miércoles, 30 de marzo de 2016

DON SINDULFO LA HABANA Y LOS INVERSIONISTAS CUBANOS

El director y Adam Dehoy, comentaban sobre la última edición de ENFOQUE 3, cuando de repente apareció don Sindulfo Vinagreta en la redacción, como la puerta se encontraba abierta, nuestro  extraordinario reportero no necesitó tocar y esperar, como era costumbre; a que le permitiesen pasar..
            – ¡Don Sindulfo, me tenia preocupado. – Dijo el director, visiblemente sorprendido– Luego de nuestra última conversación, en la que le ordene que fuera a Cuba durante la visita del presidente Obama, no había vuelto a saber de usted. Me tenía usted realmente preocupado, no sabía si finalmente había cumplido con mi petición o si se había estrujado…
               – ¡Espere, espere...! Nada de estrujado señor director. Yo cumplí con su pedido y me “colé” nuevamente en Cuba… lo cual fue muy complicado, tuve que disfrazarme primeramente de paraguas, porque  me  habían informado que estaría lloviendo en La Habana…
           – ¡¿No me diga... que usted viajo junto con…!?
           – ¡Si… era la manera más segura de no ser detectado antes de entrar a la Isla…
           –Don Sindulfo, usted no deja de sorprenderme. Estoy muy orgulloso de contar con su arrojo y profesionalismo...
           – ¡¿Rojo!?
           – No, no…dije arrojo
           – ¡Ah! Quiero aclararlo, pues en La Habana vi algunas caras, de aquí de Miami, que no sabía yo que eran tan rojos, pero que allá, si lucían así…
          – Por sus palabras deduzco que trae nuevas informaciones sobre lo que ocurría en La Habana durante su estancia…
         – ¿Recuerda que hemos hablado varias veces del interés del presidente Obama de retratarse con Fidel?
          – Cierto, hemos hablado de eso… pero las últimas noticias dicen que Fidel Castro se negó a retratarse con Obama, lo cual confirma nuestra opinión de que Obama si quería hacerlo. No sé que habrá cambiado la cosa, y porqué Fidel no quiso… Tendremos que esperar, tal vez en cualquier momento aparece la foto que desmienta las informaciones. Con los castristas nunca se sabe, ellos… cuando menos lo esperamos aparecen...cosas. ¡En fin! dejemos eso de la foto y cuénteme:
           – No sé por dónde empezar
          – ¿Así de complicado es la cosa?
          – Más de lo que usted pueda imaginar.
          -- Dígame don Sindulfo, me inquieta usted
            – ¿Usted recuerda que en 1985, hicieron una película de dibujos animados...
            – Si, fue escrita y dirigida por Juan Padrón. ¡Pero por favor!, ¿qué tienen que ver unos muñequitos del 1985, con lo que ocurre hoy en día en La Habana. Usted me confunde, por favor no vaya tan lejos. Dígame que vio la semana pasada en La Habana…
          –Tiene mucho que ver. Pues de eso: dicen que hablaron el secretario de comercio cubano con Joe Arriola y Mike Fernández…
          – ¡Pero, por favor don Sindulfo, no se complique mas. Me enreda usted.
          –Imagínese como quede yo, cuando disfrazado de toalla de piscina del hotel Saratoga, escuche a un seguroso vestido de bartender relatándole a otro sobre el “talle”, entre el secretario de comercio castrista con estos dos “magnates” de los servicios médicos en Miami.

         – ¡¿”Talle”!? Cada vez me enredo más…
         – Pues Rodrigo Malmierca Díaz, que así se llama el encargado del comercio exterior castrista le brindó a los susodichos, Arriola y Fernández, según lo que yo escuché; la exclusividad para comercializar en los EUA el “Vampisol”
         – ¡Vampisol! ¿Y qué es eso?
          –Según la trama de la película, un científico de la época, de aquella época;  había descubierto una pócima que permitiría a los vampiros cubanos, poder salir al sol sin desintegrarse, y producto de esto unos vampiros mafiosos que vivían en los EUA, fueron a Cuba para apoderarse de la formula etc., etc. Desatando una lucha mortal. Fíjese que tienen cierta similitud ambos sucesos.
        – Pero usted se refiere ¿a mafiosos…?
         – ¡Sí! Mafiosos
         – ¿Y donde están?
        – ¿Dónde están?, pues… estuvieron en La Habana y habían ido desde aquí…
        – ¿De aquí, de Miami?
        – ¡Bueno, los anteriores creo que desde Chicago, pero estos de ahora llegaron desde Miami, Tampa, West Palm Beach etc.
          – ¿Usted se da cuenta de sus acusaciones?
          – Yo no acuso, yo simplemente relato
         – Pero usted me ha dicho…  “mafiosos”
          – ¡Si y también le dije Vampiros
         – ¿Y usted cree en los vampiros…?
         – Bueno en Cuba los castristas viven de “chuparle” la sangre al pueblo
         – Cierto. ¡Pero y la mafia…! ¿Qué con la mafia?
         – La definición de mafia, señor director es: “asociación secreta de malhechores” Y los que negociaban como comercializar el “Vampisol” son gente conocidas, no hacen esto en secreto... Así que si usted entendió otra cosa…, no es mi culpa...
        –Don Sindulfo, usted nos va a traer problemas en el periódico.
        – Yo no lo entiendo señor director, usted me da una orden y después no quiere saber el resultado
        – ¡Entiéndame don Sindulfo. Yo dudo que estos caballeros que usted menciona, crean en que existe el Vampisol…
        –No lo sé… Pero si creen que el régimen castrista va a cambiar, es más fácil creer que existe el Vampisol.
       – Es cierto. Además no estaban ellos solos, Aquí en Miami, se rumora que Andrés Fanjul, quiere envasar guarapo, y Saladriga asociarse con Carlos Gutiérrez para abrir un rastro de piezas de repuesto en Guanabacoa.
       – No me extraña nada… cuando me acerqué a una mesa, en el restaurant del hotel, disfrazado de tapa de champagne  freixenet, hablaban de que Jorge Pérez, llevaba bajo el brazo los planos de edificios de lujo para desarrollar la zona del “Palo cagao” en Marianao…
       – Por favor don Sindulfo sea más elegante en el vocabulario…
        – ¿Qué he dicho mal? Así le llaman a ese barrio los que viven allí. Todo el mundo lo sabe y no pasa nada… lo que realmente yo creo; es que se van a limpia el… con los planos de Jorge Pérez.
       – Si eso es lo más probable
       – Ya le traeré mas noticias, pero por hoy creo que es suficiente… ¿no cree usted?
       – ¡Sí! por hoy está bien, pero no olvide que me debe aun el artículo que le pedí…
       – ¡Es usted insaciable, señor director….

 

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