viernes, 8 de enero de 2016

SOCIALISMO A LA AMERICANA

Por Robert Penn-Davis (Especial para  enfoquem3.com)
 

Los que aun crean que el actual presidente de los Estados Unidos, ganó las primarias dentro de su partido hace ya más de siete años, por sus cualidades administrativas, liderazgo personal…, o cualquier otra característica necesaria para liderar el gobierno más poderoso de nuestro planeta; es porque aun sigue creyendo en “Pajaritos preñaos”.

El fenómeno Obama; donde un bisoño y desconocido político fue capaz de eliminar a la popular, y natural aspirante dentro del partido demócrata en ese momento, no se dio por un mandato divino, sino por el mandato de muchos divinos empresarios mundialistas, que son al final quienes gobiernan este cautivo mundo en que vivimos.

Había que hacer un trabajo sucio: o sea desviar la ruta democrática e institucional de los Estados Unidos, y para ello se necesitaba alguien al que no le “temblara la mano” al hacerlo. Alguien que no tuviera nada que perder y sí mucho que disfrutar. Desviar la ruta de libertad empresarial, de una clara independencia económica gubernamental por un extraño régimen, que condujera el control económico del pequeño y mediano empresario. Fortalecer los poderosos y deshumanizados “Trust”, para socializar (mágica palabra), la economía, acabando con la extensa y poderosa clase media americana, a favor de un gobierno paternalista que lo proveería todo: a cambio de la pérdida de la libertad de ser dueño de nuestros sueños y decisiones. Estos nuevos regímenes que se auto titulan socialistas, ofrecen todo a partir de eliminarlo todo con anterioridad.

Alguien. Un militante del partido demócrata, me contaba, que él apoyaba a Hilary Clinton, hasta que fuera citado por la alta jerarquía del partido para un “encuentro” en Miami; con el también aspirante, Barak Obama, que en ese momento no parecía tener ninguna posibilidad de ganar las primarias. Me dijo este leal miembro de su partido; que luego de la reunión salió convencido de que sería Barak Hussein Obama quien ganaría las primarias y después la presidencia. No me dio detalles de que descubrió en dicha reunión, pero evidentemente algo le mostraron; tal vez “postalitas” del Washington, –no lo sé–  para que él cambiara su apoyo por la señora Clinton a favor de aquel desconocido aspirante, carente de recomendaciones u hoja de servicio. Lo cierto es que esos mismos, son los que ahora siguen apoyando el antiamericano estilo de gobierno que se está construyendo. No sé hasta dónde llegaremos. No lo sé.

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