La mas celebre de todas: "La gran muralla china"
José M. Izquierdo, (josemizquierdo@hotmail.com)
La idea del presidente Trump de construir
un muro en la frontera de los estados Unidos con México, no es nuevo, el hombre
construye muros desde sus orígenes más remotos para defenderse de los
invasores, de la naturaleza, de las bestias o simplemente para marcar la
propiedad de un territorio. El ser humano tiene obsesión en levantar muros,
murallas, paredes, por arte o porque se siente más protegido con ellos, y
existen decenas y cientos de muros muy famosos y celebres, entre los cuales se
encuentra precisamente, el muro en la frontera de estados Unidos con México.
Para hablar de murallas y muros, es
obligatorio hablar del más conocido y celebre de todos, “La Gran muralla
China”, construida para hacer frente a los mongoles y otras tribus norteñas.
Con sus 21.200 kilómetros de largo, es la única obra humana que puede
reconocerse desde el espacio. Durante el tiempo del emperador Adriano, los
romanos construyeron en Britania un muro que servía de defensa ante los
belicosos ancestros de los escoceses y permitía el intercambio de mercancías.
Inventaron con ello la frontera peatonal, puesto que por razones de seguridad
nadie podía acercarse al muro a caballo. Durante la época medieval, no había
ciudad que no tuviera su castillo y sus murallas, algunas tan bellas como las
de Ávila o Cartagena de Indias en ultramar.
En los tiempos modernos, el muro más
tristemente célebre se construyó en Alemania, Fue
el primer muro de la historia universal construido no para evitar la entrada de
invasores, sino para impedir la huida de los ciudadanos Alemanes a la Alemania
occidental. Al finalizar la II
Guerra Mundial, Berlín quedó dividida y las malas
relaciones entre los comunistas y los aliados fueron
creciendo hasta llegar al punto, que en Alemania surgieron dos monedas, dos
ideales políticos y finalmente dos Alemanias, que fueron separadas por una
pared de hormigón de 3,4 y 4 metros de altura y 45 kilómetros de largo.
Existen otros muros muy famosos, celebres y
reconocidos como “El muro de los lamentos” en Israel, las “Murallas de
Constantinopla”, Turquía; “La gran Muralla de Gorgan”, Irán, Etc., y entre las
murallas más famosas, está precisamente el muro que existe en la frontera entre
los Estados Unidos y México. Se acusa al presidente Trump de querer levantar un
muro entre las dos naciones, cuando en realidad este muro ya existe y estas
obras comenzaron hace más de un siglo. El primer tramo del muro, se edificó en
1909, bajo el Gobierno de Theodore Roosevelt, quien ordenó la construcción en
California de una barrera de dos millas para impedir el ingreso de los
'bandidos'. Durante gran parte
del siglo XX, el tema fue centro de controversias y no se avanzó nada en la construcción
del mismo, ni siquiera cuando el expresidente Ronald Reagan decretó una
amnistía para millones de indocumentados, que tuvo un fuerte impacto en el
mercado laboral con la apertura de millones de empleos, y logró reducir la
criminalidad en un 5%, principalmente en los estados fronterizos.
No fue hasta 1994 que de nuevo las
autoridades comenzaron a considerar en serio el desarrollo del muro como un
medio de freno a la inmigración ilegal y el narcotráfico. Fue precisamente el
expresidente Bill Clinton quien dio un impulso considerable al muro entre
Estados Unidos y México y por eso se dice que los demócratas, siempre han sido
más duros con la inmigración ilegal que los republicanos, al expresidente
Barack Obama por ejemplo, las organizaciones de defensa de los indocumentados
acostumbran llamarle
“Deportador-en-jefe”.
Tras firmar una orden ejecutiva y lograr la
aprobación de los fondos por el Congreso, Clinton mandó edificar tres barreras,
primero en California y después en Texas y Arizona. En total, fueron
construidos 365 millas de una barrera metálica de 25 pies de alto.
