"Cuba ha sido la víctima mas emblemática de propuesta salvadoras que generalizan la indigencia e incrementan las injusticias..."
El régimen cubano es la única dictadura
con proyección transnacional con prácticas sistemáticamente
injerencistas que ha conocido el continente. Un régimen que ha
victimizado a sus ciudadanos, también a otros de muchos países por su
naturaleza subversiva e imperialista.
No se ajustaría a la verdad titular al
castrismo como el primer y único promotor de la desestabilización
política en el hemisferio, pero ha sido el más constante y efectivo en ese
propósito, gestión que cobró un segundo aire a
partir del momento que Hugo Chávez llegó al poder.
Chávez y Castro integraron una dupla
peligrosa para las democracias y sus defensores. El cubano aportó los
conocimientos y experiencias acumuladas en 40 años de dictadura y el venezolano
puso a la orden de Castro las riquezas del pueblo venezolano y una
renovada propuesta, el Socialismo del Siglo XXI, con la que capturó a
muchos tontos útiles y compañeros de viajes, tanto venezolanos como
extranjeros.
Esos que siempre están ávidos de un
alumbramiento político, que necesitan un Mesías que les cure de
envidias y frustraciones, lo recibieron con pasión desbordada al
igual que a Fidel Castro décadas antes. La obcecación fue tan grande que ni aun
cuando el golpista decidió conducir a Venezuela al Mar de la
Felicidad cubano, fueron capaces de romper el encantamiento.
La victoria chavista y su subordinación
a Fidel Castro, incentivo el populismo en importantes países del hemisferio,
sin que sus partidarios entraran a considerar que el populismo y el populismo
marxista en particular, solo han dispensado muerte, miedo, pérdida de derechos
y miseria.
Venezuela, Nicaragua y Bolivia
importaron todos los males implantado en Cuba. Un régimen de carácter
unipersonal con leyes y funcionarios que la jerarquía maneja a su antojo, cuyos
derivados inmediatos son la intolerancia, el sectarismo y la miseria junto
a un empobrecimiento moral del ciudadano que lo transforma en siervo
de cualquier burócrata.
Cuba ha sido la víctima más emblemática
de propuestas salvadoras que generalizan la indigencia e incrementan las
injusticias. La Isla ha sido sujeto de todos los males mencionados, razón por
la cual sigue padeciendo un régimen de terror desde hace sesenta años, siendo
lo más funesto que a pesar de sus fracasos ha contado con una clientela en el
continente dispuesta a subvertir el orden político de sus respectivos países
para imponer el modelo que propugna.
Venezuela ejemplifica en el presente los
horrores de una catástrofe social y lo dificultoso que es superarla, aunque un
sinnúmero de ciudadano lo procure. La represión y el
desconocimiento de los reclamos de la mayoría son una
constante, y la ignorancia y rechazo a las campañas de solidaridad
internacional, salvo que impliquen acciones concretas y no simples
denuncias y reclamos, no pasan de ser para estos déspotas simples
dolores de cabeza.
El régimen castrista ha sido muy
pernicioso para Cuba, pero todo parece indicar que la tragedia
venezolana es la más devastadora que ha conocido América.
El castrismo original ejerció en las
primeras décadas de su incubación un férreo control social que no dejaba
espacio a decisiones individuales por importante que fueran sus promotores,
manejo que sirvió para controlar la corrupción y las contradicciones sociales,
situación que ha cambiado drásticamente en los últimos años con las
generaciones de relevo en las medias y altas posiciones de gobierno, formadas
básicamente por los descendientes de la jerarquía histórica. El relevo
generacional castrista disfruta las riquezas como el más hedonista de los
boliburgueses chavista.
En Cuba solo los elegidos podían
disfrutar de ciertos conocimientos y fortunas, en Venezuela no ha sido así, la
ineficiencia del chavismo y sus secuelas Nicolás Maduro y Diosdado Cabello,
nunca han podido controlar la corrupción, lo que ha convertido a ese régimen en
el máximo representante de lo que es el crimen organizado en el poder.
La jerarquía de ambos
regímenes están estrechamente vinculada, la sobrevivencia de uno es
vital para que el otro subsista, así que los hijos de ambos pueblos deben
bregar en pareja para alcanzar la libertad, aunque la destrucción
causada por Castro y Chávez serán un lastre muy difícil de deshacer y por
largos años estarán afectando negativamente a Cuba y Venezuela.
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