domingo, 27 de noviembre de 2016

OTRA VEZ FARIÑAS

Ramiro Gómez Barrueco. Ex preso político, Escritor, Empresario.
A veces los periodistas, y los que no lo son, no visualizan el daño que causan con sus intervenciones, ligeras del equipaje racional e investigativo, que debe anteceder a toda opinión o información. Este proceder cobra mayor importancia cuando el mensaje erosiona el prestigio personal o institucional, cuando  trasciende negativamente. Peor aún es menospreciar, o enlodar, el sacrificio personal de un ser humano que dedica su vida a la defensa de la dignidad propia y de la ajena. La moderación y la prudencia son virtudes que debemos practicar, especialmente cuando enjuiciamos a los que dedican sus vidas al bien común. Cuando se pisotea la dignidad de una sola persona, se pisotea la dignidad de todas las personas. Cuando los héroes de la dignidad humana son víctimas de la incomprensión, no podemos permanecer en las sombras del escudo del silencio.
Nuevamente algunos han puesto en duda la huelga de Guillermo “El Coco” Fariñas. La insensatez y la irracionalidad han llegado al extremo de concebir que Fariñas creo una noticia falsa, de una enmienda del Parlamento Europeo con su nombre, para tener una excusa que le garantizara abandonar triunfalmente la huelga. O sea, que Fariñas creo una mentira táctica que sería descubierta en menos de 24 horas para abandonar una huelga que nunca existió. No conocen al Coco Fariñas y no tienen ni la más remota idea de lo que sucedió.
Ante todo Fariñas  es un Doctor en Psicología, Periodista Independiente, ex preso político (1995, 1997,2002); consuetudinariamente arrestado, encarcelado y brutalmente golpeado por defender los derechos humanos en  Cuba. Posee un arsenal de premios de alta categoría institucional como el Premio Sakharov del Parlamento Europeo, Medalla de la Libertad Truman-Reagan, Medalla de Distinción del IMHCCT y muchos galardones más: CADAL, Reporteros sin Fronteras, etc. Fariñas no es un tonto, ni un niño, en la ardua lucha por establecer un Estado de Derecho en nuestra patria y en esa gran patria que es La Humanidad.
 Una persona, conectada a nuestro máximo nivel posible, recibió y escuchó la falsa noticia de “La Enmienda Fariñas”, inmediatamente la transmitió hacia Cuba. José Ramón Borges, Representante del Consejo Internacional de Fantu, había viajado a La Isla para hacerse cargo del recibimiento y despacho de las noticias de La Huelga del Coco. Recibió la falsa “buena nueva” con victorioso regocijo, y obtuvo del Coco la aprobación para anunciar el final del proceso; ni lento ni perezoso difundió la noticia del cese de La Huelga a nivel mundial.
Borges, al igual que todos los miembros de FANTU y de todos los líderes del Congreso del Encuentro, había reiterado su total oposición a la continuidad de La Huelga. Todos necesitábamos instrumentar  las metas del Congreso del Encuentro; dentro de Cuba bajo el liderazgo del Coco y en el exterior bajo la dirección de Guillermo Toledo. Todo lo anterior esta indiscutiblemente demostrado en cartas publicadas en El Nuevo Herald,  en el Blog de Fantu etc. Borges no tenia, ni nosotros tampoco, ningún interés en confirmar la veracidad de la noticia. Comenzaron a darle cucharaditas de agua a Fariñas. El Coco ya no iba a ser el patriota número 17 muerto en huelgas de hambre. Horas después llegó una llamada, de mayor nivel investigativo, que nos informó que tuviéramos mucha cautela; había dudas y  podía ser una trampa. Sólo un grupo técnico cibernético de alta categoría pudo haber entrado y usado una página del Parlamento Europeo. Pasaron días hasta que se verificó la certidumbre de la trampa.
 El último viernes anterior al abandono de La Huelga: Guillermo Toledo, Rosa María, Gómez Manzano, Idolidia Darias, Carmen de Toro, Mario Consuegra y otros, estábamos reunidos esperando noticias directas del Coco. Paco Talavera se comunicaba con Borges: “está perdiendo el conocimiento. Todos han abandonado la sala porque la fetidez del orine es insoportable. Esta orinando sangre. No entra en razones; dice que no transa y que les diga que se va a morir”… El Coco sí iba a morir.
La Huelga se realizó en la sala de la casa y con las puertas abiertas. Lo bañaban con toallas húmedas delante de todos los hombres. El Ministerio del Interior lo monitoreaba constantemente y comprobaba los resultados cada vez que entraba al hospital. Cuando se tomó las primeras cucharaditas de caldo se produjeron vómitos, náuseas y una especie de asfixia. Los médicos comunistas se sorprendieron, le suspendieron el caldo y le recetaron aumento progresivo del agua durante varios días.
Agradeceríamos  la ayuda de nuestros hermanos de lucha: Doctor Santiago Cárdenas y Pedro Corzo (autor del documental “Boitel Muriendo a Plazos”) para que analizaran, desde el punto de vista médico e histórico, si pudo ser posible La Huelga de 54 días.  Aquellos que no tienen, o que tuvieron y ya no tienen, el valor de sacrificarse, deberían tener el pudor de callar ante los que se sacrifican. Siguiendo las enseñanzas de nuestro apóstol, en su diálogo con Máximo Gomez, lo único que tenemos garantizados los patriotas es “la segura ingratitud de los hombres y la satisfacción del deber cumplido”. Basta ya de difuntos sin flores. Sobran mártires y faltan héroes.   
  

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