sábado, 17 de marzo de 2018

EL SOCIALISMO ES EL OPIO DE LOS GRANDES


"Sin embargo, a pesar de los horrendos crimenes de la historia comunista, las mentes en círculos academicos y sociales continuan defendiendo el socialismo..."



 En memoria del Dr. Rolando Alum
Fue Karl Marx quien caracterizó desesperadamente a la religión como "el opio del pueblo". Pero es el rechazo intoxicado de los grandes (o intelectuales) el reconocer los crímenes y los fracasos del socialismo que pueden describirse mejor como alucinógenos.

Por Robert Penn-Davis LATINEWS/

Los hechos son indiscutibles. El Libro negro del comunismo ofrece una estimación conservadora de cien millones de individuos inocentes asesinados por socialistas marxistas en el siglo XX. Los autores, que pudieron investigar los archivos soviéticos, examinaron la China del "Gran Timonel", la Corea de Kim Il Sung, Vietnam bajo "Tío Ho", Cuba bajo Castro, Etiopía bajo Mengistu, Angola bajo Neto y Afganistán bajo Najibullah. También documentan crímenes contra la cultura nacional y universal, desde la destrucción de Stalin de cientos de iglesias en Moscú hasta la nivelación del centro histórico de Bucarest de Ceausescu y la devastación a gran escala de la cultura china por parte de la Guardia Roja de Mao.

           Si ampliamos la definición, podemos agregar los aproximadamente veinte millones de víctimas de los nacionalsocialistas de Hitler.
           Todo esto para implementar teorías económicas de planificación centralizada que han demostrado ser muy inferiores a las capacidades generadoras de riqueza de las economías de libre mercado y que son, en el título del libro de F.A. Hayek, un inevitable Camino a la Servidumbre.
            Sin embargo, a pesar de los horrendos crímenes de la historia comunista, las mentes en círculos académicos y sociales continúan defendiendo el socialismo marxista como la forma más moral de gobierno, y condenan al capitalismo como malvado. Y no es que estas atrocidades de la práctica comunista sean la excepción a la regla o el resultado de una implementación equivocada de la teoría socialista. Son centrales para la moralidad marxista.
            Como señala Andrew Bernstein en su artículo The Socialist Holocaust y sus American Deniers, la teoría marxista es una de lucha de clases impenitente en la que los grupos económicos se consideran unidades de evaluación moral. "No tenemos compasión", dijo Marx. "Cuando llegue el momento, no vamos a poner excusas para el terror".
          Mientras que la teoría capitalista no permite la iniciación de la fuerza y ​​sostiene que los individuos tienen derechos inalienables a la propiedad que el gobierno debe proteger, el socialismo sostiene que el uso gubernamental de fuerza convincente se justifica siempre que redistribuya la riqueza y promueva la justicia social.
          Para los marxistas, el imperativo moral es que la clase obrera se rebele contra la clase propietaria, independientemente de la brutalidad de los métodos. Bajo la perspectiva materialista marxista, los individuos no poseen derechos y su único valor es como instrumentos para la causa. Este es el tipo de moralidad comunista empleada por el Khmer Rouge en Camboya para asesinar a más de dos millones de civiles inocentes, y por los soviéticos para asesinar a más de veinte millones. En palabras de Lenin, "cuando se nos reprocha la crueldad, nos preguntamos cómo la gente puede olvidar el marxismo más elemental".
            No es justo, como subraya el profesor Bernstein, que los socialistas marxistas son los asesinos en masa más prodigiosos de la historia, "son asesinos en masa como una cuestión de principios morales confirmados".
            Cuando se enfrentan a esta experiencia, los apologistas de la alta sociedad ofrecen, con una tendenciosa incurable, un esfuerzo torturado de exculpación en el que la culpa no reside en el socialismo, sino en quienes se oponen a él. Encuentran virtuoso el principio comunista de que los individuos no tienen derecho a sus propias vidas, sino que deben vivir al servicio del estado. Y proclaman como malvado el principio capitalista de que los individuos tienen derechos inalienables que el estado debe proteger.
             Los Highbrows ignoran las atrocidades comunistas o tratan de explicarlas con un fárrago de desinformación. Una táctica favorita de los intelectuales es desviar la atención al recordar episodios en la historia de Estados Unidos en los que no pudimos vivir según nuestros valores y nos comprometimos con la esclavitud, las prácticas discriminatorias y otras injusticias. Pero hay una diferencia fundamental.
            Los horrendos crímenes del comunismo son centrales para la moralidad marxista y, de hecho, son requeridos por ella. "Dado su imperativo explícito de aniquilar a los enemigos de clase, los socialistas perpetran atrocidades asesinas como resultado inalterable de la promulgación de sus principios fundamentales".
           En contraste, los crímenes morales del capitalismo estadounidense resultan, por definición, cuando violamos nuestros principios del derecho inalienable de cada individuo a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
           El comunismo no puede evitar su brutalidad sin repudiar el marxismo y la lucha de clases. El capitalismo puede corregir sus injusticias, no cambiando sus principios, sino viviendo de manera consistente.



1 comentario:

  1. Este analisis es una formidable pieza que desnuda la naturaleza de la dinamica marxista-socialista, en un aspero contraste con las falsas
    mieles populares que el ideario comunista-socialista ofrece a sociedades incultas, analfabetos politicos,compañeros de viaje,y al bagage de frustados,resentidos y vagos que existe en toda sociedad.La maquinaria propagandistica del social comunismo captiva la mente de los academicos lectores de tabaqueria,que como eternos aspirantes al prestigio academico de formacion social, invocan teorias de confrontacion politica, economica y social generalmente vendiendo sus voluntades
    Este analisis,que es un pedazo inalterable e inquestionable de la historia, debe ser guia de pueblos libres y material de confrontacion de los pueblos escablizados por los estafadores del socialismo-comunista.

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