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“La situación es dramática porque ya se habla de Venezuela, en las altas esferas del gobierno, en términos del pasado”
“La situación es dramática porque ya se habla de Venezuela, en las altas esferas del gobierno, en términos del pasado”
Por. Enrique Gonzalez
LA HABANA, Cuba.- Antes de la crisis actual, Eduardo trabajaba
desde las 6 de la mañana hasta casi la medianoche. Es el dueño de un auto de
alquiler de esos que todos en Cuba conocen como “almendrón” y que le llegaba a
facturar en el día entre 2000 y 2600 pesos cubanos (entre 80 y 100 dólares
diarios).
Desde hace algunas semanas, a raíz de los controles establecidos
sobre los combustibles, Eduardo, que adquiere el petróleo en el mercado negro,
solo trabaja unas cuatro horas al día y apenas recauda un 20 por ciento de lo
que antes hacía. Está pensando en vender su viejo Plymouth para dedicarse a
otro negocio porque, según afirma, “la cosa se está poniendo mala, malísima”.
Según una
investigación gubernamental no divulgada, fechada en febrero del presente año y
llevada a cabo por un conjunto de especialistas de la Oficina Nacional de
Administración Tributaria (ONAT), la Contraloría General, la Oficina Nacional
de Estadísticas y la Fiscalía General, la cantidad de petróleo adquirido en las
gasolineras estatales (popularmente llamadas “Cupet”) por los choferes de autos
particulares que poseen licencia de explotación de la ONAT, no sobrepasaba la
cantidad de 1 litro al mes.
El informe,
debatido a puertas cerradas por los principales dirigentes del país y los
directivos de las empresas más importantes, concluyó que solo un escaso
2 por ciento de los choferes adquiría legalmente el combustible en los puntos
de venta legales, y además constató la existencia de un mercado negro que,
por diversos mecanismos, la mayoría manejados desde las propias empresas
estatales, proveía más del 50 por ciento de la gasolina y el petróleo consumidos
en las calles y autopistas de la isla.
Según el
director económico de una gran empresa estatal, presente en los debates sobre
la investigación, las pérdidas por concepto de desvío de hidrocarburos y sus
derivados hacia el mercado negro sobrepasaba la cifra de unos 200 millones de
dólares anuales, mientras que el 72 por ciento de las empresas estatales
presentaban problemas con el control del combustible, lo que había obligado a
sancionar, tan solo en el periodo que va de mayo del 2015 a enero de 2016 a más
de 600 funcionarios de los diferentes niveles de dirección, incluidos los
ministerios del Transporte, Agricultura, Comercio Exterior y de las Fuerzas
Armadas, así como de otras instituciones de alto nivel.
“Posterior a esa reunión de febrero es que se implementaron las
medidas sobre el combustible y vinieron las reducciones para las empresas, pero
ya desde octubre (de 2015) se hablaba en las reuniones de que venía una crisis
para estas fechas”, declaró el funcionario que, por cuestiones de seguridad, ha
pedido discreción.
“También
está el problema de la reducción de las importaciones (de petróleo) desde
Venezuela y que se espera que eso estalle de un momento a otro”, agregó el
funcionario que más adelante apuntó: “Eso es tema central en las reuniones
desde hace meses. Ya no se cuenta con Venezuela, hay que ir eliminándola de la
ecuación, pero se han establecido compromisos de exportación (de combustibles)
con Rusia, China, España, Francia, aquí mismo en el Caribe, y los envíos desde
Venezuela, al menos en lo que va de año, no se han comportado como se previó.
(…) El ritmo actual es de unos 50 mil barriles diarios, cuando debía superar
los 90 mil, que es lo que deberíamos exportar. Cienfuegos debería haber
procesado unos 12 millones de barriles de crudo a la fecha pero apenas ha
alcanzado la mitad, y eso por los incumplimientos de Venezuela”.
