sábado, 8 de septiembre de 2018

CUBA Y EL NUEVO MODELO DE CHINA


"En las economias totalitarias, la actividad fluye principalmente hacia y desde las instituciones del régimen..."

Por Jose Azel.
A lo largo de los años he debatido con amigos y enemigos sobre los Estados Unidos: la política de Cuba y los posibles caminos para la democratización de Cuba. En estos encuentros, he argumentado en contra de una escuela de pensamiento que favorecía un Modelo de China para Cuba. Mis adversarios ideológicos apoyaron los cambios económicos de mercado en Cuba incluso sin ningún cambio político. Abogué por la primacía de las libertades individuales sobre las finanzas.
En su mayor parte, debatí cortésmente con personas de buena intención, honorables, que sinceramente creían que las reformas económicas avanzadas traerían reformas políticas. Vieron el compromiso como una estrategia diferente para obtener la libertad del pueblo cubano a largo plazo. Otros, y estos no son de mi conocimiento, probablemente solo tenían intereses pecuniarios y su motivación era sospechosa.

 La escuela de pensamiento del "compromiso económico" formuló argumentos elocuentes sobre por qué la búsqueda de mejorar el bienestar económico del pueblo cubano era algo moral, incluso si requería ignorar la opresión del régimen. Yo contestaría, que en ausencia de cambios políticos, los cambios económicos solo solidificarían financieramente el régimen dictatorial.
 En las economías totalitarias, la actividad fluye principalmente hacia y desde las instituciones del régimen. Por lo tanto, para promover la libertad es imperativo avanzar reformas políticas de la mano con las reformas económicas. Las reformas económicas sin libertad enriquecen principalmente al régimen y prolongan la miseria de una ciudadanía que vive sin libertad. Algunas personas podrían estar un poco mejor financieramente, pero la búsqueda de la felicidad requiere libertad y la libertad se castraría.
 Mis adversarios del debate generalmente señalaron a China para apoyar su posición. Algunos de los defensores más conocedores prefirieron usar el modelo vietnamita como más en línea con la economía agrícola de Cuba. Pero el argumento esencial era el mismo: introducir reformas económicas, y las reformas políticas y la libertad seguirán a tiempo.
 Su modelo de China para Cuba se basó en las reformas económicas de estilo de mercado introducidas por Deng Xiaoping en 1979 tras la muerte de Mao Zedong. Muchos observadores esperaban que, dadas estas reformas de mercado, China eventualmente se convertiría en una democracia. No importa que el Partido Comunista de China siempre insistió en que no compartiría el poder. La elite gobernante de Cuba, que ni siquiera ha implementado reformas similares a China, también ha dejado en claro que Cuba no se reformará políticamente.
 Y, aunque en 1982, Deng Xiaoping introdujo límites de mandato de no más de dos términos consecutivos para el presidente del estado; esos límites no se aplicaban al Secretario General del Partido Comunista o al Presidente de la Comisión a cargo del ejército. Es en estas posiciones que el poder realmente reside. Deng ejerció gran parte de su poder mediante el control de los militares.
No obstante, los creyentes en el modelo de "reformas económicas llevarán a reformas políticas" todavía creían que China se democratizaría. Pero el 11 de marzo de 2018, los 3.000 delegados de la Asamblea Popular Nacional de China votaron casi unánimemente para poner fin a los límites del mandato de la presidencia, revirtiendo las reformas de sucesión de Deng. Esto consolidó todo el poder en manos del actual líder chino, Xi Jinping. Él ahora puede gobernar indefinidamente en un cargo de por vida; una clara señal de que no existe un camino inherente a la democratización en el Modelo de China.
 Los creyentes en las "reformas económicas llevarán a reformas políticas", el modelo también argumentó que las tecnologías necesarias para llevar a cabo negocios, como los teléfonos celulares e internet, ayudarían a erosionar el control del Partido Comunista. No es así, el gobierno chino ha invertido mucho en el desarrollo de filtros web y el uso de Internet y redes de video vigilancia para reforzar la capacidad del gobierno para monitorear a la ciudadanía. Desde que asumió el liderazgo en 2012, Xi ha estado consolidando su poder y ha supervisado una mayor represión de la sociedad civil china, encarcelando a escritores y activistas de derechos humanos.
 Ahora hemos visto en China una clara demostración de que, sin una ciudadanía que tenga poder político, cualquier cambio económico introducido es solo un permiso del gobierno. El permiso no es libertad Es lo mismo en Cuba con los permisos económicos inconsecuentes para convertirse en trabajadores por cuenta propia en algunos oficios.
 Espero que mis amigos se den cuenta de que el modelo de China que han abogado por Cuba no es un camino hacia la democratización, y que la única defensa moral sea la libertad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario