domingo, 16 de octubre de 2016

PIENSE, PIENSE, PIENSE

Por, José M. izquierdo.

Ante la evidente complicidad de la prensa en el actual proceso electoral para la presidencia de los EEUU, el apoyo, presión y complicidad de la administración del presidente Barack Obama, en abierto apoyo a la candidatura de la exsecretaria de estado Hilary Clinton sobre la secretaria de justicia, instituciones como el FBI y la jerarquía del partido demócrata, permitiendo que estas instituciones conspiren y se confabulen para ayudar a la candidata demócrata, se hace necesario evaluar la situación de manera diferente a como lo habíamos hecho en elecciones anteriores.

Es imprescindible recordar que en estas elecciones no solo está en juego la presidencia de los EEUU, se juega también el balance de la corte suprema que tendrá en sus manos la interpretación futura de la constitución de esta nación, quizás a largo plazo, un aspecto más importante que la presidencia. Están en juego además la composición del congreso y el senado que decidirá en el futuro la política exterior, económica y social de la nación.

Algunos estadounidenses, saturados de propaganda demagógica y basura, han decidido no participar en las elecciones dejando que otros decidan por ellos, ¡Que Error!, Otros evalúan para sus decisiones elementos superficiales que nada tienen que ver con el destino futuro de la nación, influenciados por el exceso de propaganda dirigida con toda intensión, a desviar la atención de los votantes de los problemas básicos e importantes, que no están presentes con la fuerza necesaria en debates y propagandas.

Ante una situación diferente, dos candidatos diferentes saturados de problemas personales, morales e ideológicos, debemos actuar también de forma diferente y revisar nuestras bases morales, conceptos de lo que consideramos como justicia, creencias religiosas e ideologías políticas. Si queremos una nación fuerte, segura y prospera o una nación dependiente, un gobierno “Paternalista” que exige el control central del dinero de los contribuyentes para administrarlo como ellos quieran, aumentando la inservible y parasita burocracia gubernamental  implantando políticas socialistas en nuestra nación, o preferimos ser dueños de nuestros destinos económicos y sociales y sobre estas sencillas bases, decidir quién es el candidato a la presidencia de esta nación que más se acerca a nuestro valores, para tomar la decisión más cerca de los correcto.

Si en las elecciones de los EEUU pudieran participar personas, gobiernos y grupos de otras partes del mundo que pasaría: ¿Por quién votaría ISIS, Al-Quaeda y otros grupos terroristas si pudieran hacerlo, Por Hillary Clinton o por Donald Trump? Con seguridad lo harían por Hillary Clinton. ¿Por quién votaría Vladimir Putin? A pesar de todo lo que dice la propaganda, preferiría un presidente en los EEUU tan débil como Barack Obama para poder manejarlo a su antojo. Sin dudas lo haría por Hillary Clinton. ¿Por Quién votarían los líderes de los Gobiernos de Irán, Corea del Norte, Los maduro y comparsa, Daniel Ortega, Evo morales, y no podemos dejar fuera a los Castros?, Con toda seguridad votarían por Hillary Clinton. ¿Por quién votarían si pudieran hacerlos los inmigrantes ilegales que han entrado a este país violando leyes y fronteras, los que se niegan a poner orden en las fronteras y las leyes de inmigración? Sin dudas votarían por Hillary Clinton. Podíamos hacer extensa la lista de grupos e instituciones religiosas y laicas, personas, ETC, que preferirían que los EEUU tuvieran un gobierno débil ante la lucha contra las drogas, el crimen en nuestras calles, que este a favor del aborto y en contra de la segunda enmienda de nuestra constitución.

En mi caso, como yo no estoy de acuerdo con las políticas y formas de pensar de estos grupos, personas y gobiernos antes mencionados, enemigos irreconciliables de los Estados Unidos de América y todo lo que representa esta nación, no estoy a favor del aborto, del control excesivo del gobierno sobre nuestras vidas y nuestros bolsillos, de erradicar la segunda enmienda de la constitución, de la débil política exterior y de la demostrada enorme corrupción imperante en los más altos niveles en Washington, no puedo bajo ninguna presión apoyar con mi voto a la candidata a la presidencia de los Estados Unidos, Hillary Clinton.

Tome usted su decisión pero sea cual sea, no invalide su voto y recuerda ante todo, todo lo que está en juego en estas elecciones. Salga a votar, no deje que otros lo hagan por usted y sobre todo piense, piense y piense y analice con frialdad, evada lo que intentan introducir en nuestras conciencias para nublar nuestro poder de análisis.

 

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