viernes, 18 de marzo de 2016

COMBATE EN CASILDA: LOS INGLESES


René León poeta e historiador
     Corría el año de 1797, en Casilda y Trinidad, se vivía una época de prosperidad y tranquilidad. Los ingleses no la habían amenazado por cierto tiempo. Pero pronto las cosas iban a cambiar. Otros vientos amenazaban a la ciudad de Trinidad y al poblado pescador de Casilda. El nuevo gobernador, el Teniente Coronel de Infantería D. Luis Alejandro Bassecourt, militar experto, nombrado el 20 de marzo de 1797, y fue trasladado a otra posición militar, el 22 de agosto de 1799. Militar experto y valiente, conocedor de la disciplina. Desde el primer momento organizo las milicias. Formado de unos 500 hombres entre los vecinos de Trinidad y Casilda, más de los alrededores de Trinidad.
 
  Los vigías  que estaban en la punta del puerto de Casilda, dieron el aviso que se aproximaban una fragata y dos bergantines ingleses. Era 19 de junio de 1,797. De Casilda fueron a avisar a los trinitarios, que organizados bajaron a defender a Casilda. Las milicias organizadas por Bassecourt bajaron preparadas para el combate. Un grupo de unos cien hombres cogieron rumbo a la playa de María Aguilar para evitar un ataque por esa playa. El resto se dirigió a Casilda, formado por más de 300 milicianos que dirigía Bassecourt. El 29 empezaron las hostilidades por parte de los ingleses. Dando comienzo en atacar un corsario casildeño, siendo apresado el barco por los ingleses. Otro barco francés que descargaba mercancía fue apresado. Los tiradores apostados en los manglares daban con sus trabucazos a los botes que los ingleses intentaban bajar a la costa. En el puerto en ese momento había tres goletas y un bergantín, pero no tenían cañones para responder el ataque de los ingleses y los marinos abandonaron sus naves. Bassecourt aprovecho en varias lanchas con hombres armados impedir a los ingleses apoderarse de las naves abandonadas, sufriendo los ingleses numerosas bajas retirándose a sus naves. Los milicianos bajo las órdenes de Bassecourt se apoderaron de las armas abandonadas por los ingleses. No hubo baja por parte de las milicias. Los barcos fueron recuperados. Por la parte de las milicia no hubo bajas, pero si una victoria que le daría a las milicias más seguridad en ellos mismos.

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