el desinterés y
las buenas acciones nuestra religión”. (“Dharma Sikhsha”, 1912).
El mismo Tagore refiere una de sus primeras experiencias místicas: “Cuando tenía 18 años, una súbita brisa primaveral
de experiencia religiosa llegó a mi vida por primera vez, y pasó, dejando en mi
memoria un mensaje directo de realidad espiritual. Un día en el que contemplaba
el amanecer y el sol enviaba sus rayos desde detrás de los árboles, de pronto
sentí como si una antigua niebla se hubiera desvanecido delante de mi vista, y
la luz matinal sobre el rostro del mundo me revelara una luminosidad interior.
La pantalla invisible de lo habitual desapareció de encima de todas las cosas y
de todos los hombres, y su última significación se intensificó en mi mente...
Los fragmentos insignificantes perdieron su
aislamiento individual y mi mente se reveló a la unidad de una visión... Estaba
seguro de que un Ser me incluía, y mi mundo buscaba su expresión más adecuada
en todas mis experiencias, uniéndolas en una individualidad amplia que era una
obra de arte espiritual. Ante este Ser yo era responsable; porque la creación
en mí era Suya tanto como mía. Quizá se trataba de la misma Mente creadora que
modelaba al universo de acuerdo con su idea eterna, pero en mi interior, el de
una persona, adquirió una relación personal que se hacía conciencia más
profunda...
Me proporcionó gran alegría sentir en mi vida el
misterio de una unión de los dos en una camaradería creadora. Sentí que, al
fin, había encontrado mi religión, la religión del Hombre, en la cual lo
infinito se hacía claro dentro de la humanidad y se me acercaba necesitado de
mi amor y mi cooperación”.
Según ciertos historiadores, Tagore se convirtió posteriormente al
hinduismo más ortodoxo, abandonando el movimiento religioso que fundó Roy.
En el mundo hindú, la sílaba AUM (Om) simboliza la
totalidad, es decir, Brahman (divinidad absoluta e impersonal del hinduismo,
así como la energía que arrastra consigo; lo único trascendente e inmanente) y
Atman (alma espiritual). La identidad de ambas sigue siendo el fundamento de la
religión hindú.
Los hindúes, además de creer en la reencarnación y en sus textos
sagrados o Vedas, reconocen y adoran a Brahma, como dios supremo, un Ser
universal en el que el alma del hombre aspira a diluirse en él cuando se libere
del cuerpo y consiga abandonar su karma, es decir, cuando deje la energía que
le hizo vivir y posee otra energía nueva con la que ya es plenamente libre para
ayudar mejor con su luz a la humanidad y al mundo en donde esta vive.
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