POR LA ÓRBITA DE LA LUZ RELÁMPAGOS
INTERIORES
(Antología 1984-2010)
Lola Benítez Molina Málaga
Como todos bien
sabemos, Isabel Díez Serrano es una poeta de reconocida valía humana y poética
dentro y fuera de nuestras fronteras. Por ello, es muy conocida en España y en
otros países del orbe (México, EE UU, Argentina…). Su obra “Relámpagos
interiores”, magnífica antología, es un manantial de donde mana una fragancia
creativa, con un poder de revitalización tan supremo que al penetrar en la
psique del lector, éste experimenta, rodeado por un silencio de primera mano,
la esencia de una emotividad repleta de confianza en el trigo humano y de
esperanza, asumida sin condiciones, en ese sol que luce en el alma de cada
hombre y de cada mujer que buscan sin cesar la identidad de su naturaleza. Del
continuo fluir de la sangre de estos poemas, percibimos los sonidos rítmicos de
las palabras, de los versos que exhalan, desde el interior de sus pulpas,
aromas de pensamientos e ideas que gozan de salud perfecta y savias de voluntad
irresistible, como nutrientes para la energía positiva de nuestra alma, para
los latidos fraternales de nuestro corazón, para la luz, sin sombras ni
debilidades, que ilumina nuestros pasos…
Por otro lado, se aprecia un hondo
palpitar ante la vida, el amor o la muerte llegando a acercarse al misticismo,
como muy bien dice D. Juan Van-Halen, escritor, periodista, poeta y político, y
presidente de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles. Como Isabel
dice: le “encanta jugar con las palabras”, así queda de manifiesto en el bello
poema titulado” Se me ha enredado el alma”: “…Sé que es mi pecho quien me hiere
/ y me faltan los ríos que apacigüen mi sed. / La zubia desbocada de mi pelo”.
En “Testigos de amor y la locura” honra a numerosísimos poetas y refleja los
valores humanos y literarios de Isabel Díez Serrano. Es difícil escoger entre
tan sublime belleza, pero pueden mencionarse los dedicados a Federico García
Lorca con el nombre de “Te nos fuiste de luz y de agonía” o el dedicado a Pablo
Neruda titulado “Versos tristes”: “…y me duele el amor, me duele / no haber amado
tanto, hasta morir, / me duele el infinito de su sombra…”. Los poemas de Isabel
están escritos con un lenguaje eficaz, directo y culto, perfectamente elaborado
y con certeras imágenes literarias, gracias al virtuosismo lírico de su autora,
ornado, además, con una adjetivación sorpresiva y puntual. Por consiguiente, es
éste un lenguaje rico y bello, transparente y fecundador, que atrae al lector
más exigente. Es la esencia, empapada de vivencias, sentimientos puros…, que
fluye de la poeta, desde su yo íntimo. “Relámpagos interiores” es una antología
poética de oro y diamantes. Un clásico, dentro del sol literario y universal,
que simboliza la conjugación perfecta del lenguaje con la riqueza espiritual de
la autora que siente la vida como un río de luz incesante, que va a desembocar
en el mar de la Verdad.
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