SINIS RUBRUM DELENDA EST (La China Roja debe ser
destruida)
Primera Parte.
Por: Saturnino Polón
Desde que comenzó el virus había
algo sospechoso en el asunto. Para este autor lo que mas le extraño fue la
prontitud con que todos los gobiernos occidentales estaban dispuestos a
paralizar el país entero a riesgo de una crisis económica de gran magnitud. No
se trataba del gobierno norteamericano sino de todos; y empezaron en Europa.
Aquí, los anti Trump y la quinta columna del partido Socialista Radical de USA,
alias Demócrata, están en una delirante y punto menos que criminal campaña para
desacreditar a Trump. Intentan ganar las elecciones con esa estrategia, sin
importarles que están entorpeciendo con la solución de la crisis. Así se ha
terminado en una gran confusión donde todo se manipula con la intención de
lograr que algún pro izquierdista (o un izquierdista radical) gane la presidencia.
Pero la fiebre de la cuarentena
comenzó en Europa. Para ser exactos comenzó en China Roja y de inmediato
tomaron medidas urgentes Japón, la República de China y Corea del Sur. Incluso
la República de China pidió una reunión urgente de la OMS para discutir el
asunto. Pero la China Roja lo impidió usando para ello su títere, el presidente
de la OMS. De casi nada de esto informaron los Medios de Difusión Masivos
Dominantes (MDMD), no en balde el presidente Trump los ha llamado “Fake News”.
Según pasaron los días era mas que evidente que la respuesta era
desproporcionada a la amenaza de que se estaba hablando.
Para este autor (y para muchos
otros) lo extraño del caso le hizo pensar que solo podría tratarse de un virus
clonado artificialmente por los laboratorios de China Roja y del cual se
desconocía los posibles riesgos. Lo que explicaba el miedo de los gobiernos.
Según pasaron los días empezaron a filtrase noticias y especulaciones. No tardó
en aparecer la mentira, divulgada subrepticiamente por el Partido Comunista
Chino (PCCh) y amplificada por los izquierdistas en Occidente, de que el virus
había sido creado y propalado dentro de la China Roja por los militares
norteamericanos. Cuando apareció en la Internet un programa de la TV española,
recordando un viejo documental científico italiano de hace cinco años atrás, ya
no quedo duda sobre el origen del virus.
Hoy por hoy ya esta aceptado
por muchos varias cosas. El virus fue creado en un laboratorio militarizado en
la afueras de Wuhan, a pocas millas del mercado donde, según la patraña
des-informativa creada por el PCCh, surgió la pandemia por mutación viral
espontánea en la carne de murciélago que consumen los chinos. (Por cierto ya
hasta se sabe que en ese mercado no se vendía carne de murciélago) El virus fue
creado clonando un coronavirus del murciélago con material genético del virus
del SARS; todo con la intención de buscar una vacuna contra el SARS.
Eso se hizo con financiamiento
y apoyo teórico y técnico de los norteamericanos a través del Centro Nacional
de Ciencias y de una Universidad de Texas. Ocurrió en los tiempos de la
administración de Obama. Gobierno que claramente tenia conocimiento y aprobaba
este tipo de ayuda puesto que se hacia con la intención altruista de generar
una vacuna contra una enfermedad grave. Debemos añadir que el Laboratorio de
Wuhan en si mismo, fue construido con ayuda financiera y técnica del Gobierno
Francés. Lamentablemente nadie pareció prestarle atención al hecho de que la
otra cara de esa medalla altruista era de que estábamos transfiriendo
tecnología de punta en materia de guerra biológica a un gobierno declaradamente
enemigo.
Cuando se produjo la clonación,
la parte norteamericana, temiendo que fuera posible una pandemia de producirse
un contagio humano, exigió pruebas con ratones. Al comprobarse que era
altamente contagioso, la parte norteamericana exigió detener el experimento y
destruir la cepa. Los Chinos Comunistas se negaron. La parte norteamericana
retiro su apoyo financiero y técnico. Los Chinos Rojos continuaron y
posteriormente anunciaron que habían logrado una clonación exitosa.
En fecha tan reciente como 2018
hay reportes de inteligencia alertando de que el laboratorio de Wuhan era un
centro riesgoso por estar escaso del personal altamente calificado que se
necesita en un lugar tan peligroso como ese.
