"Peña Nieto no daba la talla. Los intereses de Mexico y Estados Unidos prevaleceran igual o mejor que antes..."
Por Jorge Riopedre
Los
comentarios del populacho y buena parte de los medios de prensa vaticinan lo
peor. Recomiendan incluso alquilar balcones para lo que se avecina cuando
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Donald Trump arrojen el guante y designen
padrinos para el esperado duelo de la derecha y de la izquierda. Esto parece
más interesante que la Copa Mundial de fútbol.
Los universalistas abogan porque salte
el tapón en la frontera de México y Estados Unidos, con el fin de que la Unión
Americana se inunde de cualquier cosa no blanca en la eterna lucha por la
supremacía demográfica y la revancha sepia. Los integristas advierten, por su
parte, que una aguda alteración del equilibrio demográfico profundizará la
división interna del país hasta confluir en guiños separatistas de vieja data.
Nada de esto es nuevo. Hace dos mil años, los plebeyos decidieron abandonar
Roma y fundar una ciudad propia en reclamo de sus derechos. Siempre ha sido
así.
NO VA A PASAR NADA. El matrimonio de AMLO y Trump
está hecho a la medida. Trump conecta con gente resuelta, aun en contra de sus
propios intereses, pero bien definidas, como Kim Jong-un y Vladimir Putin. Peña
Nieto no daba la talla. Los intereses de México y Estados Unidos prevalecerán
igual o mejor que antes.
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