El PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio defiende desde Miami la libertad de expresión en Cuba
El PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio
defiende desde Miami la libertad de expresión en Cuba.
Cuando el 16 de junio de 1961 Fidel
Castro pronunció durante una reunión con los intelectuales cubanos en la
Biblioteca Nacional su ya famosa frase, “dentro de la revolución todo, fuera de
la revolución nada”, muchos de los escritores presentes comprendieron que la
libertad de expresión, desde ese momento, dejaba de existir en Cuba. Y
comenzaron, poco a poco, a abandonar el país.
La lista de los que marcharon al
exilio, unos primeros y otros después, es extensa y prestigiosa: Lidia Cabrera,
Gastón Baquero, Lino Novás Calvo, Carlos Montenegro, Jorge Mañach, Enrique
Labrador Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Severo Sarduy, Matías Montes
Huidobro, Orlando Rossardi, Amelia del Castillo, Armando Álvarez Bravo, Eugenio
Florit, Reinaldo Arenas, Juan Abreu y Zoe Valdés, por solo citar unos pocos.
Es cierto que algunos escritores de
esa época, por circunstancias diversas, permanecieron en la isla. Unos
sufrieron persecución y ostracismo, como Virgilio Piñera, Dulce María Loynaz y
José Lezama Lima. Otros, por el contrario, abrazaron la revolución y se
convirtieron en virtuales comisarios políticos, como Lisandro Otero, José
Fernández Retamar, Nicolás Guillen y Alejo Carpentier.
En 1997, casi 40 años después, un
grupo de aquellos escritores que marcharon al destierro, entre los que se
encontraban Ángel Cuadra, Octavio Acosta, Reinaldo Bragado, Indamiro Restano y
Armando de Armas, fundaron en Miami el PEN Club de Escritores Cubanos en el
Exilio tomando como base las regulaciones que establecían lo siguiente: “Cuando
en un país se suprime la libertad de expresión y existe en el exilio un número
suficiente de escritores que representan la cultura del país en cuestión, se
puede tramitar ante el PEN Internacional la constitución de una delegación”.
En entrevista con el Nuevo Herald el
poeta y ex preso político Ángel Cuadra, quien fuera su primer presidente, lo
recuerda de esta manera: “Supimos por Reinaldo Bragado que la dictadura cubana
estaba tratando de crear una filial en La Habana y decidimos, adelantándonos a
ellos, solicitarle al PEN Internacional una para el exilio cubano de Miami”.
El PEN Internacional, una de las
organizaciones de escritores más antiguas, fue fundado en Londres en 1921 por
la periodista Catherine Amy Dawson con el propósito no solo de promover la
amistad y la cooperación entre intelectuales de todo el mundo, sino también
para luchar por la libertad de expresión y defender a los escritores asediados
o encarcelados por sus posturas políticas.
Que es justamente lo que el PEN Club
de Escritores Cubanos en el Exilio ha venido haciendo desde su creación: “En el
Congreso 64 del PEN Internacional que se celebró en 1998 en Edimburgo, con el
apoyo de los escritores Mario Vargas Llosa, Gloria Guardia y Cecilia Valcárcel,
fuimos aceptados como miembros plenos de dicha organización y desde entonces
hemos defendido esos principios”, declaró Cuadra.
El PEN Club de Escritores Cubanos en
el exilio ha seguido asistiendo a los congresos del PEN Internacional y ha
mantenido una constante actividad cultural a través de la celebración de
seminarios, conferencias, presentaciones de escritores y la publicación de
libros.
Pero también ha luchado por la
libertad de expresión en Cuba.
En 2003 el gobierno cubano, en lo que
se conoció como la “primavera negra”, arrestó a numerosos periodistas y
escritores y condenó a setenta y cinco de ellos a 20 años de cárcel.
Entre los condenados estaban conocidos
opositores como Raúl Rivero y Ricardo González, quienes habían fundado la
revista independiente De Cuba.
Otros eran Manuel Vázquez Portal,
Martha Beatriz Roque, Regis Iglesias, Normando Hernández y Oscar Elías Biscet,
por solo nombrar a algunos.
