viernes, 25 de marzo de 2016

MIENTRAS AGONIZA LA ESPERANZA


Ramiro Gómez Barrueco   Ex preso político. Empresario. Escritor.
William Faulkner, en su famosa novela “Mientras Agonizo”, narra el drama de una familia campesina sureña, blanca y pobre, durante la posguerra civil. El padre agonizaba y sus hijos apresuradamente aserraban, cortaban y clavaban las maderas del ataúd. El padre, moribundo, escuchaba además sus comentarios y discusiones. En un  desvencijado carretón viajaron varios días, para enterrar legalmente al viejo, mientras el hedor atraía sobre el ataúd a los buitres hambrientos. ¿La muerte del espíritu sureño y el nacimiento de su materialismo?
     Una tragicomedia similar nos ofrece el Partido Republicano. Carson, Christie, Rick Scott y otros ya olfatean y  revolotean; aunque reiteradamente su jefe ha reconocido públicamente no serle fiel a sus inversionistas. La derrota y retirada de Marco Rubio tiende la anhelada alfombra roja a Hillary Clinton. El Caudillo Corruptor ahora dirige el carretón  del partido conservador muerto. La inteligencia de Cruz y la experiencia de Kasich, poco o nada podrán hacer para detener el triunfo de Donald o por evitar lo  inevitable, la división del Partido en la convención abierta, donde arderá Troya.  
        Las emociones talámicas nuevamente se impusieron a las razones corticales. El Caudillo fue ridiculizado y pulverizado en todos los debates, pero sus fanáticos se alimentaron del ridículo polvo autocrático. La razón fundamental de su obnubilación es la ley del péndulo político; pasar de un pedidor de perdones a un fanfarrón de puñetazos en la cara. Manipulador irrestricto del orgullo nacional malentendido. El equilibrio no suele ser una virtud popular. El 40% del Partido lo apoya apasionadamente y casi el 70% de todo el país lo desprecia profundamente. Pese a que muchos conservadores votarán contra ellos mismos, perderá Donald ante Hillary por más del 12%.
       La tragedia existencial de los militantes republicanos se escucha constantemente por doquier. ¿Votar por Trump? ¿Votar por Hillary? ¿No votar? ¿Por qué el Partido nos ha abandonado y no ponen a cualquier otro, A CUALQUIER OTRO?
   Y como no hay agallas para actuar, ahora votarán por el candidato que defiende: el tratado con Irán, la normalización y profundización de las relaciones con Cuba, el abandono a Israel, la admiración y apoyo a Putin como líder del Oriente Medio, la ampliación del Obamacare, la restricción de la libre empresa condicionándola políticamente, el aislamiento del mercado internacional, la subida de impuestos, la subida de los aranceles y el derecho de corrupción exclusiva del Caudillo. Hay muchísimo más. ¿Dónde están las voces aguerridas y estridentes de los patriotas que se rasgaban las vestiduras y lloraban lágrimas de sangre por “LAS TRAICIONES” de Obama? ¿Cuándo van a exigirle al Establishment un candidato consecuente, conservador y decente? ¿Qué nueva excusa van a inventar para no actuar? ¿Hipocresía? ¿Cobardía?

       El Partido Republicano tiene que declararse Partido Republicano Conservador, y separarse del Partido Republicano NAZI (o como quieran ellos llamarle a su populismo nacional socialista). Al igual que en la Alemania de 1930 ya comenzaron los primeros golpes entre socialistas y nazistas ¿Qué pasará mañana? También los socialistas, tarde o temprano, abandonarán al Partido Demócrata; y los independientes votaremos por quien consideremos sea la mejor opción para USA, sin compromisos institucionales. El pentagrama político futuro de USA ya es evidente.
           Existe la sensación generalizada de un apocalipsis social inminente; esto no significa en modo alguno que sucederá, pero este sentimiento siempre precede a las convulsiones sociales. Trump es el arquetipo de la tormenta social perfecta. El establishment sembró estos vientos y abrió las grietas que ahora pretenden tapar con voces de algodón. El histórico suicidio de un invidente político. La juventud tiene que tomar las riendas del Partido ahora mismo, y reforzar sus cuadros con la clase media y el proletariado conservador. A los gatos gordos les pesan mucho las barrigas y los bolsillos, apenas aúllan y ya no quieren ni caminar. O triunfa hoy La Rebelión de la Nueva Vida, o mañana en La Convención veremos con una lupa  La Microscópica Resurrección de los Muertos.    

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