"Hay que admirar la persistencia y la creatividad de los cazadores de comunistas isleños en el exilio, afinando la punteria..."
Por Santiago
Cárdenas M.D.
Sorprendentemente Helms y Burton han
vuelto a la vida. A la vida política. La resurrección no fue a los tres días;
sino a los veintiún años. Pero, “es mejor
tarde que nunca”, según el refranero.
Le debemos al Dr. Orlando Gutiérrez
Boronat la petición de encausamiento
a Raúl Castro, según esa ley, por
crímenes de lesa humanidad. Al perder el ex gobernante una
inmunidad – (que nunca debió haber tenido por asesino) desde los ametrallamientos en fosas comunes de decenas
de opositores en Santiago de Cuba
en 1959—es posible ahora llevarlo ante los tribunales. Espero que el Dr. Gutiérrez tenga éxito. De
corazón.
De prosperar el encausamiento, Castro no podrá salir nunca más de la isla.
Esto pondría de nuevo en vigencia la ley
de Jesse Helms y Dan Burton aprobada a regañadientes por William Clinton en la saga del derribo de las avionetas
rescatistas de Los Hermanos en 1996.
Hay que admirar la persistencia y la creatividad de los cazadores de comunistas isleños en el exilio, afinando la puntería en los
detalles casi olvidados de una antigua
legislación. Pero, seguramente esa arista de la
Helms y Burton no será hecha realidad: por pecado de omisión, cobardía
burocrática y otras cosillas propias del stablishment estadounidense. Perdonen
mi pesimismo.
El meollo, el hard core, el corazón, el núcleo duro y efectivo
de la ley es: su título 3, que nunca ha sido implementado. Nunca, quiere decir: postergado por veintiún años,
puntualmente cada seis meses, por cuatro presidentes en fila india, incluyendo
al actual, tan locuaz, en el Teatro Artime.
Si alguno hubiera firmado el
importante - decisivo título, hace rato que los castro’s hubieran perdido el poder.
Pero, en fin, a nadie le “conviene”
tocar esa tecla que se llama título 3 y a casi todos, especialmente a los políticos y
los negociantes, les apura guardar eso en el baúl de los recuerdos… o hacerse los chivos locos.
El establecimiento americano – afectado de muerte por el síndrome de Ana
Belén– no tiene o carece de voluntad
para liquidar a la in volución cubana. Quiere llegar a un
“mejor trato”, según las palabras
textuales del candidato Trump.
En el exilio preferimos seguir
jugando a la bamba y con amnesia selectiva
de Alzheimer en relación a la mencionada ley. Resucitada está; pero volverá a morir en seis meses.
Tal vez entonces, Orlando, al cual respeto y quiero, pueda hacer un milagro
como la resurrección de Lázaro en Betania,
o se decida desde ya, a jugar con el mono y no con la cadena. Jugar al
Título 3, es mucho más fácil
y sencillo de implementar que lo que él propone actualmente. Eso
sí sería jugar al duro.
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