Tres años después, Clinton decide ser aún
más duro en la frontera y en el discurso anual sobre el Estado de la Nación,
expone algunos de sus argumentos para convencer a los legisladores federales de
que secundaran sus planes. “Hay varias áreas donde nuestro país no está seguro
y debemos cambiar ese estado de cosas, una de esas áreas es el problema de la
inmigración ilegal”.
La frontera entre los Estados Unidos y
México es la frontera terrestre internacional más transitada del mundo y donde
la violación masiva de los derechos humanos no tiene respuesta legal. Sin
embargo, para los centroamericanos que persiguen el sueño americano, sus viajes
empiezan en la frontera sur de México integrada por los estados de Chiapas,
Tabasco, Campeche y Quintana Roo, que limitan Guatemala y Belice, son 1,147
kilómetros de selva, ríos y montañas, preámbulo de un viaje cuyo final es
Estados Unidos. Allí, la violación masiva de los derechos humanos no mueve la
atención internacional que solo observa y denuncia lo que ocurre en la frontera
norte de México con Estados Unidos y las políticas migratorias de los EEUU,
ignorando la violencia, el crimen y las deportaciones de migrantes que pretenden cruzar la frontera sur
de México con Guatemala y Belice.
El tema humano se enfrenta con fiereza a la
realidad de una frontera. La
revista Foreign Policy realizó un ranking de las 13 fronteras más peligrosas en el mundo y afirma, que una
de esas fronteras es la de México y Estados Unidos, destacando el problema del
narcotráfico, la violencia del crimen organizado y el tráfico de inmigrantes y
armas.
Denuncias sobre el peligro que corren los
inmigrantes en la frontera, la desestabilización de la vida entre comunidades
fronterizas interconectadas a lo largo de la frontera, Etc., son razones que
esgrimen las organizaciones que defienden una frontera abierta. Pero la
realidad va más allá de estas razones llenas de humanismo, la realidad es que
los carteles de la droga, traficantes, contrabandistas, son las verdaderas
autoridades de la vida social de un territorio donde ellos son la ley, y las autoridades
mejicanas están ausentes y en casos, cómplices y parte del problema y los
desmanes que allí se cometen.
El hambre, la pobreza extrema, la violencia
y el crimen generado en los países al sur del rio grande o Rio Bravo, no puede
ser absorbida sin consecuencias económicas, sociales y políticas por los
Estados Unidos, sin que a la larga este país pague un precio muy alto por eso.
Es deshonesto y demagógico exigir a cualquier nación, responsabilidades por la
pobreza y el crimen que generan países donde la corrupción, la violencia y la
falta de futuro, son el pan de cada día y consecuencias directas de los
políticos que integran gobiernos ineficientes y corrompidos hasta la medula.
México permite el paso por su territorio a inmigrantes de otros países, porque
sabe que su destino final no es quedarse en México, sino llegar a los Estados
Unidos, pero México hace muy poco por poner orden en su frontera común con los
Estados Unidos, obligando a esta nación a protegerse contra una invasión de
millones de inmigrantes indocumentados, que llegan a territorio de los EEUU
llenos de necesidades a pesar que la prensa complaciente lo niegue y quiera
hacer ver lo contrario.
Las políticas del presidente de los Estados
Unidos Donald Trump están encaminadas a proteger a los Estados Unidos y así lo
prometió a los electores que votaron por él en las pasadas elecciones, sus
argumentos sobre el tema migratorio son duramente ciertos, profundamente
razonables y ningún análisis serio y parcial, los puede rebatir más allá del
grave y profundo problema humano que se origina al sur del Rio Bravo y busca
solución en los Estados Unidos, un problema al cual deben dirigir sus esfuerzos
todas las organizaciones que hoy, solo responsabilizan y exigen a los Estados
Unidos equivocadamente, responsabilidad y solución al problema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario