La prestigiosa publicación JAMA (Journal of
the American Medical Association) en su último número de agosto 14/2018, ha
publicado en la página 602 y siguientes, cuatro comentarios y una réplica
acerca de los incidentes sónicos en la Habana, Cuba.
En el centro del interesante debate médico
está una previa comunicación de tres especialistas en un número precedente del
JAMA. 2018: 319. Randell Swanson, Stephen Hampton y Douglas Smith MD., que
pertenecen al Departamento de Neurocirugía y Truma Craneano de la Universidad
de Pennsylvania, Perelman School of Medicine. Este histórico artículo: “Neurological
manifestations among US. Government personnel reporting directional audible and
sensory phenomena in Havana, Cuba”, es el meollo, la piedra angular del tema
que se debate.
La primera carta a los editores de JAMA
proviene de Robert E Bartholomew del Departamento de Historia y Ciencias
Sociales, Botany Downs Secondary College, en Aukland , New Zelanda. Basado en
un artículo suyo publicado en el British Journal of Psychiatry, en el 2002.
Este autor señala que una enfermedad psicogénica colectiva no puede ser descartada.
La segunda vino de Jon Stone, PhD. y
colaboradores del Department of Clinical Neurosciences, Western General
Hospital, Edinburgh. United Kingdom. “Existe una amplia gama de anomalías
vestibulares en paciente con trastornos de ansiedad…… Las divisiones entre
hallazgos neurológicos y psicólógicos deben ser revaluadas….. Los desórdenes
funcionales neurológicos, pueden afectar a cualquiera, incluyendo a un staff de
diplomáticos con trabajo agotador.”
La tercera crítica llegó de Chura, Psy D.,
y Miskey PhD. de Veterans Affairs Centers, North Caroline y Denver, respectivamente. Ellos proponen que el
artículo original: “refleja una interpretación errónea en los resultados
objetivos de los tests de conocimiento”. Por ejemplo, usando la clasificación
de Weschler, los pacientes # 4, 9, 11,13,15 y 20 tienen errores.
Por último, Gianoli MD y Soileau MD., del
Ear and Blance Institute, Covington, Louisiana y Wackym MD., Rutgers Medical
School, New Brunswick, New Jersey, señalan que los síntomas de estos pacientes
pudieran ser explicados por una laberintitis periférica unilateral o bilateral.
LA
REPLICA
Como expliqué al inicio, los tres autores
del trabajo original: Hampton, Swanson y Smith, contestaron manteniendo sus
criterios científicos originales.
En referencia al artículo del neozelandés:
sus criterios diagnósticos para una enfermedad psicogénica colectiva incluyen:
“preponderancia de pacientes femeninos”; “síntomas que son benignos y
transitorios” y “comienzo abrupto y rápida recuperación”. Ninguna de estas tres
condiciones está presente en la cohorte habanera, donde 11 de los 21 eran
mujeres y todos tuvieron síntomas importantes que persistieron por largos
meses.
El reproche del Dr. Stone, desde Edimburgh,
dicen los replicantes, no se relaciona con los hallazgos de Herdman y
colaboradores publicados en Front Neurolgy en el 2011. En este trabajo se
demostró que enfermos con ataxia espino cerebelar comprobada tenían desórdenes
psicogénicos de inestabilidad cuando se estudiaron con posturografía dinámica
computarizada.
Al tercer trabajo, el del Dr. Shura, se le
replicó aclarando que todos los percentiles de los pacientes del reporte
original tuvieron varios scores que se desviaron por más de 1 SD (Standard
Deviation) de sus respectivas medianas ( algunos excedieron 2 SD).
Por último, referente al Dr. Gianoli y su
tesis de laberintitis, los replicantes afirman que las pruebas vestibulares
fueron realizadas por el team de Otorrinolaringología de la Universidad de Penn
y fueron normales; aunque no publicadas.
CONCLUSIONES
Se aclara por Hampton, Swanson y Smith que
actualmente se están realizando estudios avanzados de neuro imágenes en toda
esta cohorte de la Habana esperando identificar cambios estructurales en el
cerebro que pudieran explicar las manifestaciones neurológicas.
La carta de réplica comienza con este
párrafo que prefiero mostrarlo en su pureza y lenguaje original y se explica
por sí mismo.
“Our
study was a retrospective evaluation of data generated solely as part of
clinical care.Research with this patient cohort was not originally anticipated
due to secrecy and privacy concerns. However, owing to the extraordinary nature
of patient reports and clinical symptoms, the US Department of State cleared
the study as a public health matter. Althought we must continue to withhold
certain sensitive information and despite the preliminary nature of the data,
we believe that we can address concerns raised by the letters”.
“The letters” son las cuatro cartas al
editor del JAMA, aquí publicadas y comentadas.
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