"La crueldad del castrismo se hace mas insensible con el tiempo..."
Por Pedro Corzo
La participación de estadounidenses en las
luchas de los cubanos por la libertad se puede calificar de constante, un
ejemplo heroico fue Henry Reeve, equivocadamente identificado como el
“Inglesito”. Reeve, en realidad, un yankee de
Brooklyn, participó bravamente en la primera Guerra de Independencia de Cuba,
herido en varias ocasiones retornaba a la lucha con el ardor que nunca perdió.
Murió a los 27 años en el combate de Yaguaramas, con el grado de brigadier general
del ejército Libertador.
En la lucha contra el régimen de Fulgencio Batistas participaron coterráneos de Reeve, el más destacado fue el comandante William Morgan fusilado junto al cubano, también comandante, Jesús Carrera, el 11 de marzo de 1961 en La Cabaña.
En la lucha contra el régimen de Fulgencio Batistas participaron coterráneos de Reeve, el más destacado fue el comandante William Morgan fusilado junto al cubano, también comandante, Jesús Carrera, el 11 de marzo de 1961 en La Cabaña.
Morgan fue precedido en el martirologio
por otros paisanos suyos. Robert Ellis Frost, derribado en febrero de
1960 por el fuego antiaéreo castrista, cuando piloteaba un pequeño avión en el
cielo matancero.
En octubre de ese mismo año el
capitán Armentino Feria desembarcó en Navas, Oriente, después de varios
enfrentamientos, fue capturado junto a los 24 expedicionarios sobrevivientes,
días después 10 fueron fusilados, entre ellos cuatro estadounidenses, Robert
Otis Fuller, August K. McNair, Anthony
Zarba y Allan D. Thompson.
La dolorosa relación se extiende. El 19 de abril de
1961, el estadounidense August K. McNair, operador de radiotelegrafía, fue
fusilado junto a Francisco García Guardarrama, Narciso Bello
Martínez, Eligio Caleb Suri Goicochea y Gilberto Betancourt Chacón,
ninguno había cumplido los 30 años de edad. Habían entrado clandestinamente a
Cuba por la provincia de Pinar del Rio para incorporarse a las guerrillas que
allí operaban.
Ese mismo día, Howard Anderson, un hombre de negocios que residía
en La Habana, acusado de ser agente de la CIA y contacto entre los diferentes
grupos que combatían al régimen, fue fusilado al lado de los cubanos Juan
Ramón Leal Estrada, Manuel Villanueva y Joaquín F. del Cueto
Rodríguez, el primer venerable maestro masón ejecutado por la dictadura.
El 3 de junio de
1961, en la provincia de Las Villas, fusilaron a Williams
"Bill" Patterson, ese
año, en septiembre, ejecutaron en el paredón a William Horace Patten, quien
había ingresado clandestinamente al país para colaborar en la creación de un
frente guerrillero.
En Playa Girón, durante los combates, derribaron
pilotos cubanos y estadounidenses, estos últimos, volaron voluntariamente a la
isla para llevar suministros a los efectivos que combatían en la costa sur de
Cuba porque los
pilotos cubanos habían operado durante varios días de forma
continua y sin descanso alguno.
En esas misiones, que
cumplieron en contra de la voluntad de sus superiores, fueron abatidos
Frank Leo Baker, Riley W. Shamburger, Wade Caroll Gray y Thomas Willard Ray, quien sobrevivió a la
caída del avión, pero fue asesinado en tierra por un disparo del oficial
castrista Oscar Fernández Mell. Los restos mortales del capitán
Ray, “Pete Ray”, fueron recuperados por su hija 18 años después.
De esta penosa
relación no debe faltar el mayor de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Rudolph Anderson, hijo, tumbado el 27 de octubre de
1962 por un cohete tipo Sam cuando volaba en un U-2 sobre Cuba durante la
crisis de los misiles.
La crueldad del castrismo se hace más insensible
con el tiempo. Derribó, en una acción de criminal soberbia, con aviones Mig de
combate, en aguas internacionales, a dos pequeños aviones desarmados que
eran tripulados por jóvenes estadounidenses que no realizaban ninguna operación
que pusiera en peligro la estabilidad de la dictadura. Así fueron asesinados,
por orden directa de Raúl Castro, Armando Alejandre, hijo, Carlos Costa y Mario
de la Peña y el joven cubano, Pablo Morales.
Para esta criminal ejecución en el aire, la
dictadura cubana contó con el apoyo de una red de espionaje que operaba al
interior de Estados Unidos, que dirigía Gerardo Hernández, que junto a otros
dos espías, fue excarcelado por el presidente Barack Obama y enviados a
Cuba.
Los
crímenes de los Castro han trascendido las fronteras cubanas. Mucha de la
sangre derramada en numerosos países, corresponde a su exclusiva autoría, el
auspicio de la desestabilización y la subversión en el continente, es una
forma criminal de hacer política.
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