Todo esto se empezó a revelar
en la Internet y puso en evidencia a los gobiernos de las potencias
Occidentales que claramente debían saber todo esto. Según la realidad se ha ido
conociendo el gobierno de los EUA ha tenido que variar su enfoque. Ahora altos
funcionarios y hasta el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas
andan hablando de una investigación profunda y
minuciosa sobre el origen del
virus y sobre el grado de ocultamiento de la verdad por parte del PCCh. En el
plano local ya incluso el Senador por la Florida, Marco Rubio, habla de la
necesidad de una investigación. Para este autor todo esto es seña de que el
gobierno americano se prepara para hacer conocer, poco a poco, la verdad al publico
norteamericano.
No debemos ser demasiado
severos al juzgar el gobierno norteamericano y los de las otras potencias por
haber ocultado parte de la verdad. Para ahora darla a conocer poco a poco. Si
ademas de tener que lidiar con la crisis debida a una pandemia, causada por un
virus clonado artificialmente y de efectos desconocidos, hubieran tenido que
lidiar con la ira y terror masivo en la población al saberse en peligro por la
acción culposa del PCCh, la situación hubiese sido mucho mas difícil de manejar.
No podemos menos que aceptar que era necesario no alarmar mas de la cuenta a la
población y tratar de mantener la calma en una crisis que se preveía como de
gran magnitud.
¿Fue un ataque biológico de
baja intensidad para causar un caos económico y sicológico? ¿O simplemente fue
un accidente grave empeorado por la actitud negligente y culposa del gobierno
totalitario de la China Roja?. A partir de nuestro acceso a la información no
podemos asegurar que fue un ataque. Simplemente carecemos de la información
necesaria para ello. Pero dado el historial siniestro y sangriento del PCCh no
podemos descartarla.
Podemos, eso si, dar por seguro
de que la investigación prometida concluirá en que fue un accidente mal
manejado por el Gobierno de la China Roja. Se entiende que esto sera lo que
ocurra. El gobierno norteamericano no va a desear encontrarse con algo que
desate las pasiones y se vuelva una “causa belli”. Esta administración no tiene
en estos momentos la intención de llevar las cosas tan lejos. Especialmente si
tenemos en cuenta el feroz ataque que le tiene montado la quinta columna de la
izquierda radical, que se ha apoderado de lo que hoy podemos llamar Partido
Socialista Radical, alias Demócrata.
El presidente Trump tiene ante
si la triple tarea de controlar la pandemia, estimular la economía para lograr
una pronta recuperación y ganar la campaña electoral. Por tanto, casi no podría
desviar su atención, y claramente no le conviene hacerlo, hacia el problema de
la responsabilidad china en la Pandemia. Nada mas conveniente que una
“minuciosa investigación” que dure, de ser posible, al menos los casi siete
meses que faltan para la elección. Mientras tanto se puede enfocar la atención
en el títere chino, el presidente de la OMS y en la investigación de sus acciones
y posible reforma del organismo.
Después de la elecciones todo
se volvería “harina de otro costal” y el presidente Trump no podrá evadir, y en
nuestro pensar en modo alguno desea hacerlo, la necesidad de enfrentar a la
China Roja y hacerle pagar por el daño causado. Claro, existe la posibilidad
teórica de que gane el candidato de los socialistas radicales; lo cual seria
una bendición para la China Roja dado que escaparía sin mucho perjuicio. Pero
este autor considera que esa posibilidad es tan remota que podemos darla por
descartada.
De que el presidente Trump
tomara alguna medida contra la China Roja por lo ocurrido no lo ponemos en
duda. Como decía el dicho criollo allá en Cuba: esto no se queda así, esto se
hincha. Los chinos van a pagar caro este incidente y podemos prever que los
días del Camarada Xi Jinping, como líder supremo, están contados por meses. El
Comité Central del PCCh lo usara como victima propiciatoria para calmar la “ira
de los dioses”, un chivo expiatorio dicho a lo cubano, para aminorar el impacto
de lo que viene. Si Xi Jinping sobrevive solo será porque gane una muy seria
pugna interna dentro del PCCh, seguramente mediante la clásica “purga”
comunista de los “desviacionistas”. En ambos casos el PCCh quedara seriamente
afectado para el futuro inmediato. De hecho, seria mas debilitante para ellos
si Xi Jinping logra ganarle la partida a sus enemigos.
Pero el que Trump los ataque,
emita algunos tuits apocalípticos, y obtenga algunas concesiones temporales no
significa mucho. El PCCh siempre puede hacer retiradas tácticas. El clásico
“paso atrás” de Lenin. Por otro lado este presidente es mas bien un pragmático
y no un ideólogo. Un gran Presidente para los asuntos Domésticos. Pero un
Estadista limitado para los asuntos de Política Exterior. Esta demasiado
imbuido en el espíritu aislacionista que siempre ha predominado en el americano
medio, especialmente entre los círculos conservadores.
