Hay un mérito que no podemos negarle a Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos por el partido republicano, reconociendo su defecto de tener un discurso agresivo que representa un inequívoco carácter soberbio y egocentrista, hay también que reconocer que dentro de sus “Exabruptos”, que parecen estar fuera de control y sus controversiales declaraciones fuera de “Las reglas de ética”, Donald Trump dice muchas verdades incomodas para el establishment político tradicional, cuando toca temas que los políticos profesionales evaden, esconden y tergiversan y uno de ellos, es el tema migratorio. Donald Trump está diciendo lo que muchos piensan y no se atreven a expresar, porque prefieren utilizar el tema de inmigración para fines políticos de campaña, sin importarles las consecuencias que sus mentiras, puedan representar para millones de inmigrantes que creen en ellos.
¿Qué pasaría si estas
verdades que constantemente expresa Donald Trump, las hiciera alguien que
supiera hilvanarlas correctamente y sacara de su discurso la forma improvisada
de expresarlas?, En este caso los políticos profesionales se verían en un
verdadero aprieto, ellos mienten constantemente sabiendo que lo hacen y
prometen, lo que saben que no pueden cumplir con toda intensión. Obama por
ejemplo, prometió una reforma migratoria que después abandono culpando a los
republicanos. Sin embargo es el presidente en la historia de esta nación que más
inmigrantes ilegales han repatriado.
Hillary Clinton promete al
igual que Obama, una reforma migratoria en sus primeros cien días de mandato
cuando en realidad, sabe que no puede hacerlo, pero para ella lo importante es
ganar el voto latino. Lo mismo prometió Obama y no lo cumplió. Pienso que en la
estrategia de estas promesas está presente la idea que siempre se les puede
echar la culpa a los republicanos, cuando en realidad ninguno de los dos partidos ha tenido la intención y la
voluntad de buscar una solución, que beneficie a los Estados Unidos y a los
estadounidenses, estos últimos, los más afectados por la inmigración ilegal.
La inmigración ilegal no beneficia
a la economía y a la sociedad de esta nación, es un tema de puro contenido
humanitario. Provocada por la miseria y la falta de futuro, causada por los
fracasados gobiernos corruptos y dictatoriales de los países de donde viene
esta masa de personas buscando un futuro que no encuentran en sus países de
origen, arriban ilegalmente a territorio de los Estados Unidos cargados de
necesidades de todo tipo, que el contribuyente y la sociedad estadounidense
tiene que asumir sin alternativa posible.
Los estadounidenses, canadienses,
europeos y personas de países con economías solidas como Japón, casi no emigran
por problemas económicos, no lo necesitan. Sin embargo de los países árabes en
especial los que están en conflicto bélico, Cuba, Venezuela, Haití y otros
países de América y en especial de Méjico, la gente viene por oleadas de las
formas más variadas, pero mayoritariamente de forma ilegal, creando en los
Estados Unidos un problema económico, social y humanitario muy serio, usado demagógicamente
por los políticos en detrimento de los verdaderos intereses de esta nación. La válvula
de escape de estos impopulares gobiernos es la inmigración y con ella, exportan
a los Estados Unidos sus problemas económicos y vicios sociales, estimulando a cientos
de miles y millones de familias a violar las fronteras de esta nación.
Según datos que circulan en
fuentes que pueden verificarse aunque no están exentas de errores, la inmigración
ilegal obliga a los Estados Unidos a gastar en ellos por conceptos como
Welfare, asistencia alimenticia como cupones de alimentos, WIC y almuerzos
escolares, Medicad, educación de primaria y secundaria, en encarcelar a
inmigrantes ilegales y otros gastos adicionales que causa la inmigración
ilegal, una considerable cifra que puede ser mayor de $338.3 billones de
dólares cada año, mientras que ancianos en edad de retiro que han trabajado por
años en esta nación, malviven con míseras pensiones y
estos datos, son escondidos por la prensa en confabulación con políticos con
toda intensión, un daño real a la economía de los Estados Unidos que solo Trump
ha mencionado ligeramente, pero que otros políticos subestiman, ignoran y sacan
de contexto.
La inmigración ilegal hay que
tratarla desde el ángulo correcto, el humanitario, económico y social, no el
político electoral de campana. Los Estados Unidos no tienen necesidad ni
obligación de permitir que a esta nación, entre todo aquel que quiera violando
sus fronteras, en los tiempos actuales es sumamente peligroso para la seguridad
del país y económicamente insostenible para las finanzas de los contribuyentes.
Ahora bien, desde el punto de vista
humanitario, es injusto y cruel que familias que llevan muchos años en los
Estados Unidos y han trabajado honradamente, sus hijos han nacido y crecido en
esta tierra, aunque les llamemos “Bebes Anclas”, personas que han perdido el
vínculo con sus países de origen, es humano y justo, que tengan una oportunidad
legal de permanecer en los Estados Unidos. A estas alturas del juego, la culpa
de estar en un limbo legal por tanto tiempo no es de ellos, los culpables son las
generaciones de políticos irresponsables e ineficientes, que primero
permitieron que se hacentaran aquí ilegalmente y después, los quieren usan como
instrumentos para sus campañas políticas.
Sobre inmigración todo está claro,
pero no se trabaja en la dirección correcta. Considero que hay cinco pasos fundamentales que deben regir cualquier
solución al problema migratorio. Primero; El problema fronterizo. Hay que terminar
el desorden que existe en la frontera sur con Méjico, esa frontera no solo es
el mayor paso de inmigrantes ilegales que entra a este país, es también una
virtual zona de guerra entre bandas de mafiosos narcotraficantes por el control
del mercado ilegal de armas, personas y drogas. Segundo; crear un efectivo
control de viajeros que entran por los aeropuertos con visas legales y después
no regresan a sus países. Tercero: Resuelto el primer y segundo paso, buscar
una solución a los millones de indocumentados ilegales que ya están en los
Estados Unidos de forma humana y justa. Cuarto; Estados Unidos está en todo su
derecho, de escoger a quienes premiar, autorizando su entrada a esta nación a
través de sus loterías de visas y las visas que otorga por conceptos de visas familiares
de ciudadanos estadounidenses, que desean reunirse con sus familiares.
Quinto y último; Los políticos
tienen que ser honestos con sus electores, no prometer lo que saben que no
pueden hacer en materia de inmigración, se trata de seres humanos que viven en
condiciones difíciles y que es deshonesto engañarlos. Pero ante todo, deben
recordar que ellos no son electos para beneficiar a los que entraron a esta
nación violando sus leyes, porque ineficientes políticos que los antecedieron lo
permitieron, ellos son electos para buscar el beneficio, la seguridad y
garantizar el futuro de los estadounidenses, no buscar la solución del problema
migratorio, mintiendo a los inmigrantes ilegales sobre reformas migratorias
unilaterales y falsas.
La aprobación de una reforma
migratoria en los Estados Unidos tiene que realizarse en algún momento, pero puede
ser muy diferente de lo que políticos irresponsables prometen y muchos
inmigrantes ilegales esperan, puede terminar además en la aprobación de leyes
migratorias muy duras, para las esperanzas de muchos ilusos que piensan y creen
que todo terminaría en una amnistía total creyendo en las promesas que escuchan.
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