EN TORNO AL LIBRO “PÁJARO LINDO DE LA MADRUGÁ” DE ZOE VALDÉS
Agustin Pais <agustinpais@att.net>
El comentario
adjunto del autor José Álvarez sobre el libro de Zoe Valdés se queda corto
sobre la culpa de Batista al romper el rumbo democrático de Cuba al dar Batista
el golpe de estado del 10 de Marzo de 1952 a escasos meses del 1o de
Junio de 1952, de elecciones democráticas. Y no solo eso, sino que su dictadura
fue la causa del asalto al cuartel Moncada el 26 de Julio en un esfuerzo por el
pueblo para acabar con su dictadura; y más aun cuando se considera que Fidel
Castro estaba inscrito como aspirante a Representante por el Partido Ortodoxo
para esas elecciones del 1952.
Consecuencias
nefastas de la dictadura comunista que pario la dictadura comunista que aun
sufre Cuba.
Dejemos que el
lector llegue a la decisión del paso nefasto del "guajirito de Banes"
en la historia de Cuba desde su golpe del 4 de Septiembre del 1933 hasta su
huida de Cuba el 31 de Diciembre del 1958.
La escritora cubana
residente en París Zoe Valdés acaba de publicar un libro que comenzó en 1992
pero lo tuvo que abandonar por la cantidad de problemas alrededor del supuesto
homenajeado: Fulgencio Batista y Zaldívar. Confiesa que luego comenzó “a
entrevistar a personas muy mayores en Miami que la llevaron a otros y a otros…”
¡hasta que se empató con los familiares directos de Batista: “su cuñado, sus
hijos, sus nietos”. Esos le sirvieron para ayudar a las biografías existentes y
armar el muñeco “con el testimonio de los que lo conocieron”. El título “Pájaro
lindo de la madrugá” es uno de los versos de la canción “Sunsunbabae”, compuesta en 1952, precisamente el año del golpe de
estado.
De entrada, ya se
descubre la naturaleza subjetiva de las opiniones vertidas sobre la vida del
dictador cubano. Sí, señora Valdés, aunque usted afirme que “Batista ha sido
llamado injustamente dictador”, su personaje no sólo fue un dictador sino
también un criminal y un ladrón. Vayamos por partes.
Que
Batista fue un dictador lo afirma la Real Academia Española: “En la época moderna, persona que se arroga o recibe todos los poderes
políticos y, apoyada en la
fuerza, los ejerce sin limitación jurídica”; y también
una “persona que abusa de su autoridad o trata con dureza a los
demás”. Recordemos que Batista, a quien las encuestas colocaban en
el último lugar de la preferencia popular a 78 días de unas elecciones
generales, por muy santo que lo quieran pintar sus recientes defensores, no
recibió mandato divino alguno para alterar el ritmo constitucional de Cuba. En
el segundo libro de esta trilogía, que será sobre la vida de Fidel Castro, la
autora debe señalar que fueron Batista y sus partidarios quienes parieron a
Fidel Castro aquel 10 de marzo. Sin saberlo, claro está, se habían convertido
en los primeros fidelistas de una larga lista que hoy parece haber
desaparecido.
Batista
gobernó con el apoyo de las fuerzas represivas, realizó un par de elecciones
fraudulentas, persiguió a miembros de los poderes legislativo y judicial, no se
cansó de encarcelar y asesinar opositores y, al final, terminó huyendo como
había llegado: amparado en la negrura de la madrugada y no como el pájaro lindo
del título de este libro.
El
guajirito oriundo de Banes fue también un criminal. Olvidémonos de los
fraudulentos 20 mil muertos que fabricaron Quevedo y de la Osa en la Revista
Bohemia. Batista estuvo en el poder 6 años, 9 meses y 22 días. Para que esa
cifra resulte cierta, los esbirros de la dictadura tenían que haber eliminado
un promedio de 8 personas en cada uno de los 2,485 que estuvieron en el poder.
Repito: 8 personas por día, un muerto cada tres horas. Ahora bien, no fueron 20
mil, pero sumaron un número considerable. Y aquí existen diferentes criterios.
En el libro que dejó inconcluso Armando Lago, fallecido en 2008, se cita una
cifra preliminar de 3,276 entre víctimas y victimarios de ambos lados. Detrás
de cada uno existe una tragedia que nunca debió haber ocurrido y la culpa es
enteramente de Batista y sus secuaces.
El
calificativo de ladrón no es difícil de probar. La autora afirma que "Batista
tuvo una infancia muy pobre y él siempre quiso salir
de esa miseria y darle más a los suyos”. Y lo hizo con creces. Al momento del golpe de
estado, Batista era un hombre de escasos recursos. Algunos de sus allegados
afirmaron que el dictador recibía una “mordida” por cada obra de los
contratistas. Cuando su jefe de policía fue asesinado Batista ordenó que
enviaran a Palacio lo que Salas Cañizares recibía por el juego prohibido.
Al
final de la jornada, el dictador cargó con varias maletas repletas de dinero
cuya cantidad nunca se llegó a revelar.
Han
transcurrido 78 años desde que Fulgencio Batista tomó el poder por la fuerza. A
estas alturas aparece Zoe Valdés con lo que ella describe como “la primera novela que sin tapujos pone en una balanza a Fulgencio Batista
Zaldívar en relación a su sucesor que los Estados Unidos diseñaron para Cuba”.
Lo que tiene de primera novela es la exageración de sus halagos que sobrepasa a
las de sus más íntimos colaboradores. Lo de la balanza no se debe ni mencionar.
El hecho de que Fidel Castro haya sobrepasado la ejecutoria del sargento
Batista no justifica a este último. Un mal no justifica otro mal. En cuanto al
final de esa oración, me gustaría ver el diseño que menciona la escritora
parisina.
Valdés
afirma en una entrevista: “Cuando al fin nos pongamos todos de
acuerdo sobre ese período de Batista, en el que hubo mucho
crecimiento para Cuba y el país logró un gran desarrollo internacional, nos hundiremos en la mentira que nos sembraron en la cabeza. Esa
mentira aún tiene raíces y sigue creciendo". Me temo que aquí también
discrepo de la escritora.
El
tiempo se encargará de hacer justicia a esta etapa de nuestra historia, pero no
como lo dibuja Zoe. Yo veo a un grupo de cubanos, que no han nacido todavía,
estudiando y evaluando viejos testimonios escritos por personas con opiniones
sesgadas debido a las razones que todos conocemos. Entonces se escribirá el
último Requiescat de la división entre fidelistas y
batistianos.
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