Los gobiernos de la Unión Europea, el
Papa Juan Pablo II y varias organizaciones de defensa de los derechos humanos,
condenaron unánimemente aquel proceso judicial amañado.
El PEN Club de Miami también denunció
aquellas condenas y nombró públicamente a Raúl Rivero y Manuel Vázquez Portal,
mientras todavía estaban en prisión, como sus miembros de honor.
“Nuestra organización siempre ha
honrado su compromiso de defender la libertad de expresión en cualquier lugar”,
dice José Antonio Albertini, su actual presidente. “Lo hicimos entonces y lo
hicimos hace dos años cuando nos opusimos a la creación de un capítulo del PEN
Club en Cuba”
En septiembre del 2017, durante la
celebración de su 83 congreso en Ucrania, el PEN Club Internacional aprobó la
apertura de una filial en La Habana.
“Enviamos una carta de protesta a la
conferencia firmada por mi y por todos los miembros de nuestra directiva, Ángel
Cuadra, Luis de la Paz, Matilde Álvarez, José Antonio Ruano y Daniel Pedreira,
en la que advertíamos del error que se cometía al admitir a Cuba como miembro
del PEN Club”, recordó Albertini. Y agregó: “No se puede esperar que el PEN de
Cuba, compuesto en su mayoría por escritores salidos de la oficialista Unión de
Escritores y Artistas de Cuba, defienda la libertad de prensa ni la libertad de
opinión en ese país”. Y terminó concluyendo: “Estamos convencidos que con el
transcurso del tiempo esta apresurada decisión, tomada a espaldas nuestras,
será contraproducente para todos”.
Según un reportaje de Martí Noticias
firmado por el periodista Luis Felipe Rojas, en aquella ocasión Carles Torner,
director del PEN Internacional, le habría comunicado al PEN de Escritores
Cubanos en el Exilio, lo siguiente: “Somos concientes de que el recorrido del
nuevo centro será largo y que la libertad de expresión sigue estando en
entredicho en Cuba”.
¿Por qué, entonces, admitir a Cuba en
la organización? ¿Por qué, si ya existía en Miami una filial constituida por
escritos cubanos libres, crear otra en La Habana cuyos miembros son escritores
oficialistas?
Despues de eso, hace unos meses,
cuando el gobierno cubano promulgó el Decreto 349, publicado en la Gaceta
Oficial de Cuba el 24 de enero de 2018 y que busca regular la producción
artística independiente, el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio envió
una carta a Carles Torner, Secretario Ejecutivo del PEN Internacional, pidiendo
una declaración oficial en la que se condenase dicho decreto.
El PEN Internacional preparó el
comunicado pero antes de hacerlo público querían que la filial de La Habana lo
conociese. Sin embargo, el PEN de Cuba nunca contestó.
Al no recibir respuesta de La Habana y
después de una nueva carta del PEN de Miami, esta vez urgiendo que se hiciese
oficial el pronunciamiento, el PEN Internacional al fin publicó en su pagina
Web una denuncia sobre el Decreto 349 en la cual puede leerse lo siguiente: “El
decreto legislativo, que entró en vigor parcialmente el 7 de diciembre de 2018,
busca regular la producción artística independiente, requiriendo el registro y
aprobación previa de toda actividad cultural, a través de instituciones
afiliadas al gobierno cubano. El PEN Internacional hace un llamado urgente a
las autoridades cubanas para que cesen de inmediato la represión contra la
libre manifestación creativa”.
En otra de sus partes el comunicado
agrega: “Uno de los casos más destacados es la detención de la artista y
activista cubana Tania Bruguera, el 4 de diciembre de 2018, y liberada dos días
después, quien junto a otros creadores intentó realizar una protesta pacífica a
las puertas del Ministerio del Ministerio de Cultura, en La Habana”.
En Cuba nada ha cambiado. Han pasado
60 años pero es como si todavía aquellas ominosas palabras, “dentro de la
revolución todo, fuera de la revolución nada”, siguieran estando vigentes como
cuando fueron pronunciadas.
Mientras tanto, contra toda esperanza,
el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio continúa defendiendo, desde
Miami, la libertad de expresión en Cuba.
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