viernes, 11 de octubre de 2019

NOS LO MERECEMOS


"Los turcos tienen por ello razones para detestar el nacionalismo kurdo..."

Por Francisco de Andrés
Los gobiernos europeos rechazaron en su día juzgar a miles de yihadistas apresados por los kurdos y los norteamericanos
 Es muy fácil endosar al presidente Trump la responsabilidad de la invasión turca del norte de Siria –dirigida a aplastar a la milicia kurdo-siria y redibujar el mapa de Oriente Próximo– y hacer caso omiso de la responsabilidad importante de Europa en esa situación y en sus posibles consecuencias. Tanto para la población civil kurda del norte de Siria, como para la suerte del yihadismo de Daesh en la región. Trump respondió hace días con desdén y sarcasmo cuando la prensa le preguntó por el destino de los miles de presos de Daesh en manos de la hasta ahora alianza entre las tropas norteamericanas y la milicia kurda. Los gobiernos europeos, dijo, rechazaron en su día recibir a los miles de yihadistas con pasaporte europeo capturados en el norte de Siria, para que fueran juzgados en casa, y ahora la suerte de los islamistas puede depender de su pericia para escapar y regresar a la clandestinidad en Europa. Eso si antes no son apresados por las fuerzas turcas, y pasan a formar parte del chantaje que el presidente turco lanzó ayer a la UE: abrir las compuertas hacia Europa de sus más de tres millones de refugiados sirios, con el caballito de Troya de los yihadistas de Estado Islámico ya sin cadenas.
Los kurdos de Oriente Próximo –repartidos en cuatro países: Turquía, Siria, Irak e Irán– son quizá después de los israelíes el pueblo más cercano a Occidente. Su diáspora es especialmente importante en Alemania, pero en Oriente Próximo mantienen una identidad cultural y linguística muy sólida. En los años 70 del siglo pasado prendió en muchos el virus del nacionalismo exacerbado, de la mano del marxismo, y la milicia kurdo-turca del PKK abrazó sin dudarlo la violencia y el terrorismo para obtener sus fines: el sueño del Gran Kurdistán. Los turcos tienen por ello razones para detestar el nacionalismo kurdo, pero han pasado muchos años, su líder, Ocalan, termina sus días en la cárcel, y la estructura política del PKK ha abandonado oficialmente el leninismo.

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