"Seguramente no fue bien vista por fidel Castro cuando se decidió a "cantar" para preservar su vida.."
En medicina un síndrome es un conjunto
de síntomas (subjetivos, como un dolor
de cabeza) y signos (objetivos, como la
parálisis de un brazo). El síndrome de Ana Belén –homónimo de la espía pro
castrista sentenciada en el 2002 a veinticinco años de cárcel– es el conjunto
de opiniones y declaraciones que han llevado a que el stablishment estadounidense no considere
a Cuba como un peligro para la
seguridad de los EEUU de América en
contra de una evidencia que apunta lo contrario.
La
evidencia: espías cubanos expulsados de Washington; la remozada base de Lourdes; el barco espía
ruso atracado a dos millas de la embajada de EEUU cuando la visita obámica; los ataques grillosónicos
a diplomáticos, el carguero norcoreano traficando armas en el Caribe, el misil
Hellfire extraviado y otras muchas tropelerías que nunca sabremos.
Ana fue la analista principal que redactó, –cuando
estaba en el apogeo de su carrera de
infiltrada, – un informe que circuló en
el Dpto. de Estado y el Pentágono de la
época (1998) haciendo hincapié en la vaciedad de Cuba. Los efectos y las
secuelas de ese informe han llegado a
nuestros días y son de uso habitual entre
los altos políticos, la diplomacia, la
academia, las universidades y por
supuesto de la media liberal. – “Cuba ya
no es un peligro para los EEUU”
Resulta
curioso, que durante veinte años,
la política de Washington hacia Cuba haya sido tamizada por este síndrome que
proviene de una enemiga jurada de los
EEUU. la cual era merecedora de la pena
de muerte. El ingeniero Manuel Cereijo, un experto, ha insistido en que reconocer la
falsedad del síndrome equivaldría
a tener que tomar una decisión militar
en contra de la isla, lo cual no
ha estado en los planes de ninguna
de las administraciones estadounidenses, incluyendo la actual, ajenas
a lo que sucede en su traspatio. La
alternativa ha sido continuar
durmiendo con el enemigo y mirar pa’l otro lado.
Olvidada,
o casi, por la involución cubana y la
izquierda liberal, Ana continúa aislada en
una prisión de Texas. Seguramente no fue bien vista por Fidel Castro cuando se decidió a “cantar”
para preservar su vida. Cuba hubiera preferido una mártir portorrico-american achicharrada en una silla eléctrica para sus
fines de propaganda internacional. Pero,
su funesto legado ha sido un éxito.
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