Por
Adam Dehoy
Como
en la mayoría de las campañas electorales nacionales, estamos bajo un fuego
cruzado de encuestas. A diario salen varias de estas “mediciones” de opinión.
Algunas coinciden o se acercan, otras se contradicen. Si las encuestas son
medidas de opiniones ordenadas, –me refiero al orden–, y si éstas son legítimas
no me explico cómo pueden algunas ser tan diferentes.
La
respuesta pudiera estar en quienes, y porque la hacen. ¿Qué buscan? La total
ausencia de opiniones e intensiones personales, no existe entre los
encuestadores. Algunos lo aceptan, otros lo niegan.
Recuerdo
cuando hace ya mucho tiempo, la firma Bendixen, encuestadora auto declarada parte del partido demócrata.
–En eso han sido sinceros–, enviaron a
sus encuestadores a Nicaragua, donde según el “resultado” de estas, señalaban
que Daniel Ortega ganaría las elecciones con pocas dificultades. Eso decía la
encuesta, mejor dicho, los encuestadores de Bendixen. Pero… no fue así y el
militar sandinista, perdió frente a un ama de casa, viuda de Pedro Joaquín
Chamorro: doña Violeta Chamorro. La explicación de la firma encuestadora fue
que los “preguntados” les habían mentido. ¿…? Mintieron los encuestados o fue una táctica, con poco resultado
para influenciar a los votantes, que sabido es que tiende a irse con el que
parezca con mayores posibilidades de ganar. La respuesta solo la tiene el señor
Bendixen, quien ahora junto a “Hernan
Amandi”, continúan en el negocio de las encuestas. Y han publicado una muy
extensa relacionada con casi todos los gustos en el sur de la Florida,
especialmente los gustos y comportamiento de la comunidad cubano americana
exiliada y otros inmigrantes.
Pero
gente con inclinaciones “encuesteriles” hay muchos. Algunos
independientes y otro como voceros de firmas importantes de sondeos populares.
Entre
ellos esta Alex Penellas: –posiblemente bastante independiente– declarado en su
momento, por People Magazine como el
más atractivo político en los EUA (“America’s
Sexiest Politician”) quien inicio
sus aproximadamente 17 años de carrera política, como concejal de Hialeah
desde 1987 al 1990, siendo más tarde el más joven comisionado en el reordenado
Condado Miami-Dade y luego, en 1996 se convirtió en el primer alcalde ejecutivo
del nuevo Condado. Penellas, aunque parece no estar interesado en ocupar
nuevamente ninguna posición política, es miembro del partido demócrata. Sin
embargo durante la crisis del 2000, –siendo alcalde del Condado–, provocada por
el caso del niño Elián González, declaró que no haría nada para ayudar al deseo
de la administración Clinton de devolver, como hicieron, al niño a Cuba. Esta
negativa probablemente se tradujo en la falta de apoyo que recibiera en el
2004, cuando aspirando al Senado Federal, perdiera el respaldo de su partido en
las primarias, perdiendo frente a Betty Castor y Peter Deutsch, quienes
finalmente tampoco pudieron hacerse con la posición frente a Mel Martínez
oponente republicano.
El señor Penellas, convertido en analista
político de Univisión, ha declarado que el apoyo a Trump de los cubanos en el
sur de la florida no es tan grande, como algunos afirman, y que esto tiene que
ver con las declaraciones de algunos líderes republicano locales, que han
afirmado que no apoyarían a Trump.
Pero
habría que esperar a la nominación oficial del candidato y al grado de
fidelidad al Partido de muchos, de los que no han manifestado simpatía con el
señor Trump. De hecho ya se escuchan nuevas declaraciones, rectificando las
expresadas con anterioridad.
Nosotros
que no sabemos de encuestas, ni creemos en ellas, escuchamos a menudos
declaraciones que contradicen esas aseveraciones que nos hacen recordar los
resultados de Nicaragua, cuando; los encuestados mintieron, o los encuestadores
intentaron crear un ambiente favorable para un determinado resultado.
Por
otro lado las prematuras declaraciones de Carlos Curbelo y otros líderes
republicano, durante las primarias, anunciando que “nunca” votarían por Trump,
puede ser un hándicap, a la hora de convencer a los miembros y simpatizantes
de dicho partido, que deben votar por este, o por cualquiera, que se oponga al
aspirante del otro partido, ya sea la señora Clinton o el senador Sanders. Hay
un viejo aforismo que dice más o menos así: “nunca utilices la lengua antes de conectarla con el cerebro”;
y el no respetar esta sentencia puede ponerles en peligro el resultado de las
elecciones en el sur de Florida, en especial entre los votantes de ascendencia
cubana, que son los más y los que más cumplen con el compromiso de votar.
También donde más republicanos hay.
Escuchamos
a voceros demócrata, en especial el señor Mauricio Pazariello, expresarse con
una iracundia desmedida, que nos hace pensar, que no se sienten cómodos con el
posible, y hasta probable resultado de las elecciones. Que podría ser un remedo
de los resultados en Nicaragua, cuando Bendixen anunciaba el triunfo del
sandinismo… y no fue así.
Nada,
que hay que esperar al final, donde lo único que no podrá ser discutido será el
resultado de estas elecciones que amenaza con ser para coger balcones.
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