No discutimos su patriotismo,
su voluntad de recuperar la grandeza de América, su voluntad de mantener la
fortaleza militar de América por encima de todos los demás países. Lo que
discutimos es si su visión aislacionista, del uso de ese Poderío en el futuro
inmediato, es lo mejor para América.
Lo que discutimos es si en su
segundo mandato sera tan eficaz y trascendente en la política exterior como lo
esta siendo en la política doméstica. Alguno indicios nos inclinan a pensar que
lo sera. Pero otros nos hacen dudar de si lo lograra.
Los futuros cuatro años habrán
de ser duros y requerirán de grandes decisiones. Donald Trump ya ha demostrado
que tiene la energía, la entereza y la voluntad para enfrentar estos retos. Su
carácter pragmático le permite adaptarse a lo imprevisto y corregir el rumbo en
medio de la crisis. Pero, hablando de política exterior, ¿Serán sus decisiones
geniales y trascendentes o simplemente pragmáticas, limitadas y temporales?
Solo el futuro tiene la respuesta.
Lo que no puede perder de
vista, ni el gobierno ni el pueblo norteamericano, es que estamos envueltos en
una guerra contra el PCCh y el Estado Totalitario Neo Marxista que controla y
usufructúa. No se trata de que América le tiene que declarar la guerra a China
Roja. Se trata de que YA la China Roja le declaró la guerra asimétrica a los
EUA. El asunto ahora es ganarla.
Es una guerra final y sin
cuartel. De Vida o Muerte. No existe espacio en este planeta para la
coexistencia entre la China Roja y América. Uno de los dos debe destruir al
otro, no hay alternativa. Todas las guerras son malas, pero la mas mala de
todas las guerras es la que se pierde. Los Americanos deben acabar de entender
de que si no ganan esta guerra su modo de vida, representado y concretado en el
Estado Republicano Democrático fundamentado en el Derecho y la Libertad
Individual, desaparecerá de la historia como una hoja arrastrada por el
Huracán.
Lo primero que hay que entender
es que el PCCh es una organización de fanáticos fundamentalistas cuyo principal
objetivo es permanecer y disfrutar del poder a toda costa. Son unos genocidas
que en apenas 71 años han asesinado, directa o indirectamente, DECENAS DE
MILLONES DE CHINOS incluyendo a decenas de miles de sus propios miembros. En
comparación con ellos, los nazis lucen como mesurados caballeros. Llaman “Gran
Timonel” a aquel sátrapa despiadado que dijo, mientras se bebía calmadamente
una taza de te verde, “No importa que muera la MITAD de la Humanidad, la otra
mitad vivirá mejor”
Para colofón, al momento de escribir esto, día 20 del mes 4 del 2020,
bajo la directa responsabilidad del líder Camarada Xi Jinping y su comité
central, ya han matado mucho mas de un cuarto de millón de personas (de los
muertos chinos solo sabemos por seguro que son muchísimos más de los
reconocidos) por todo el mundo mediante el virus que clonaron y que, digamos
por el momento, accidentalmente se les escapo. El Camarada Xi Jinping se ha
ganado el dudoso honor de figurar entre los más prominentes genocidas de la
historia: Hitler, Stalin, y su admirado Gran Timonel, el canalla de Mao; y se
merece ser llevado al Tribunal Internacional de la Haya. (Por cierto,
incidentalmente: Obsérvese que de los cuatro genocidas mencionados, tres son
Marxistas)
La segunda cosa en que los
Americanos tienen que tomar consciencia es que no se trata de una guerra contra
China ni contra los chinos. Se trata de una guerra contra el PCCh y el Estado
Totalitario Neo Marxista que controla y usufructúa. Ambos deben ser destruidos.
Se trata de una guerra de liberación de la Nación China y sus nacionales. Es
una guerra por y para los chinos. Es una guerra para salvar a la Humanidad,
para acabar los Totalitarismos, para eliminar por siempre la amenaza del
retorno al “Ancient Regime”. Se trata de la Guerra Final. Se trata de la Guerra
que acabará con todas las Guerras.
El lector pensara que esto luce
alocado, apocalíptico. ¿Cómo y cuando los Chinos nos declararon la guerra?
¿Guerra Asimétrica...de que se habla? ¿Pero es que acaso se le puede ganar una
guerra a China? No es eso un Apocalipsis Final.
Tal vez lo sea. Muchos avezados
Teólogos consideran a la Biblia como una Gran Metáfora. Estimado lector,
procurare clarificar algunas de estas ideas en la próxima continuación de este
ensayo. Mientras tanto, lo primero es lo primero. No pierdan de vista lo mas
importante: la China Roja debe ser destruida.
SINIS RUBRUM DELENDA EST
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