sábado, 8 de septiembre de 2018

RESPUESTA AL FRAUDE CONSTITUCIONAL CASTRO COMUNISTA


"Sin soberania popular, la soberania nacional es simplemente un eufemismo..."

Ramiro Gómez Barrueco


El supuesto referendo que supuestamente comenzaron a discutir libremente los ciudadanos cubanos, desde el 13 de agosto hasta el 15 de noviembre, es un fraude desenmascarado. Una estrategia gatopardiana; concebida, conducida y controlada íntegramente por El Partido Comunista Cubano. Partido cuya misión manifiesta es garantizar el carácter irrevocable del socialismo y la continuidad de La Revolución. Pecado original que garantiza el poder absoluto del Partido Comunista, imponiéndole un cinturón de castidad a la nueva constitución castrista.
Castidad que impide las libertades políticas, la legitimidad de la participación ciudadana y desaparece la opción de retornar constitucionalmente a la soberanía popular, piedra angular de la soberanía nacional. Sin soberanía popular, la soberanía nacional es simplemente un eufemismo. Esta “consulta popular” no cumple las más elementales garantías procesales de libre participación y de supervisión nacional e internacional; lógicamente carece de veracidad y de respeto.
La inolvidable declaración histórica de Oswaldo Payá: No al cambio fraude, sí a la liberación, sintetiza el pensamiento y el sentimiento de la oposición fiel desde siempre. Criterio brújula, para confrontar la convocatoria a apoyar la nueva farsa del “cambio” constitucional cubano.
La nueva constitución me recordó mis días de infancia, cuando solíamos cazar pajarillos con una trampa llamada reguilete; era una jaula rectangular con pequeñas y sensibles y norias giratorias donde se colocaban alimentos. Cuando una avecilla se posaba, el mecanismo giraba y la metía presa en la parte inferior de la jaula. Lo más importante era el señuelo, un pajarillo cantor de bello plumaje dentro del reguilete, capaz de enamorar a hembritas ansiosas y provocar a machitos retadores. Cuando el señuelo no atraía suficientes víctimas teníamos que cambiarlo por otro de más fuerte trinar y más bello plumaje.
Así es la nueva constitución, cambia el canto y el plumaje pero las trampas aumentan y las jaulas se estrechan; acercándose veleidosamente, y a veces coincidiendo, con la Constitución de 1940 satanizada por ellos. Ahora la resucitan hipócritamente, incluyendo un reconocimiento al también satanizado concepto de la propiedad privada. La comunidad homosexual ya no será oficialmente humillada, atropellada y ultrajada en medio de las vías públicas, ni serán confinados a horripilantes campos de concentración como La UMAP. Pero los que no sean comunistas pagarán un precio por “desagradecidos”.
La jaula se estrecha porque El Estado y La Sociedad no solo están subordinados al Partido Comunista sino que ahora éste es UNICO. El multipartidismo queda condenado a muerte porque, según la nueva constitución, hay que combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, todo intento de cambiar el orden político, social o económico establecido en la constitución. Se ratifica la ausencia de derechos humanos y políticos. Ahora los cuentapropistas tendrán más regulaciones, y más estrictas que antes. Excepto para los extranjeros y para “La Mafia Castrista” enriquecerse es delito; no es glorioso como sustentara el reformador Deng Xiaoping. No hay “Modelo Chino” sino “Camino de Yenán”; la tiranía permanecerá constitucionalmente hereditaria.
Ahora los inversionistas extranjeros, objetivo principal del fraude constitucional, tendrán ofertas, circunstancialmente, menos inaceptables. Con este nuevo canto pretenden paliar la inocultable bancarrota económica. Inversionistas incautos (existen muy pocos), se alinearán a mentecatos y chantajeados variopintos (existen muchos), para engrasar el mecanismo del reguilete; son víctimas y señuelos al mismo tiempo.
Los resultados del falso referéndum ya están escritos en la bitácora del Titanic castrista; serán los números exactos que ellos consideren la opción óptima internacionalmente creíble. Ese mensaje mentiroso del gobierno será el único mundialmente conocido. Pero… ¿cuál debe ser el mensaje oculto, pero verdadero, del pueblo al gobierno? Las tres respuestas posibles son demoledoras para el castrismo.
El “SI”, patrocinado por la tiranía, implica que la constitución de 1976 fracasó; ni sirvió ni sirve al pueblo. El éxodo indetenible, la crisis generacional y la fatiga ideológica, son evidencias inocultables de las grietas en los cimientos del sistema que preludian un colapso estructural. Tratan de evitarlo inútilmente, rellenando y apretando. Si su petición fracasa, aunque lo ocultarían como siempre han hecho, tomarán conciencia del ineludible y peligroso precio histórico, familiar y personal que tendrán que pagarle al pueblo.
El “NO”, propuesto por la mayoría de las organizaciones afiliadas al Encuentro Nacional Cubano, y muchas otras dentro de Cuba, se percibe como un deber cívico y un mensaje directo, divisorio y derrotista, para el régimen. Una confrontación a la petición de apoyo del régimen. El Encuentro Nacional Cubano acude al exilio para que gestionen la opción del NO con sus familiares en Cuba. “La abstención” es un rechazo indirecto pero difuso; aunque también condena al fraude, la tiranía tratará de disfrazarla ridículamente con trapos retóricos.
La conclusión es trágica para el régimen: el pueblo no quiso ni quiere lo que tuvo, tiene y tendrá.


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