Por René León poeta e historiador
De los tiempos de
la esclavitud, se cuenta una leyenda
sobre un esclavo de nombre Fernando Malibrán que había huido de los españoles
por los maltratos que recibía de estos. Su conuco había sido destruido, la
familia había sufrido numerosos
castigos. Decide escapar con otros esclavos a las montañas trinitarias, pero la persecución no les daba
tiempo a descansar. Uno a uno o eran muertos o cogidos prisioneros. Malibrán
logra escapar y esconderse en un charco profundo entre las malezas que
encuentra en su camino. Que años después fuera conocido como El Charco del Negrito.
Según la tradición que algún espíritu invisible protegía al Negrito que
vivía metido en las aguas de la charca, sin poder ser visto de los que lo
buscaban. Algunas veces era visto de los guajiros que pasaban y llevaban su
ganado a beber agua. Pero de ellos no salía ninguna palabra de denuncia.
Sentado en las piedras que se encontraban en el charco aparecía de vez en cuando.
Alguna persona mal intencionada le dijo a los esclavistas que se encontraba
allí. Pero nunca lo pudieron encontrar.
Los años pasaron y los guajiros
de la zona decían que en el charco salía la Virgen María los Viernes Santos,
acompañada del Negrito. Los ojos de él
brillaban, sus dientes del color de oro. El propio San Juan Bautista,
aparecía en el charco, y los vecinos asociaron esto a la fecha de San Juan, que
se celebraba en Trinidad.
Como suceden estas cosas, algunas personas habían visto al negrito en el charco derramando agua sobre la cabeza de alguna persona enferma. El pueblo al oír todas estas historias cuando se aproximaba la fecha de San Juan, acudía al charco en busca de salud y de poder encontrar al negrito. Regresaban y no dejaban de decir
Que habían visto al negrito sentado en una roca, peinando su cabello dorado.
De esta historia que es una leyenda, ya muchos no se acuerdan. Pero en los tiempos de la guerra por la independencia de Cuba, muchos mambises encontraron ayuda en esa charca; comida y agua, como fue posible, eso no lo puede decir nadie. Pero de noche aparecía encaramado en una de sus rocas un negrito, de mirada firme y dientes de oro. Era Fernando Malibrán.
Como suceden estas cosas, algunas personas habían visto al negrito en el charco derramando agua sobre la cabeza de alguna persona enferma. El pueblo al oír todas estas historias cuando se aproximaba la fecha de San Juan, acudía al charco en busca de salud y de poder encontrar al negrito. Regresaban y no dejaban de decir
Que habían visto al negrito sentado en una roca, peinando su cabello dorado.
De esta historia que es una leyenda, ya muchos no se acuerdan. Pero en los tiempos de la guerra por la independencia de Cuba, muchos mambises encontraron ayuda en esa charca; comida y agua, como fue posible, eso no lo puede decir nadie. Pero de noche aparecía encaramado en una de sus rocas un negrito, de mirada firme y dientes de oro. Era Fernando Malibrán.
Me encantan todas estas historias del senor Leon. En ellas regresamos a la Cuba del Ayer.
ResponderEliminar