miércoles, 30 de marzo de 2016

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE

Por Pedro Corzo
Así pudiera  escribir un cronista sobre el inmovilismo de la dictadura cubana ante  los esfuerzos del presidente Barack Obama de flexibilizar las sanciones vigentes en contra del régimen insular, en la confianza de que el gobierno de los hermanos Castro dispondrá medidas que promuevan el establecimiento de una sociedad democrática y el respeto a los derechos ciudadanos.
             Una apretada síntesis de las disposiciones del gobierno de Estados Unidos que benefician a la dictadura insular va desde la excarcelación de tres espías convictos, uno de ellos por conspiración de asesinato, la eliminación de Cuba de la lista de países terroristas, la supresión de medidas que restringían el comercio y la ampliación de las relaciones económicas, el restablecimiento de relaciones diplomáticas y un viaje presidencial  que el gobierno cubano interpreta, así lo informó el diario Granma a la población, como una victoria de la “revolución en el poder, encabezada por su liderazgo histórico”.
La dictadura cubana pretende que Estados Unidos resuelva los graves problemas económicos que enfrenta sin reformas estructurales que pongan en peligro el poder que detenta y menos aún, aperturas políticas que quebrarían un régimen agotado, que solo sobrevive por la represión y la desesperanza de la población.
             La prioridad de la clase dirigente cubana es conservar el poder, que el proceso de sucesión iniciado en el 2006, culmine con una transición en la que los barones de la revolución y sus descendientes, no enfrenten problemas legales y puedan continuar disfrutando a perpetuidad las riquezas expoliada por décadas al pueblo, un proyecto contrario a los valores y principios sobre los cuales se ha construido Estados Unidos.
El cambio de política Washington hacia Cuba han sido un factor determinante para que altos funcionarios europeos y de otros continentes,  incluidos jefes de estado, hayan visitado la isla y firmado convenios de ayuda, pero en particular,  a que en La Habana se hubiera suscrito un acuerdo con la Unión Europea que de hecho pone en la práctica punto final a la Posición Común Europea hacia Cuba, una política que exigía al gobierno de los Castro respeto a los derechos de los cubanos.
            Este acuerdo redunda directamente en beneficio del régimen al generar posibilidades de inversión,  a las que solo tienen acceso la clase dirigente y los sectores privilegiados allegados a la misma, porque la estructura jurídica cubana  impide a la población ser propietario de los medios de producción, por lo que solo se aprecia que  las gestiones de muchos de los gobiernos más democráticos del mundo,   han beneficiado exclusivamente la dictadura cubana.
             Por décadas, independiente al embargo y la ayuda que la Casa Blanca prestó a la oposición cubana, Estados Unidos abanderó en las instancias internacionales la defensa de los derechos humanos  y propició con  denuncias, críticas y medidas coercitivas,  que los crímenes del castrismo no disfrutaran de absoluta impunidad.
                 Washington ha sido muy solidario con los cubanos en aspectos sociales, incluido el migratorio. La mayoría de las veces apoyó a la oposición al castrismo, aunque hay que admitir, que en muchas ocasiones, también es natural, sus intereses primaron sobre los de sus aliados, aunque muchos de ellos perdieron la vida, o la arriesgaron, peleando en sus guerras como si fueran propias.
A fin de cuentas siempre habrá personas que más allá de intereses y conveniencias actuaran inspirando en sus convicciones y otros  que motivados por consideraciones opuestas asumirán diferentes conductas,  como las que comentaba Angelito de Fana en relación al ex secretario de Comercio del gobierno del presidente George W. Bush,  Carlos Gutiérrez,  quien respaldó la política restrictiva hacia Cuba del presidente 43, y  en el presente  aprueba y promueve las decisiones del mandatario 44, Barack Obama,  totalmente opuestas a las de su predecesor, y que en recientes declaraciones destacó la importancia de los derechos económicos para  los residentes de la isla y dijo que en Cuba se habían producido cambios al respecto,  como si la dictadura permitiera a sus siervos acceder a una economía libre e independiente.
              Sin duda alguna el debate seguirá siendo intenso, los valores que cada quien defienda siempre serán trascendentes,  pero hay otros aspectos muy importantes,  que inciden directamente en si las disposiciones del presidente Obama van a influenciar a que en la isla se establezca un estado de derecho, una sociedad plural y tolerante en la que prime la libertad de expresión e información, o si simplemente un cronista del futuro tendrá que escribir,  "Después de la visita siguieron los arrestos, hay presos políticos, los derechos humanos siguen conculcados, la economía controlada por el estado, la miseria se ha incrementado, y parafraseando a Eic María Remarque, escribirá, es un día tan tranquilo y calmado, que el informe de la policía política se limitó a la expresión, sin Novedad en el Frente”.
 

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