Otro funcionario de la Empresa Cubana del Petróleo (CUPET), que
también ha pedido que no revelemos su identidad, ofreció detalles sobre la
situación actual, la que ha calificado como “extremadamente delicada”:
“La
situación es dramática porque ya se habla de Venezuela, en las altas esferas
del gobierno, en términos del pasado. (…) Otro gran temor es que hay una deuda
que asciende a los casi 10 mil millones de dólares en la actualidad y que si
hay un cambio en Venezuela ya no podremos negociarla, al menos en términos
favorables, con el gobierno que venga o suscribir nuevos acuerdos, habría que
pagarla sí o sí. Lo otro es el recorte drástico porque aunque está llegando
poco petróleo, al menos está llegando algo y con plazos de pago que nadie más
permitirá, ni siquiera China o Rusia, pero el pago de la deuda debería hacerse
con el petróleo que exportamos y ya este año, no hay dudas sobre eso,
incumpliremos los compromisos de exportación”, explicó el funcionario que,
además, se refirió a los recientes hallazgos de yacimientos en la llamada Zona
Exclusiva del Golfo de México:
“Yo no
confiaría demasiado en lo que se dice. El estimado publicado no está basado en
estudios conclusivos, son solo eso, estimados que tienen mucho de exageración
para atraer inversores”.
Sin embargo, un experto de la Dirección de Exploración de CUPET
que también por temor a represalias prefiere mantenerse en el anonimato, opina
que el descubrimiento de nuevos pozos pudiera cambiar el panorama pero no a
corto plazo:
“Eso
es positivo pero faltan estudios y faltan empresas que quieran aventurarse. Esa
posible bonanza tardará mucho tiempo y la crisis está ahí y es real. No tenemos
reservas, los pozos están sobreexplotados y el petróleo está llegando desde
Venezuela a cuentagotas. (…) Se está especulando con cifras no confirmadas y
todo parece indicar que esos yacimientos pudieran ser abundantes pero
escasamente llegarán a los 8 mil millones de barriles, y veo que el gobierno
está hablando de más de 20 mil millones, ¿basados en qué?”, apuntó el experto.
Mientras tanto, la crisis se profundiza cada vez más en la isla y
las personas que vivieron el llamado “Período Especial” en los años 90, están a
la espera de lo peor.
Yunior,
chofer de un almendrón, describe el panorama desde su perspectiva muy personal:
“Están pidiendo de uno a tres años (de cárcel) si te cogen
comprando petróleo, pero es que ya nadie quiere vender y se están tirando como
si fuera droga. Muchos hemos dejado de trabajar hasta que esto pase pero, según
me han dicho, la cosa es para rato así que tendremos que cambiar de negocio.
(…) No habrá taxis y la gente tendrá que ir a pie al trabajo cuando comiencen a
romperse las guaguas, como pasó en los 90”.
Noel,
trabajador de una gasolinera estatal, comenta sobre la situación: “Antes de las
medidas, casi no veías un almendrón por aquí; ahora tampoco los ves. La
moraleja es que no hay modo de que este país funcione normalmente. La presión
del gobierno no es para que los choferes compren aquí y no en el mercado
negro sino para sacarse de arriba a los almendrones que se están jamando
(comiendo) todo el petróleo. Aquí hay gente que tiene en la casa más petróleo
que en cualquier cupet”.
Aunque nos pide que no revelemos su identidad, un destacado
economista y exfuncionario del Ministerio de Comercio Exterior nos da su
opinión sobre la crisis actual:
“En los
dos últimos años las importaciones de petróleo desde Venezuela disminuyeron y
esto era algo que no se previó cuando se firmaron los acuerdos de exportación
con China, Rusia y otros países, algunos europeos. (…) Cuba ha establecido
empresas comercializadoras en el exterior, junto con PDVSA, empresas
importantes, estamos hablando de convenios de refinamiento, de transportación
con grupos como Wagoneer Ltd. y otros, y si se viene abajo Venezuela la vamos a
pasar muy mal”, dijo el también profesor universitario que más adelante afirmó:
“Esa es la raíz de lo que estamos viviendo, la reducción del combustible y de
los gastos de electricidad en las empresas, la falta de transporte, las tiendas
vacías, y en septiembre ya veremos el regreso de los apagones, o mejor dicho,
de los ‘alumbrones’. Pero sumémosle a eso la necesidad del gobierno de aumentar
las reservas de divisas. Todos estos recortes, en última instancia, tienen que
ver con eso. Sin reservas de divisas no hay garantías para solicitar préstamos
internacionales, de modo que nuestra historia futura será una historia de
deudas por pagar y oleadas de crisis”.
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