Ramiro Gómez
Barrueco
Ex preso
político. Escritor. Empresario.
La herencia científica y humana del genio astrofísico británico Stephen Hawking nos pertenece a todos.
Su legado de
optimismo, valentía y tenacidad con el
cual enfrentóla parálisis muscular progresiva, nos brindó un maravilloso
paradigma: hasta muertos en vida podemos enriquecer la vida de toda la
humanidad.
La base físico matemática de sus
descubrimientos fue lograr relacionar la fórmula matemática de la teoría de la
relatividad de Einstein con la física cuántica de Max Planck.Hawking identificó
las partículas (radiación de Hawking) que provienen de los agujeros negros, que
se consideraban impenetrables porque ni siquiera la luz podía atravesarlos. Su
descubrimiento permitió detectar nuevos agujeros negros.
Sus importantes aportes, su lucha y su carisma,
lo han convertido en el astrofísico más mediático de la historia contemporánea.
Ser más mediático no implica ser mejor. Ha sido comparadocon Pitágoras, Newton,
Galileo, Copérnico, etc. La evaluación de sus descubrimientos no debe colocarlo
en ese pedestal. No ha podido ganar un Premio Nobel, porque susteorías no han
sido comprobadas.
No puede equipararse a variosde sus ilustres
predecesores del siglo XX; Premios Nobel con teorías trascendentales
comprobadas. Planck (1900) y su descubrimiento que la luzno viaja en chorros
sino en pequeñas porciones indivisibles de energía que las llamó “cuanto”.
Einstein demostró (1905) el efecto fotoeléctrico de la energía, proyectando luz
violeta sobre una superficie metálica, se asimilaban electrones de esa materia.
Niels Bohr y su modelo atómico; núcleo con protones y neutrones, y orbitas con
electrones. También Peter Higgs, cuya teoría planteó que existe una partícula
(bosson) que da a toda la materia su masa,fue demostrada en El Gran
Colisionador de Hadrones en Ginebra. Considerado el mayor logro científico en
los últimos 50 años.
Un aspecto cognoscitivo crítico, aplicable a
muchos científicos e intelectuales, es invadir el campo de la filosofía y de la
teología con intuición científica, pero sin desarrollar una teoría del
conocimiento, filosófica-teológica, que avale sus planteamientos. El
agnosticismo, el escepticismo y el ateísmo son interpretaciones metafísicas
porque van más allá (meta) de la física y necesitan una
teoría del conocimiento (gnoseología), que respalde sus criterios esotéricos, para
ser considerados intelectualmente respetables. El francés Auguste Comte así lo
hizo en el siglo XVIII, fue el padre del cientificismo o positivismo filosófico
y de la sociología. Para Comte hay tres periodos cognoscitivos históricos: el
religioso apoyado por la teología, el filosófico fundamentado en la
metafísica y el científico basado en el
conocimiento positivo.
En este entorno positivistase mueve el
pensamiento del Profesor Hawking. Comte consideró que la ciencia había
liquidado a la teología y la metafísica; pero la historia ha demostrado que
ambas gozan de perfecta salud. La religiosidad variopinta universal y las
corrientes filosóficas continúan vigentes. Comte influenció en pensadores del
talentodeslumbrante de Kant, Hume y Hegel, pero sus sistemas gnoseológicos y
metafísicosse desviaron dela ortodoxia positivista.
Los creyentes simplistas ahorran esfuerzos
racionales, para ellos innecesarios, ysintetizan su fe simbolizandoa Dios como
un viejito con barbas blancas que, con un dedo, creó El Universo en medio de La
Nada. Este concepto absurdo, es un espantapájaros intelectual, que impide a la
razón posarse en la idea de Dios. Nos conduce, por ejemplo, al colapso
filosófico racional del SerGeneral y al desvanecimiento de la profundidad
teológica del misterio de La Santísima Trinidad. ¿Pudiera el Espíritu Santo
identificarse con El Campo de Higgs? No sabemos.
El Premio Nobel de Medicina, Alexis Carrel (1918),abandonó
su ateísmo en 1902,cuando unapaciente agonizante,Marie Bailly,revivió
milagrosamente en La Gruta de La Virgen de Lourdes. Tal vez por eso enfatizaba:
“para el que tiene fe ninguna explicación es necesaria; para el que no tiene fe,
ninguna explicación es suficiente.
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