domingo, 1 de diciembre de 2019

¿POR QUE VOTAMOS COMO LO HACEMOS?


"Sin embargo, la ciencia política contemporánea ha encontrado poca evidencia de que los votantes se ajusten a este perfil idealista..."

Por Jose Azel.
El voto democrático no siempre produce buenos gobiernos. El ascenso de Adolf Hitler al poder en la elección libre final de la República de Weimar, y la elección de Hugo Chávez en Venezuela son solo dos ejemplos destacados. Por lo tanto, comprender el comportamiento de votación se ha convertido en una de las materias más estudiadas en las ciencias sociales que abarca las disciplinas de economía, ciencias políticas, psicología y sociología.
Uniéndose a este esfuerzo, los científicos sociales Christopher Achen y Larry Bartels exploran, "por qué las elecciones no producen un gobierno receptivo" con su libro "Democracia para realistas". Aquí, tomo prestado de su trabajo para ver algunos conceptos de comportamiento de votación.
En nuestra comprensión tradicional de la democracia, nosotros, como votantes, tenemos preferencias sobre lo que el gobierno debería hacer, y elegimos líderes que prometen promulgar políticas acordes con nuestras preferencias. Esta teoría romántica de la democracia que mira hacia el futuro supone que los ciudadanos comprometidos son capaces de informarse sobre los muchos problemas que enfrenta una nación, y pueden dominar las complejidades de las políticas para juzgar inteligentemente. La teoría romántica de la democracia también postula que los votantes pueden evaluar las calificaciones de los candidatos en competencia y luego votar por el candidato que mejor se ajuste a sus propios valores políticos.

Sin embargo, la ciencia política contemporánea ha encontrado poca evidencia de que los votantes se ajusten a este perfil idealista. Esto plantea dudas sobre si los ciudadanos pueden desempeñar adecuadamente el papel que les exige la teoría romántica de la democracia. Los estudiosos de la opinión pública nos dicen que, a pesar del aumento dramático en la variedad de los medios de comunicación, el nivel de conocimiento político de la ciudadanía sigue siendo muy bajo. Resulta que, aunque hoy tenemos disponible un nivel de información política sin precedentes, hemos descartado los recursos más reflexivos en favor de una variedad de fuentes de entretenimiento. Los medios de comunicación las 24 horas han resultado en un aumento en la variedad de información sin cambiar el nivel promedio de información política.
Una teoría alternativa del voto democrático es la "teoría retrospectiva del voto". En contraste con la teoría romántica prospectiva de la democracia, la teoría retrospectiva considera a los votantes como evaluadores del desempeño pasado de los líderes. Votar retrospectivamente solo requiere que los votantes controlen su propio bienestar y el de sus conciudadanos. Es decir, los votantes no necesitan estar informados o comprometidos como lo exige la teoría romántica de la democracia. Los votantes identifican el buen o mal desempeño del gobierno de acuerdo a cómo ha impactado sus vidas.
Votar retrospectivamente no requiere que la ciudadanía conozca las políticas precisas de una administración o partido. Para determinar el desempeño, los votantes solo necesitan evaluar cómo ha cambiado su propio bienestar o el de la nación. La votación retrospectiva expresa aprobación o desaprobación por el desempeño pasado y, como tal, es un poderoso instrumento de responsabilidad electoral. Por ejemplo, las evaluaciones de los votantes sobre las condiciones económicas son muy significativas para determinar los resultados electorales. La investigación muestra que los votantes tienden a recompensar a los titulares por buenos tiempos económicos y castigarlos por los malos tiempos. En consecuencia, como una razón electoral, la votación retrospectiva funciona para mejorar la competencia económica de los líderes políticos al retener a los que son gerentes económicos competentes y reemplazar a los que no lo son. El voto retrospectivo induce a los líderes a luchar por buenos resultados económicos para retener sus trabajos.
Los académicos también señalan que el voto retrospectivo “no impone restricciones políticas a la administración gobernante; más bien, el gobierno es libre de innovar, sabiendo que será juzgado por los resultados de sus acciones más que por sus detalles”. En otras palabras, en esta tesis del espejo retrovisor, los resultados de las elecciones no dependen de ideas o ideología política, sino más bien en nuestra aprobación o desaprobación del desempeño real de los líderes políticos o partidos en ejercicio. En la práctica, el voto democrático no respalda la teoría romántica convencional de la democracia.
Aunque un poco cínica, la lógica de la votación retrospectiva parece sólida. La mayoría de los votantes están ocupados con sus vidas y no pueden dedicar el tiempo necesario para comprender las complejidades de las decisiones políticas. En cambio, en el momento de las elecciones, los votantes se contentan con preguntar si las cosas van bien o mal últimamente. En esencia, y tal vez de manera poco elegante, no es la ideología política sino una mirada al espejo retrovisor lo que explica mejor por qué votamos como lo hacemos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario