domingo, 2 de octubre de 2016

¿POR QUE LAS NACIONES SON RICAS O POBRES?

Por José Azel

Vivimos en un mundo desigual y próspero. El ciudadano promedio de los Estados Unidos es 10 veces más rico que sus homólogos en América Central, y 40 veces más ricos que los residentes en los países más pobres de África. ¿Por qué es este el caso?
Cuando estudiaba economía internacional en la década de 1960, las explicaciones ofrecidas eran lo largo de las líneas de la geografía, el clima, la fertilidad del suelo, la dotación de recursos, la cultura, la religión, la ética de trabajo, la ignorancia de los principios económicos y más. Sin embargo, estas hipótesis no explican de manera satisfactoria los patrones de la pobreza y la prosperidad en el mundo de hoy. Puntos de becas modernas en una dirección diferente. 

En su trabajo de la señal, "¿Por qué las Naciones fallan?", Daron Acemoglu y James A. Robinson demuestran de forma convincente que los problemas económicos de un país son causados ​​fundamentalmente por la falta de derechos políticos inclusivos. Los países pobres son pobres porque son gobernados por élites estrechas que organizan la sociedad para su propio beneficio a expensas de la ciudadanía.

La prosperidad económica surge de las instituciones políticas y económicas inclusivas. Instituciones extractivas suelen dar lugar al estancamiento y la pobreza. Por lo tanto, si un país se hace rico o pobre es en gran medida una función de sus instituciones.
           Las instituciones políticas y económicas dan forma a los incentivos de los individuos, los políticos y las empresas. Y mientras que las instituciones económicas dan forma a los incentivos económicos, son las instituciones políticas que determinan  que  instituciones económicas personas trabajarán bajo ellas.
              Es decir, el proceso político determina qué instituciones económicas un país tendrán. Los países pobres, –términos llanos–, son pobres porque los que tienen el poder toman decisiones que crean pobreza. El nuevo paradigma para el éxito o el fracaso de las naciones se centra en la inclusión de las instituciones políticas y económicas y sus interacciones.
            instituciones económicas inclusivas son aquellas que permiten y fomentan la participación de todos en las actividades económicas. Cuentan con derechos seguros de propiedad privada, el estado de derecho, la entrada de nuevas empresas y la igualdad de condiciones en las cuales las personas pueden intercambiar y contraerse libremente.
            Instituciones económicas inclusivas son necesarias para la prosperidad económica de una nación, pero son las instituciones políticas las que determinan las instituciones económicas. En los países totalitarios como Corea del Norte y Cuba, las instituciones políticas son extractiva en vez de incluyente. Esta condición de las instituciones extractivas sostiene, en distintos grados, a la mayoría de los países pobres en la actualidad.
             Instituciones políticas extractivas concentran el poder en manos de las élites estrechas con pocas limitaciones en el ejercicio de su poder, y crean instituciones económicas extractivas diseñadas para enriquecer los poseedores de poder a expensas de la sociedad. Las herramientas de las instituciones económicas extractivas incluyen supresión o severos límites a la propiedad privada, las empresas estatales, el exceso de regulación y los impuestos, y mucho más.
               Por otro lado, las instituciones políticas inclusivas son los que distribuyen la energía en términos generales en la sociedad y están restringidas por la ciudadanía. Instituciones políticas inclusivas no toleran diseños económicos extractivos que sólo benefician a unos pocos.
               Prosperidad económica surge de las instituciones políticas y económicas inclusivas. Instituciones extractivas suelen dar lugar al estancamiento y la pobreza. Por lo tanto, si un país se hace rico o pobre es en gran medida una función de sus instituciones.
                 Acemoglu y Robinson reconocen que, bajo ciertas condiciones, el crecimiento puede ocurrir en las instituciones políticas extractivas como en el caso de China. Sin embargo, sostienen que el crecimiento generado en virtud de las instituciones extractivas en última instancia es insostenible a menos que la nación se desplaza a instituciones inclusivas. Por desgracia, las instituciones políticas y económicas extractivas forman un fuerte lazo de retroalimentación en apoyo de las demás y tienden a persistir en un círculo vicioso.
                  Las naciones ricas son ricas hoy, en gran parte porque han conseguido desarrollar instituciones inclusivas en algún momento durante los últimos 300 años. Esto contradice las afirmaciones de las teorías estudiadas en la década de 1960. Y refuta el enfoque de la política exterior de EE.UU. prevaleciente que considera que el crecimiento económico, incluso bajo regímenes autoritarios, dará lugar a la democracia o de instituciones políticas inclusivas.
                     Nuestra comprensión actual es que el crecimiento económico sin habilitación política tiende a bloquear en su lugar las élites políticas represivas. Sin cambios en las instituciones políticas, hay pocas posibilidades de que el crecimiento económico será incluyente, o que dará lugar a la inclusión política.
                 El crecimiento económico sostenido depende de las instituciones políticas inclusivas para apoyar a las instituciones económicas inclusivas. Por tanto, la política exterior de EE.UU. debe tener como objetivo fomentar sistemas políticos abiertos y responder a las aspiraciones de la sociedad. El camino a la prosperidad no es el apoyo a la tiranía, pero si a la articulación política de la ciudadanía.
*José  Azel es un académico del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami y el autor del libro Mañana in Cuba.
 

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