
La primera se trata de las declaraciones de la
candidata a la presidencia por el partido Demócrata Hillary Rodham Clinton. En
su discurso de aceptación de la nominación dijo bien claro, y desde el
principio, más o menos lo siguiente “mi plataforma es progresista y hoy
es más a la izquierda que antes, gracias a la aportación de Berni Sanders”.

Hasta donde hemos oído hablar a Mrs. Clinton, su
plataforma incluye aumentarles los impuestos a los ricos, o sea a los que están
invirtiendo en su campaña. ¿Masoquismo? También a los muchachos de Wall Street,
que también están aportando y apostando por ella y a los que Bernie quiere
siquitrillar. Aún más dudoso para mí, es el apoyo de países que no son
tan amigos de los Estados Unidos y sus cuantiosas donaciones a la “Clinton
Foundation”.
La segunda duda y que a lo mejor tiene, o no tiene que
ver con la primera, se llaman las Fundaciones. Sabemos que casi todo aquel que
comienza a ganar cuatro pesos de más, crea su Fundación. No tengo la menor duda
de que muchas de ellas cumplen a cabalidad con los principios para las que
fueron creadas. Pero, de otras que también y son muchas, tengo algunas dudas.
Se crea una Fundación y el fundador traspasa como
donación todos aquellos ingresos que considera apropiados. Sabemos también que
esas donaciones son parte de su declaración de impuestos, y que ya estima son
muy altas, y con ello se libra de pagar impuestos sobre esos ingresos.
Pero y hay otro pero. ¿Tiene la ciudadanía o no el
derecho a saber a dónde van a para los ingresos de esas Fundaciones ya que no
pagan impuestos porque son, como las Iglesias, corporaciones que no producen
utilidades?
¿No tenemos el derecho a saber qué porcentaje de esos
ingresos son destinados al propósito para que la Fundación se creó? ¿No tenemos
también el derecho a saber, cuanto de esos ingresos se destinó a gastos, y
en que o quienes fueron invertidos esos gastos?
Por ejemplo una de mis dudas es la siguiente. Yo
escribo un libro y los ingresos de ese libro se los dono totalmente a mi
Fundación. Pero, ¿Puede la Fundación ponerme a viajar el Mundo entero, a vender
mi libro y pagar todos mis gastos: viajes, hoteles, comidas, mis trajecitos
nuevos para las presentaciones, y alguna que otra diversión, ya que estoy no
solo fuera de mi casa sino del país? ¿Podrían ser parte de mis vacaciones
y que me acompañe mi familia?
¿Y si se me ocurre dar discursos, y algunos “locos” me
pagan miles y miles de dólares por oírme el cuento, en algún que otro almuerzo
o cena?
No sé. Por eso tengo tantas dudas que las pongo en
manos de los que saben cómo se “corta el bacalao”, y no arrojan un poco de luz,
sobre tantas dudas.
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