"La digitalización y la automatización conforman actualmente los procesos productivos de medio mundo..."
Carlos
Benítez Villodres Málaga (España)
Los jóvenes
de hoy viven en un mundo distinto al nuestro y el futuro de su economía también
será diferente. El panorama no es el más alentador para la población juvenil.
En ese sentido, las nuevas
generaciones están sumidas, en un universo económico totalmente distante y
diferente del que han vivido las generaciones previas. Mientras los baby boomers se han beneficiado
de un periodo de crecimiento económico sostenido, mejoras en salud, empleo,
avances sociales…, los milleennials (se les llama así a los nacidos entre 1981
y 1996) han sido castigados por la Gran
Depresión y sus consecuencias, y esto, a su vez, ha reducido sus
posibilidades para lograr una carrera y unas finanzas estables.
Esta recesión o crisis económica
mundial, denominada por un sinnúmero de expertos internacionales como la
“crisis de los países desarrollados, es decir, las naciones pertenecientes al
“primer mundo”, comenzó en el año 2008, aunque los primeros síntomas ya aparecieron
en 2007 con la quiebra de varios bancos de inversión estadounidenses.
La digitalización y la
automatización conforman actualmente los procesos productivos de medio mundo.
Otro dato interesante es el papel que la digitalización y automatización ha tomado
en los procesos productivos de medio mundo. Los avances tecnológicos están
transformando de forma profunda el mundo laboral, poniendo en riesgo muchos
trabajos y obligando al capital humano a adaptar sus habilidades, rápidamente,
en un entorno cambiante. Y aunque la evolución ha dado pie a grandes mejoras en
el nivel de vida y en las rentas que generan a nivel agregado, su reparto
también ha aumentado la desigualdad.
La generación de los sueños
rotos, o de Peter Pan, o la más preparada está afectada por el paro a pesar de
la excelente formación que tiene. La inmensa mayoría de nuestros jóvenes tiene
títulos universitarios (médicos, ingenieros, físicos, químicos, biólogos,
astrofísicos, etc., etc.). Sin embargo, si logran un puesto de trabajo, es a base
de contratos basura y salarios irrisorios.
Ante este panorama tan
desalentador, incontables jóvenes han optado por marcharse a otro país para
buscarse la vida fuera de nuestras fronteras. Muchos de ellos no trabajan,
según su carrera universitaria, sino que tienen que laborar como camareros,
barrenderos, albañiles, etc.
La situación en España para “la
generación de la crisis” es caótica y desesperanzadora. En el presente año, hay
3,7 millones de jóvenes españoles, menores de 35 años, viviendo en el extranjero
su exilio forzoso.
Estos jóvenes recorren
tristemente el mismo camino que emprendieron sus abuelos durante la masiva
emigración de las décadas de los 50 y de los 60, enfrentándose a serios
problemas de futuro que rompen de un tajo sus creencias y sus sueños, sus
esperanzas y sus ilusiones… Por ello, están desesperados y tienen una gran
animadversión hacia la sociedad actual. Asimismo, han perdido la confianza en
las instituciones, en los partidos políticos, en los dirigentes de empresas,
etc.
Un amplio sector de los millennials vive
indignado y reniega del sistema político, económico y social, pero gracias a su
juventud triunfarán en otras naciones súper desarrolladas.
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