"Esa incansable búsqueda, quiza de si mismo, los une y los enriquese,..."
Lola Benítez Molina Málaga (España)
Fuente añorada de inspiración a ti acuden, y en tus aguas
refulgentes, avivaron su rebeldía precoz. No pretendían el éxito, tan sólo
caminar por el palpitante sendero de la búsqueda insaciable, que a sus pasos de
inusitada genialidad se rinde, sin llegar a percibir lo superfluo de sus vidas.
Errantes, en un mundo cruel, su sensibilidad aflora en un intento de sobrevivir
a un agonizante deambular. ¡Cuántos hubieran querido seguir sus pasos y
embriagarse de encuentros furtivos con el arte que impregnaba su sangre y su
corazón! Desconocían que la posteridad los aguardaba silenciosa. Tal es el caso
del sempiterno Picasso, cuya vida será llevada a la gran pantalla por otro
malagueño, internacionalmente reconocido, Antonio Banderas.
Esa
incansable búsqueda, quizá de sí mismos, los une y los enriquece, como es el
caso de la millonaria escritora estadounidense Gertrude Stein, que se instaló
en París en 1903 y, por cuyo apartamento, en pleno Montparnasse, pasaban
poetas, filósofos y artistas de vanguardia. Auténtica mecenas y poseedora,
junto a su hermano, de una gran colección de arte. La autora de “Three Lives”,
libro inspirado en un retrato que Cézanne pintó a su mujer, consiguió que
Picasso la pintara (retrato), cuando estaba en su “época rosa”, pero pronto se
inició en el famoso “cubismo”, influenciado por Cezanne, el Greco, el arte
primitivo africano, las figuras cicládicas (estatuillas de pequeño y mediano
tamaño, de anchos hombros y caderas estrechas, datadas entre el 2500 y 2000 a.
C. y aparecidas en las islas Cícladas), Matisse, que era otro de los asiduos
del apartamento de Gertrude Stein, a quien gustó también codearse con
Hemingway.
Otro de los
amigos de Picasso, al que el pintor admiraba, fue el guionista, dramaturgo,
letrista y poeta francés Jacques Prévert, figura destacada del mundo cultural
parisino de la posguerra y que alcanzó la fama con su libro titulado “Palabras”
(1945). Según él, a través de la palabra se puede obtener la felicidad, aunque
también utilizó ésta como defensor de las causas justas y en contra de la
opresión sufrida por diversos países. Con un lenguaje popular y humor crítico,
supo narrar la vida cotidiana y llegar a lo más profundo de la esencia del
lector. Enmarcado dentro del surrealismo, rompió en 1930 con su máximo
exponente André Breton. Todo ello marcó su carácter rebelde.
El poeta,
novelista y ensayista Apollinaire, gran vitalista, amante también del arte
africano, que promovió el futurismo y el cubismo, así como el escritor, poeta,
dramaturgo y pintor Max Jacob figura entre los notables amigos del indiscutible
y genial Picasso.
Toda una época convulsa de idas y
venidas, de nómadas, que avivaron el fuego de la pasión imperecedera y
atemporal.
Genial artículo de la escritora malagueña Lola Benítez
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