sábado, 25 de noviembre de 2017

LA DESINFORMACION NO LLEGARA LEJOS

Amnistia Internacional tituló su informe: Cuba, una prision mental

Por Robert Penn-Davis./FHRC
Dos relevantes organizaciones que monitorean las violaciones de los derechos humanos en el mundo, Freedom House y Amnistía Internacional  (AI) denunciaron con contundencia poco frecuente al régimen castrista. Freedom House aseguró que Cuba es el país cuyos habitantes sufren la mayor censura en Internet en todo el continente americano.
              Esto es desconocido por millones de personas que no tienen idea de cómo en medio de la revolución tecnológica que está transformando la vida en todo el mundo,  los cubanos están marginados de sus beneficios. Lógicamente para muchos ciudadanos de Occidente puede resultar una exageración, afirmar que para mantenerse en el poder el régimen de La Habana  ha optado porque la población de la isla siga en la ignorancia, la pobreza y el atraso social, en pleno tercer milenio. No lo es.            Amnistía Internacional (AI), en tanto, tituló su informe sobre Cuba Una prisión mentalEl texto denuncia el acoso laboral, el chantaje y despido por motivos políticos de aquellos trabajadores que emiten opiniones disonantes con las narrativas oficiales. 
             Entre muchos testimonios obtenidos, AI cita el caso de un ingeniero que fue despedido por llevar una pulsera con la palabra "cambio" y el de un trabajador social que se quejó de la falta de recursos que afecta a la población e inmediatamente fue despedido.
          La denuncia de AI fue mucho más allá de la tímida “preocupación” que mostró a mediados de 2017 la Organización Internacional del Trabajo (OIT), del sistema de Naciones Unidas, por la cantidad de detenciones de sindicalistas y trabajadores que no comulgan con el régimen cubano.
            En el tema de los “ataques acústicos” contra diplomáticos de EE.UU en La Habana continúa el hermetismo oficial en Washington mientras La Habana aprovecha ese vacío mediático para lanzar una ofensiva de propaganda. La principal línea de desinformación es insistir en que los ataques nunca ocurrieron. Los sordos no son sordos, sino más bien unos mentirosos.
              Aunque de manera no oficial, agentes de inteligencia de EE.UU dijeron al semanario Político que los ataques tal vez se realizaron con un dispositivo soviético "energético dirigido" o "acústico", similar al utilizado por la KGB contra la embajada de EE.UU en Moscú en los años 70.
              No importa cual haya sido la tecnología empleada, lo que sí está claro es que el gobierno de Raúl Castro es completo responsable del resultado, bien sea intencionalmente o por mal manejo de la tecnología. Las mentiras tienen patas cortas. 
           Al margen van quedando las hipótesis diversionistas de que quienes realizaron estos ataques pudieron ser ciudadanos, gobiernos extranjeros o elementos castristas “no autorizados” que querían poner fin al "deshielo" Cuba-EE.UU.
            Todavía no hemos escuchado el resultado final de las investigaciones, cierto, pero es cada vez más evidente que la campaña de desinformación de la inteligencia cubana no ha prosperado.  
 

Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC)


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