"Tan pronto como se hizo evidente la traicion de Fidel Castro, una juventud heroica se alzo en armas para derrocarlo.."
Por Héctor Carbonell (hsgusto@yahoo.com)
Cuando un pueblo no honra sus mártires
no merece ser libre. Cuando una sociedad no recuerda y destaca el
sacrificio de sus integrantes que arriesgaron y ofrecieron sus vidas para liberarla
de una tiranía, tendrá que resignarse a vivir en cautiverio.
Hoy en día se pretende demostrar que los que nos enfrentamos a la dictadura
comunista con las armas, estábamos equivocados y en lo único que nos
equivocamos fue en confiar en los cantos de sirena de un supuesto aliado.
Primero prometió maravillas para lograr la dirección de la lucha, después nos
abandonó y al final comenzó a perseguirnos para cumplir sus compromisos con
nuestro enemigo.
Tan pronto como se hizo evidente la traición de Fidel Castro, una juventud
heroica se alzó en armas para derrocarlo. Entre los primeros estuvieron el
presidente de los estudiantes de la Universidad de las Villas Porfirio Remberto
Ramírez y el Comandante Plinio Prieto fusilados en Octubre de 1960. Entre los
últimos alzados, Tuto Pupo y Cesáreo Nápoles, rodeados en los llanos de Las
Tunas por 10,000 milicianos pudieron resistir desde las 6 AM hasta las 3 PM.
Ambos tenían en su cuerpo decenas de balas. Entre los primeros combatientes de las provincias centrales y
los últimos en el Oriente del país corrieron ríos de sangre patriota. Se
contaron por miles los muertos entre fusilados y muertos en combate.
El exilio de aquellos años también aportó su
cuota de mártires en esa guerra quijotesca que librábamos, donde nuestro
enemigo contaba con todo el apoyo de la Unión Soviética y sus países satélites
y nosotros con las traiciones de nuestro aliado. El desembarco de Playa Girón y
cientos de infiltraciones en Cuba engrosaron nuestro martirologio. Tony Cuesta
fue sin duda figura descollante de esa etapa. Los desembarcos de Amancio
Mosqueda “Comandante Yarey” y el capitán Vicente Méndez, ambos veteranos de los
primeros alzamientos en Cuba, fueron los últimos intentos bélicos frontales.
Solo heridos pudieron ser hechos prisioneros y fusilados.
Ante la
descomunal diferencia entre nuestros recursos y los de la tiranía comunista se
diseñó una nueva estrategia conocida como “por los caminos del mundo “.
Consistía en golpear a los esbirros del régimen y sus propiedades en cualquier
país que se encontrasen. Surge aquí la figura de un joven, Juan Felipe de la
Cruz, que solo tenía de Cuba recuerdos de su más tierna niñez, pero que se
obsesionó con su libertad y murió por ella, no sin antes infringirles graves
daños a los que la esclavizaron. Jorge Triana y Orlando Bosch, ambos con un
larguísimo historial de lucha fueron protagonistas esenciales de aquella
epopeya.
Duele ver, como
algunos encumbrados líderes “opositores” en Cuba cuando hacen alguna
declaración, repiten tantas veces la palabra pacífica que la cacofonía
apesta. Esta insistencia tenaz tiene el
genuflexo y miserable propósito de
asegurar que el régimen no los relacione con ninguno de los patriotas que
mencioné anteriormente. Estos “bandidos,” como los llaman sus amos, ofrendaron
sus vidas para que ellos pudieran vivir en libertad. Purgaran con su esclavitud
por malagradecidos y cobardes.
Durante el
gobierno de Barack Hussein Obama se amnistiaron
terroristas puertorriqueños, espías cubanos y narcotraficantes. Eduardo
Arocena lleva treinta y cuatro años presos, no mató a nadie, no robo ninguna
propiedad, no traficó con drogas pero cometió un delito gravísimo: oponerse al comunismo con métodos
violentos. Tiene la Peste. Eso no se puede perdonar. Ni siquiera porque en 1966
se ofreció como voluntario para defender a Estados Unidos en Vietnam.
Muy pocas
personas saben en Cuba quien es Armando
Sosa Fortuny. Cuando los “Opositores” pacíficos reclaman la libertad de los
presos políticos el nombre de Sosa no aparece en sus listas. Tiene la Peste. Se
alzó en armas contra la tiranía, cumplió 18 años en el presidio, salió en
libertad y se volvió a alzar, cayó prisionero y lleva 23 años encerrado.
Cuarenta y un años de maltratos, bayonetazos y no han podido doblegarlo. Si
existiera un premio a la dignidad patriótica nadie podría discutírselo.
El neo
comunismo cubano ha ejercido una violencia homicida y sádica contra el pueblo
cubano, familias enteras han sido ametralladas en el mar, cientos de miles han
languidecido en las prisiones, muchos no sobrevivieron al hambre, las torturas
y las vejaciones. Estos monstruos no pueden ser combatidos con denuncias
solamente. Esto lo comprendieron los mártires que he mencionado y una larga
lista de campeones en la lucha por la libertad, junto con otra enorme de héroes
anónimos.
Vergüenza
eterna para aquellos que no los reconocen y honran.
Diciembre 2017
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